Bernardo Esquinca. La región crepuscular. Almadía/BUAP. 186 pp.
Gregorio Goyo Cárdenas es el asesino en serie más emblemático del país. El también conocido como El estrangulador de Tacuba mató a cuatro mujeres en su casa de Mar del Norte y estuvo preso en Lecumberri.
Ingeniero de formación, el criminal se convirtió en toda una celebridad a mediados del siglo XX, al punto de que su historia sigue motivando películas, series y literatura. El libro más reciente en este sentido es La región crepuscular, de Bernardo Esquinca (Guadalajara, 1972).
¿Cómo hablar de un asesino en serie sin terminar convirtiéndolo en un antihéroe? Ese es uno de los retos planteados por el escritor con su novela. Para conseguirlo articula el relato en dos vertientes: por un lado, cuenta la vida de Cárdenas; y, por otro, presenta a una mujer periodista que intenta comprender cómo es que México se convirtió en un país de feminicidios.
Nuevo enfoque
Esquinca es uno de los narradores que mejor aborda la novela de género en nuestro país. A través de sus libros se puede trazar una línea del tiempo en el desarrollo de la violencia, al menos en la capital. Su aportación al abordar a un personaje como Goyo no es menor. Sin juzgar de manera frontal al asesino, consigue mostrarlo tal cual fue, pero no solo eso. La figura de la periodista desmonta una narrativa tanto judicial como mediática —los medios de comunicación contribuyeron notablemente a que el estrangulador se convirtiera en alguien casi legendario—, para confrontarnos con la normalización de la violencia de género que vivimos desde hace décadas.
La región crepuscular consigue proponer un nuevo enfoque en la narrativa policiaca o criminal, donde el rol de la mujer es distinto. Es cuestión de asomarnos a las plataformas o las mesas de novedades para ver que el true crime es un subgénero de moda.
El crimen vende y vende bien. El problema es cómo lo queremos abordar y qué historia queremos contarnos como sociedad. Si en verdad trabajamos por erradicar la normalización de la violencia en todos los sentidos quizá debamos empezar por cambiar nuestra forma de leerlo o verlo. Un buen inicio puede ser esta novela.
Otros libros de Bernardo Esquinca son Asesina íntima y Carne de ataúd.
Vértigo también recomienda
Alessandro Baricco. Abel. Anagrama. Trad. Xavier González Rovira. 176 pp.
El escritor italiano regresa a la novela con un western que pone en cuestión una de las piedras angulares del género: la noción de frontera, desplazándola aquí del exterior al interior de un sheriff que pese a sus 27 años ya es una leyenda.
T. S. Eliot. Poesía reunida (1909-1967). Universidad Veracruzana/UAM. Trad. José Luis Rivas. 531 pp.
El reconocido poeta José Luis Rivas realiza una nueva traducción de la obra de T. S. Eliot. El resultado es un volumen amplio que aporta frescura a poemas que todavía, en pleno siglo XXI, tienen mucho por decirnos.
Mar Alonso. Pon a tono tu microbiota. Edaf. 351 pp.
La importancia de la microbiota (conjunto de microorganismos) en la salud y en la enfermedad está fuera de toda duda, pero más allá de lo que habitualmente leemos o escuchamos acerca de sus funciones aquí encontraremos información seria para su cuidado.