Anthony Fabian dirige esta adaptación de la novela de Paul Gallico, que protagoniza Lesley Manville. Una comedia dramática de época que nos habla sobre los sueños, la recuperación del tiempo perdido y la forma de sobreponerse ante la adversidad.
La señora Harris va a París es una nueva versión de Mrs. ‘Arris Goes to Paris, una novela de 1958 que se llevó a la pantalla antes, con dos películas para televisión y un especial que también terminó en la pantalla chica. La versión de Fabian ofrece la producción más importante hasta el momento y tiene como protagonista indiscutida a Manville (Panthom Thread, donde de alguna manera nos dio un personaje totalmente opuesto al de esta ocasión), una señora muy alegre y positiva, que se dedica a limpiar casas de gente rica en un Londres de posguerra.
La señora Harris se entera de que su marido falleció en combate y decide gastarse sus ahorros para ir a París en busca de un vestido de Christian Dior.
Es verdad que la película cuenta con varios recursos bastante vistos y con base en fórmulas muy usadas, pero la luminosidad con que se desarrollan los hechos, el compromiso de Manville como la señora Harris (excelente actuación), al igual que sus grandes compañeros de elenco, como Jason Isaacs, Isabelle Huppert, Alba Baptista, Ellen Thomas, Lucas Bravo y Lambert Wilson, y una bella reconstrucción de época hacen que esta auténtica cinta alegre nos haga sentir bien, sea mejor que la media y supere los lugares comunes.
Risas y reflexión
El largometraje correcto y modesto presenta a un personaje entrañable y humilde, que lo único que quiere es sentirse especial al menos una vez y decide ir en busca de sus “sueños”.
La historia apela a la emoción del espectador en todo momento, utilizando un personaje querible, con deseos personales simples y una gran determinación para afrontar el rechazo y desestimar los prejuicios.
Además, la idea de vivir el luto y sobreponerse a los infortunios por medio de la perseverancia, la búsqueda de nuevos caminos y el amor propio ayudan a que se sienta que, con todo, no cae en la cursilería y es un filme equilibrado.
En resumen, esta comedia dramática inspiradora, que se apoya en la lucha de clases como eje principal para darle un lugar en el mundo a su luminosa protagonista, funciona. Esto principalmente gracias a la actriz protagónica, quien posee el talento para plantear una comedia de enredos con un toque inglés, pero también sabe pasar del humor al drama más profundo de una manera tan sutil como realista.
La señora Harris va a París es una película sincera y tierna, que viene a traer un poco de luz, risas y reflexión, siempre muy bienvenidas.