A pesar de tener sus raíces en el París del siglo XIX el cabaret floreció especialmente en Berlín durante la República de Weimar (1919-1933), un periodo caracterizado por una mezcla de libertad artística y tensión política.
La Primera Guerra Mundial había dejado profundas cicatrices en la sociedad alemana y el cabaret ofrecía una forma de lidiar con el caos.
Inspirado por la escena bohemia de París, donde el cabaret comenzó como un espacio íntimo para la poesía y la música, Berlín adaptó y transformó el género, dándole un tono más ácido y crítico.
Reconocidos escritores y artistas como Kurt Weill, Bertolt Brecht y Marlene Dietrich se convirtieron en figuras clave de esta escena.
En los cabarets se utilizaban el humor, la sátira y la música para criticar el ascenso de los movimientos autoritarios, la corrupción política, la hipocresía de la burguesía y las desigualdades sociales.
Con el ascenso del nazismo en 1933 el cabaret berlinés, que se caracterizaba por su diversidad y crítica al poder, fue uno de los primeros blancos de censura. Muchos artistas fueron silenciados, perseguidos e incluso obligados a exiliarse. Este fue el caso de autores y músicos judíos, izquierdistas y otros que estaban en desacuerdo con la ideología del régimen.
Sin embargo, la práctica del cabaret sobrevivió y actualmente ese legado sigue vivo en los escenarios de todo el mundo, con figuras contemporáneas como Ute Lemper rescatando y reinterpretando este estilo.
Y gracias a la incomparable presencia de dicha artista, el 23 y 24 de septiembre el Lunario del Auditorio Nacional se convertirá en el epicentro del cabaret berlinés.
Esta diva alemana, conocida por su inigualable talento, voz poderosa y presencia magnética, ofrecerá un espectáculo titulado Noches íntimas de Kabarett.
Nacida en Münster, Alemania, Lemper se formó en importantes instituciones, como la Dance Academy en Colonia y el Max Reinhardt Seminary en Viena. Su trayectoria la ha llevado a destacarse en producciones icónicas como Cats, Peter Pan y Cabaret, donde ganó el prestigioso Premio Molière a la Mejor Actriz en un Musical. Su interpretación de Velma Kelly en Chicago le valió el Premio Laurence Olivier, consolidándola como una estrella tanto en el West End como en Broadway.
Lemper ha pasado por los escenarios más prestigiosos del mundo y en esta ocasión preparó un repertorio exclusivo para el público mexicano. El espectáculo incluirá un recorrido por las obras de compositores legendarios como Kurt Weill y Bertolt Brecht, además de clásicos de la chanson française e iconos como Édith Piaf y Jacques Brel. También rendirá homenaje a la inconfundible Marlene Dietrich y a los grandes musicales del West End y Broadway, espacios en los que Lemper ha dejado huella con su increíble trayectoria.
Ute Lemper no es solo una intérprete sino también una narradora que teje historias a través de la música. En su próximo espectáculo expondrá los orígenes de las noches berlinesas y cómo estas veladas fueron un bastión de libertad de expresión, diversidad sexual y derechos de las mujeres.
A través de su espectáculo, Lemper invita a reflexionar sobre la historia y el presente, utilizando la música no solo como un vehículo de entretenimiento sino también como una herramienta de memoria y resistencia.
Contracultura
En entrevista con Vértigo Ute Lemper habla acerca de su próxima presentación en el Lunario y del cabaret como acto revolucionario.
—¿Cómo ve la relación entre el arte y la política en el contexto actual?
—Se abordan cuestiones importantes sobre derechos humanos, derechos de las mujeres, igualdad y transparencia política. Es increíble cómo el arte puede reflejar estos temas, no de forma tan detallada como la política, pero sí de manera metafórica, satírica y cómica. Encuentro que muchos de estos asuntos siguen siendo poderosos hoy en día. Por ejemplo, el tema de género se planteó hace 100 años y sigue siendo un gran tema en la sociedad, con las comunidades lesbianas, trans y gays; y muchas personas jóvenes que buscan su identidad de género. Es una gran ola de liberación, pero sigue siendo controvertido en algunos lugares y sociedades. Por ejemplo, en Estados Unidos, la Corte Suprema revocó el derecho al aborto, lo que demuestra que es un tema muy delicado en la actualidad. Me parece fascinante cómo el arte ha abordado estos aspectos desde hace tanto tiempo.
—En Noches íntimas de Kabarett rinde homenaje a grandes iconos. ¿Qué es lo que más admira de estos artistas y cómo han influido en su carrera?
—Lo que más me entusiasmaba era el contexto del arte y las canciones que interpretaban, más que sus personalidades. Ellos fueron pioneros en su tiempo, pero nunca intenté imitarlos. Siempre tomé el mensaje detrás de lo que representaban como inspiración, para llevarlo al presente y proyectarlo hacia el futuro. Es importante mantener estas canciones vigentes y hacerlas mías hoy en día, para pasarlas a las generaciones futuras. En mi espectáculo también incluyo poemas musicalizados de Pablo Neruda y posiblemente algunas piezas de compositores mexicanos.
—Vivió los años de la Guerra Fría y el renacimiento tras la caída del Muro de Berlín. ¿Cómo cree que esa experiencia ha influido en su visión artística y su interpretación de la música y el cabaret?
—Mudarme a Berlín en los ochenta fue un gran despertar para mí. Era la época de la Guerra Fría, con una ciudad dividida entre Berlín Este y Berlín Oeste. Afortunadamente, yo vivía en el oeste, pero era como una pequeña isla en medio de la zona oriental de la República Democrática Alemana (RDA). Era una realidad cruel, consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, y no había forma de no sentirse sacudido, frustrado y abrumado con la identidad alemana. Desarrollé una gran conciencia de ser una artista alemana y fue un proceso de encontrar mi verdadera identidad, propósito y misión. Solo pude lograrlo a través de lágrimas, desesperación y la búsqueda de hacer mi trabajo mejor que las generaciones anteriores.
—¿Qué espera que el público mexicano se lleve de Noches íntimas de Kabarett?
—Este espectáculo es un mosaico de diversas inspiraciones culturales. Por supuesto, está el Berlín de ayer y de hoy, está París con su hermosa poesía, la poesía latinoamericana, y hay momentos divertidos y de Broadway. Es básicamente un viaje a través de mi vida. Me gustaría que el público reflexionara sobre el tiempo, sobre la increíble velocidad e ignorancia del tiempo, y recordara que cada día es una oportunidad para hacer las cosas mejor y marcar una diferencia.