La búsqueda de la identidad mexicana ha sido un proceso continuo y complejo que ha evolucionado a lo largo de los siglos, influenciada por momentos históricos clave y por la rica diversidad cultural del país: desde el periodo colonial hasta el México contemporáneo ha estado marcada por la mezcla de raíces indígenas, el legado europeo y las influencias externas en un intento por definir qué significa ser mexicano.
Para profundizar sobre este tema el Museo Mural Diego Rivera presenta la exposición Sobre los huesos de Cuauhtémoc y de Hernán Cortés. Diego Rivera y el gran debate sobre la mexicanidad, bajo la curaduría de Luis Rius Caso.
Esta muestra se adentra en el debate sobre la identidad nacional, un asunto que resonó especialmente tras los descubrimientos de los restos de Hernán Cortés en 1946 y de Cuauhtémoc en 1949. Ambas figuras fundamentales en la historia de México se entrelazan en el imaginario nacional, reflejando la complejidad de su pasado compartido. Durante la inauguración, Rius Caso destacó que el arte es un espacio clave para reflexionar sobre la historia de México, desde eventos como la Revolución y la Independencia hasta la llegada de los españoles.
El artista principal de la exhibición es Diego Rivera, quien se distinguió por sus visiones proindigenistas y fue invitado a Guerrero para revisar los restos de Cuauhtémoc para colaborar en la interpretación de su figura a fin de saber cómo lució el último tlatoani mexica.
La exposición reúne cerca de 100 piezas entre pinturas, documentos, obra gráfica, dibujos e impresos, organizadas en seis núcleos temáticos que abarcan desde la llegada de Cortés hasta el pensamiento liberal del siglo XIX.
También explora el debate en torno del mestizaje y los efectos de la Conquista, con obras que documentan estas perspectivas.
El icónico mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central sirve como introducción a la muestra y se pueden apreciar trabajos de otros grandes artistas como José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, Alberto Beltrán y Mariana Yampolsky, entre otros.
Los ejes temáticos son El antigachupinismo de Diego Rivera y la herencia de los liberales radicales del siglo XIX; Sobre los huesos de Cuauhtémoc y Hernán Cortés; La Conquista, interpretaciones de la primera mitad del siglo XX hasta los años 70; En torno al mestizaje de mediados del siglo XX; Los diseños, los almanaques y la publicidad; y Visiones contemporáneas de la Conquista y el mestizaje.
Rius espera que esta exposición sirva como un espejo para el público: “Nos hace muy originales y enriquece nuestra cultura”, señaló.
Agregó que la exposición busca que el espectador reflexione sobre la historia y se adentre en un recorrido artístico de alta calidad.
Paralelamente, la exposición ofrece un programa académico que incluye conversatorios, conferencias y talleres que abordan temas como el hallazgo de los restos de Cortés y Cuauhtémoc, la figura de La Malinche y la reivindicación de Eulalia Guzmán como pionera en la arqueología mexicana.
Además, hay visitas guiadas con Rius Caso y los artistas Gustavo Monroy y Erik Pérez, junto con una experiencia gastronómica que interpreta la historia a través de la comida.
Transformación
Con la llegada de los españoles en el siglo XVI y la caída de Tenochtitlán las culturas indígenas se enfrentaron a una imposición cultural y religiosa. Sin embargo, muchas tradiciones prehispánicas lograron preservarse y mezclarse con las nuevas costumbres traídas desde Europa, lo que dio lugar a un mestizaje cultural.
Durante este periodo surgió una nueva identidad en la que convivían elementos indígenas y europeos, creando las primeras expresiones de un “ser mexicano” que abarcaba tanto la resistencia como la adaptación.
Posteriormente, la Independencia en 1810 trajo consigo una serie de ideales que buscaban reivindicar los orígenes indígenas y la cultura mestiza como parte esencial de la identidad nacional. Los héroes de Independencia y los símbolos patrios (virgen de Guadalupe/águila devorando una serpiente) se convirtieron en emblemas de la nación. El nacionalismo mexicano en el siglo XIX buscaba consolidar una identidad propia que diferenciara a México de sus colonizadores y unificara a una nación aún fragmentada.
La Revolución Mexicana sería 100 años más tarde un hito en la construcción de la identidad nacional, al incorporar las luchas de los campesinos y trabajadores en la narrativa mexicana. El movimiento revolucionario abrió un periodo conocido como el “Renacimiento Mexicano” en las artes y la cultura, donde artistas como Rivera, Orozco y Siqueiros exploraron la identidad nacional a través de sus murales y obras de arte. Este periodo exaltó el indigenismo y el mestizaje, y las figuras prehispánicas se convirtieron en iconos de orgullo nacional.
Los descubrimientos de los restos de Cortés y Cuauhtémoc a mediados del siglo XX revivieron las tensiones entre el pasado indígena y la herencia colonial. Durante esta época el nacionalismo se consolidó a través de la educación, la literatura y el cine, que promovieron una imagen de México unificada y orgullosa de sus orígenes. Sin embargo, también surgieron posturas críticas que cuestionaban si esta identidad oficial era una representación justa de la diversidad y complejidad cultural del país.
Sobre los huesos de Cuauhtémoc y de Hernán Cortés. Diego Rivera y el gran debate sobre la mexicanidad estará abierta al público hasta el 16 de febrero de 2025 en un horario de 10:00 a 18:00 horas de martes a domingo. Se pueden conocer más detalles del programa de actividades a través de la página web del recinto.