Gabriela Ortiz: “la creatividad no tiene límites”

Coordinó la conferencia-concierto “Music of Sound”

Redacción
Cultura
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Gabriela Ortiz Colegio Nacional Music of Sound 2025
Foto: El Colegio Nacional

Ciudad de México, México, 27 de marzo 2025. “La creatividad no tiene límites”, reconoció la compositora Gabriela Ortiz, miembro de El Colegio Nacional, durante la conferencia-concierto “Music of Sound. Música para violín solo y con electrónica”. Estas declaraciones las mencionó después de escuchar cómo la también compositora Valeria Jonard desarrolló una pieza para la violinista Dirén Checa en la que un estetoscopio reflejaba los sonidos del corazón.

La colegiada explicó que “si trabajas acústicamente, el compositor imagina. Si yo trabajo para orquesta, imagino lo que va a sonar en la orquesta, pero no la escucho hasta tenerla enfrente de mí, cuando la orquesta ensaya y la toca por primera vez. Cuando uno compone con elementos electroacústicos, uno también es el responsable de lo que suena, pues el compositor es como un pintor que, frente al lienzo, está viendo lo que está pintando. La experiencia es muy distinta a cuando uno trabaja con instrumentos acústicos”.

Para la obra Envy, la compositora Valeria Jonard se preparó con un instrumento que incorporaba los latidos cardíacos en tiempo real: “Todo surgió años antes, para una pieza de electrónica fija que se llama Yeyuno para sonidos de la panza, para la que primero experimenté cómo grabar dichos sonidos: utilicé un micrófono de contacto que no funcionó, para luego usar un estetoscopio cortado al que le metí un micrófono de chicharito, ya después lo mejoré”, mencionó Jonard.

“El otro reto era cómo colocarlo. Originalmente, le ponía al intérprete una venda para fijar el estetoscopio, pero si se movía un poquito hacía ruido. Entonces hicimos algunos cambios para que pudiera ponerse el estetoscopio, hacerlo sonar, verificar que, si estaba sonando, jugar con su propio pulso y después quitárselo, así es como funcionó”, compartió.

Tras evocar algunas agrupaciones que han marcado un antes y un después en la música contemporánea apropiándose de los sonidos de nuestro tiempo, incluidos los producidos por aparatos electrónicos, Gabriela Ortiz mencionó a María Elena Arizpe, Tambuco, el Cuarteto Latinoamericano y Onix Ensamble, “sin cuya presencia la música mexicana sería diferente”. Además, resaltó la necesidad fortalecer el diálogo entre compositores e intérpretes.

“Si no hubiéramos tenido a todos estos grupos, quizá la música de nuestro país se hubiera ido por otro lado o se hubiera desarrollado de una manera muy diferente. Entonces, sí es importante remarcar que, si no contamos con los intérpretes, no puede haber un desarrollo musical sano. Así de simple, no hay futuro. Además, para mí es importantísimo darle este espacio también a las nuevas generaciones”.

Este es el caso de la violinista Dirén Checa, quien no solamente se ha dedicado a la difusión de la música contemporánea, sino que también se ha dado a la tarea de generar comisiones, pues son varias las obras que ya le han escrito a la intérprete, en especial con el aprovechamiento de nuevas tecnologías.

Dirén está completamente involucrada en lo que sucede hoy no sólo en el mundo de la música, sino también en el de la diversidad estética. En el programa de hoy todas las obras son muy diferentes, porque eso es parte de la representación de lo que está sucediendo en el siglo XXI”, mencionó Ortiz.

“Recuerden que muchos compositores o pueden venir de la guitarra o del piano —bueno, Revueltas era violinista—, pero no todos tocan un instrumento de cuerda. Yo, por ejemplo, no. Por eso, la relación entre intérprete y compositor se vuelve algo indispensable, indisoluble. Cuando uno crea una obra nueva, es muy importante trabajar de cerca con el intérprete”, abundó Gabriela Ortiz.

Diversidad de propuestas
Como parte del programa de la conferencia-concierto “Music of Sound. Música para violín solo y con electrónica” se interpretaron las obras: “Retornar” (2024), de René Mayoral; “Parábola de la Matriz” (2024), de Fermín León; “Metamórfica” (2021), de Eunice Shanti; “Skin I” (2020), de Vito Palumbo; “Envy” (2012), de Valeria Jonard; “MS” (2020), de Enrique Schadenberg, y “Puntos cardinales” (2022), de José Gutiérrez Cárdenas.

En la sesión, las y los compositores presentaron sus piezas, algunas trabajadas directamente con la intérprete y otras estrenadas años antes, pero que, en el diálogo musical con Dirén Checa, lograron enriquecer sus sonidos. En ciertos casos, esta colaboración fue definida como “una experiencia transformadora”.

Así, “Metamórfica”, de Eunice Shanti, surgió de un disco colaborativo con un concepto general basado en los cuatro elementos. A ella le tocó representar el elemento Tierra, por lo que “empezó a ahondar en el desarrollo de la pieza a partir de recuerdos metáforas, y de lo que ella consideraba era este elemento”.

La pieza “MS” es para violín solo y fue escrita por Enrique Schadenberg en el 2020 para su amigo Manuel Simpson. Forma parte del ciclo Remisiones resonantes, una serie de obras dedicadas a amigos con quienes, por distintas razones, compartió el ambiente musical en Valparaíso. En ese sentido, la pieza funciona como una carta sonora.

En “Parábola de la Matriz”, Fermín León ofrece una pieza llena de pequeños gestos musicales que se comportan como si fueran plantas, como si fueran organismos vivos, “cada uno llenando el espacio que el otro deja, de la misma forma que los seres vivos ocupamos nuestro propio nicho biológico y creamos nuestro propio ecosistema”.

José Gurría-Cárdenas definió a Dirén Checa no sólo como una intérprete de notas escritas en pentagrama, sino como una gran improvisadora que, además, no les tiene miedo a los retos. Su pieza “Puntos cardinales” está inspirada en sonidos naturales utilizados para la geolocalización, como el aleteo de los murciélagos, el canto de las ballenas o el sonido de los delfines, además de señales de radar. “Siempre me da mucha curiosidad el asunto de las resonancias y del sonido como fenómeno en sí mismo”, expresó.

En el caso de “Retornar” de René Mayoral, Dirén Checase propuso reflexionar musicalmente sobre el derecho de los palestinos a regresar a su tierra. Reconoció las ideas políticas con las que se construyó la obra, al grado de señalar que la abordó, musicalmente, “desde una opresión reducida en ruido, en una interrupción de la técnica tradicional con gestos poco sonoros, como cuerdas moteadas no en el arco, sino en formas atípicas que, poco a poco, se han liberado hasta llegar a la sonoridad natural del violín”.

“Music of Sound” es parte de un proyecto de la violinista Dirén Checa, quien empezó a trabajar directamente con compositores con un énfasis en la música contemporánea, un trabajo artístico que muy pocos intérpretes realizan. “Prácticamente, en el mundo de la música académica, se pueden contar con los dedos quienes se dedican a la música contemporánea”, señaló, a pesar de que en el país se compone mucha música de este género, especialmente por jóvenes, que no llega a interpretarse”.

En la música contemporánea hay mucho potencial para presentar las cosas, desde el tipo de lugares donde se puede tocar esta música o las personas a las que se puede alcanzar: ¿cuánta gente está interesada en la música experimental, no necesariamente clásica? Entonces, me preguntaba ¿por qué nadie lo está haciendo?”, reflexionó la violinista, quien actualmente está en su quinta temporada del proyecto y se encuentra más feliz que nunca. “Me he abierto muchísimo como artista. He encontrado una libertad increíble”, destacó.

La conferencia- concierto “Music of Sound. Música para violín solo y con electrónica” se puede disfrutar desde el Canal de YouTube de la institución: elcolegionacionalmx.