Junto a Leonora Carrington, Frida Kahlo y Diego Rivera, José María Velasco es uno de esos artistas que forma parte del imaginario colectivo mexicano.
A diferencia de Frida Kahlo o Diego Rivera, José María Velasco no ha gozado de tan amplio reconocimiento a nivel internacional y, de hecho, por primera vez se exponen sus pinturas en la National Gallery de Londres, Inglaterra.
El 29 de marzo se inauguró la exhibición José María Velasco: A View of Mexico, un hito no solo por ser la primera ocasión del pintor en Londres sino porque es la primera muestra en el museo dedicado a un artista de América Latina.
Por ello, la colaboración de la Secretaría de Cultura y del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) fue esencial, pues de las 30 piezas que se exhiben 17 pertenecen a la colección del Museo Nacional de Arte (Munal). Además, la exposición es una forma de celebrar los 200 años de relaciones diplomáticas entre el Reino Unido y nuestro país, y de homenajear a uno de los más grandes paisajistas del siglo XIX.
Curada por Dexter Dalwood y Daniel Sobrino Ralston, la muestra destaca la importancia de conectar a Velasco con el arte europeo y su contexto histórico: “(él) no es tan conocido en el extranjero, pero en México su estatus es semejante al de John Constable o William Turner en el Reino Unido. Además, Velasco no solo fue un pintor, era un polímata muy genuino que se interesó en geología, botánica, zoología, y esos estudios científicos tan intensos sobre la topografía local también se ve reflejado en sus pinturas”, destacó Sobrino Ralston.
La exposición, organizada en seis secciones temáticas, recorre la diversidad de intereses del artista. Abarca desde el impacto de la industrialización en el paisaje y su pasión por la botánica, hasta su magistral representación del Valle de México y su mirada a los sitios arqueológicos mesoamericanos.
Cada apartado muestra la amplitud de su perspectiva y su habilidad para plasmar los cambios en el entorno natural y cultural de México. “Aunque sus obras tempranas se adhieren a la tradición del Romanticismo europeo, lo verdaderamente impresionante es cómo cambia (su estilo). Las condiciones convencionales que dan pie a las pinturas paisajistas fueron eventualmente abandonadas para crear obras que son mucho más áridas y abstractas”, continuó el curador.
A lo largo de casi dos siglos, la obra de Velasco se ha convertido en uno de los mejores testimonios de la transformación de las zonas urbanas y rurales del país, por lo que llega a la National Gallery de Londres como un símbolo de la identidad mexicana.
Hacia finales del siglo XIX, “la pintura de paisajes estaba reemplazando a la pintura histórica como una forma de comprender a otras naciones. ¿Cómo era un país? ¿Cuáles eran sus recursos? Su obra se convirtió en el gran ejemplo de lo que era México. Velasco, a través de sus plantas, símbolos y muchos otros elementos nos transmite la sensación de una historia vasta y profunda que se remonta a civilizaciones antiguas, quizás en contraste con la república relativamente nueva que estaba al norte”, concluyó Sobrino Ralston.

Galardones
Nacido el 6 de julio de 1840 en Temascalcingo, Estado de México, José María Velasco se consolidó como la figura más emblemática del paisajismo mexicano del siglo XIX. Su talento lo llevó a la Academia de Bellas Artes de San Carlos, donde recibió formación de destacados maestros como Santiago Rebull, Pelegrín Clavé y el italiano Eugenio Landesio.
Con apenas 18 años comenzó a impartir clases de Perspectiva en la Escuela Nacional de Bellas Artes, y poco después asumió la cátedra de Paisaje. En 1910 su trayectoria lo llevó a desempeñarse como inspector de Dibujo y Escultura en la misma institución.
A lo largo de 44 años produjo cerca de 300 óleos, además de acuarelas, litografías y miniaturas, con una obra que capturó magistralmente los paisajes del Valle de México. Gracias a su estilo detallado y a su dominio de la luz, la pintura mexicana obtuvo reconocimiento internacional.
Su trabajo fue distinguido con múltiples galardones como la Medalla de Oro en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes (1874 y 1876), la medalla en la Exposición Internacional de Filadelfia (1876), el primer premio de la Academia Nacional de México (1878) y la Medalla de Oro de la Exposición Universal de París (1889), entre otros.
Más allá del arte, Velasco tenía un profundo interés por las ciencias naturales y sociales. Se adentró en campos como la arquitectura, antropología, botánica, geología y paleontología. Sus estudios sobre la evolución de la flora y fauna lo llevaron a ser nombrado presidente de la Sociedad Mexicana de Historia Natural en 1881.
Su obra pictórica, debido a su excepcional valor artístico, fue declarada patrimonio histórico en 1943.
El Munal resguarda una importante colección de su trabajo, que incluye piezas emblemáticas como Cañada de Metlac, donde la locomotora representa el avance tecnológico en tiempos de Porfirio Díaz; La Alameda de México (1866), pintada durante el Segundo Imperio; y estudios botánicos y geológicos que reflejan su interés científico.
La exposición en la National Gallery incluye obras como Cardón, estado de Oaxaca, donde se retrata el interés de Velasco por la flora mexicana, y El Valle de México, considerada como su obra maestra en la que, de manera sutil, la historia natural y la presencia humana se entrelazan. José María Velasco: A View of Mexico estará en exhibición hasta el 17 de agosto de este año.