ICONOGRAFÍA ANGÉLICA EN EL MUNAL

Alejandra Moncada
Cultura
MUNAL

Los ángeles han sido figuras de gran relevancia en la cultura y la religión, tanto en Europa como posteriormente en el continente americano, conocido como el Nuevo Mundo: desde sus orígenes bíblicos hasta su representación en el arte y la devoción popular, estos seres celestiales han dejado una profunda huella en ambas regiones del planeta.

Con el objetivo de mostrar la relevancia y la historia de la iconografía angélica, el Museo Nacional de Arte (Munal) aloja la exposición Ángeles. Las huestes celestiales en la Tierra, que hace un recorrido por cinco siglos de una temática centrada en los seres alados, desde el periodo novohispano hasta el siglo XXI mexicano.

A través de 200 piezas los visitantes pueden admirar pinturas, esculturas y grabados procedentes tanto del acervo del propio museo como de 38 instituciones y colecciones públicas y privadas.

Se aprecian obras pertenecientes a artistas novohispanos como Baltasar de Luis Juárez, Cristóbal de Villalpando, Juan Correa y Miguel Cabrera, pasando por la sensibilidad decimonónica de Félix Parra, Juan de Mata Pacheco y Manuel Ocaranza.

Por otra parte, en el contexto moderno se encuentran piezas de Chucho Reyes, Jesús Guerrero Galván, Manuel Álvarez Bravo, Juan Soriano, Carmen Parra, Mathias Goeritz, Cordelia Urueta, Gunther Gerzso, Mariana Yampolsky, Luis Ortiz Monasterio y Javier Marín.

En estas obras se analiza la vinculación del imaginario colectivo y la estrecha relación de lo civil con lo religioso, a través de cuatro núcleos temáticos: 1) Ángeles marianos; 2) Santos y ángeles; 3) El jefe de los ejércitos celestiales; y, 4) Ángeles alegóricos.

La muestra explora la ambivalencia entre el ángel sagrado y el profano, y cómo estos seres han desempeñado diversas funciones en la historia cultural de la humanidad, tales como mensajeros, guardianes, conductores de los astros, ejecutores de leyes y protectores de los elegidos.

Héctor Palhares, director del museo, y Ramón Avendaño, curador en jefe del recinto anfitrión, son los encargados de la curaduría de la exhibición.

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Una pieza que resalta en la muestra es la cabeza de la Victoria alada, también conocida como Ángel de la Independencia, la cual se desprendió de su base durante el sismo de 1957.

Además, se incluyen los entrañables ángeles de calendario provenientes de la cultura popular, ampliamente difundidos por la Fábrica Galas de México entre las décadas de 1930 y 1980.

En la presentación de Ángeles. Las huestes celestiales en la Tierra, Lluvia Sepúlveda, coordinadora nacional de Artes Visuales, destacó que uno de los retos de los museos es generar nuevas interpretaciones de sus acervos a través de las obras con las que dialogan en sus curadurías, afirmando que “los museos son lugares de creación y difusión del conocimiento, pero también espacios donde confluyen las emociones y los afectos”.

Asimismo, señaló que “lo inconmensurable y etéreo de la naturaleza de las representaciones celestiales ha sido materializado a través de pinceles, gubias, lápices, buriles y manos de numerosos artistas. La historia de la cultura los menciona desde tiempos inmemoriales. Manifestaciones artísticas y literarias los describen desde antiguas civilizaciones, pasando por las grandes religiones monoteístas y posteriormente configurándose como alegorías asociadas a los ideales libertarios de los Estados y naciones en todo el orbe”.

Lo humano y lo divino

En Europa la historia de los ángeles se remonta a las escrituras bíblicas, donde actúan como mensajeros divinos y protectores. Durante la Edad Media teólogos como Santo Tomás de Aquino en su obra Summa Theologica estudiaron a profundidad su naturaleza y roles. En el Renacimiento los artistas los retrataron en magníficas obras de arte, reflejando su belleza y pureza divina.

Estos seres no solo jugaron un papel crucial en la teología cristiana, sino que también se convirtieron en símbolos culturales importantes. En el arte europeo los ángeles han sido representados en pinturas, esculturas y arquitectura, influyendo en la estética religiosa y cultural del continente.

La devoción popular hacia estos seres alados sigue siendo una práctica común en muchas comunidades europeas y latinoamericanas.

Con la llegada de los colonizadores europeos al continente americano los ángeles fueron introducidos a las culturas indígenas a través de la evangelización. Los misioneros católicos utilizaban estas figuras celestiales para enseñar la doctrina cristiana. En muchos casos los ángeles fueron integrados en las religiones locales, dando lugar a un sincretismo único donde se combinaban creencias cristianas e indígenas.

Actualmente, en América los ángeles desempeñan un papel destacado en las prácticas religiosas, tanto en el catolicismo tradicional como en variantes sincréticas como la santería y el vudú. Festividades como el Día de los Ángeles en Costa Rica demuestran su importancia cultural y religiosa.

Incluso la iconografía angelical se refleja en el arte y la arquitectura colonial, adaptándose a los estilos y materiales locales. Las iglesias y obras de arte muestran una mezcla fascinante de influencias europeas e indígenas, enriqueciendo el patrimonio cultural de la región.

La figura de los ángeles conecta a Europa y América, simbolizando la unión de lo divino y lo humano, y reflejando la intersección de culturas a lo largo de los siglos. Su legado perdura en la teología, el arte y la devoción popular, recordándonos la profunda influencia de estos seres celestiales en nuestra historia y cultura compartida.

Ángeles. Las huestes celestiales en la Tierra, se concreta después de cinco años de arduos trabajos de investigación, con la colaboración de instituciones públicas y privadas.

Palhares destaca el regreso de la pieza más antigua del Munal, Santa Cecilia, de Andrés de Concha, que después de ocho años de restauración vuelve a las salas.

La exhibición estará disponible hasta el 8 de septiembre con visitas de martes a domingo de 10:00 a 18.00 horas.