Bogotá, Colombia, 14 de marzo. Un grupo de maestros de construcción palpaba la tierra en busca de algún fragmento que se convierta en un hallazgo arqueológico, en medio de la restauración de un antiguo edificio en el centro de Bogotá que colinda con el que fuera su principal centro de tráfico de estupefacientes: el Bronx.
La búsqueda ha arrojado ya más de 51 mil hallazgos arqueológicos, desde fragmentos prehispánicos muiscas —etnia que ocupaba las tierras altas que actualmente son Bogotá—, pasando por restos de fauna, hasta un sistema de canalización de la época colonial y republicana.
Los descubrimientos fueron fortuitos; no se trataba de una zona de potencial arqueológico en la ciudad.
Durante las excavaciones para el reforzamiento de la estructura del edificio en 2023, se toparon con un colector de agua de hace más un siglo, casi un año después de iniciada la obra. Desde entonces, cada fragmento hallado va a un laboratorio para ser clasificado y analizado.
La obra es parte del Proyecto Metropolitano Bronx Distrito Creativo, un ambicioso proceso de renovación urbana de la capital que nació luego de que fuera desmantelado el Bronx en 2016.
Para el operativo fueron necesarios dos mil 500 efectivos de la fuerza pública que permitieron acceder a la “república independiente del crimen”, como fue denominada la zona que queda apenas a unas cuadras del centro de poder del país: el palacio presidencial, el Congreso y las cortes.
Los hallazgos arqueológicos que se obtienen en la obra van a parar a un laboratorio de arqueología que se ubica justo en la zona en la que se demolieron docenas de casas del antiguo Bronx.