GABRIEL MACOTELA: ARTE, COMPROMISO Y REVOLUCIÓN

Alejandra Moncada
Cultura
Gabriel Macotela

Gabriel Macotela es uno de los artistas más destacados y multifacéticos del panorama artístico contemporáneo mexicano. Con una carrera que abarca más de cinco décadas, ha incursionado en diversas disciplinas como la pintura, la escultura, el grabado, el diseño escenográfico y la ilustración, dejando una huella indeleble en cada una de ellas.

Su obra, profundamente ligada a la realidad social y política de México, es reconocida tanto a nivel nacional como internacional.

Por ello, la Casa Universitaria del Libro (Casul) inauguró el 8 de agosto la exposición Nuestro Macotela en honor a los 70 años de este gran artista.

La muestra se conforma por más de 50 cartas que distintos personajes del mundo literario y artístico realizaron para el homenajeado. Se pueden apreciar epístolas creadas por Vicente Rojo, Angélica Abelleyra, Ilse Gradwohl, Mardonio Carballo, Gustavo Monroy, Brian Nissen y Vanessa García Lembo, entre otros.

Macotela inició su formación formal en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado (ENPEG) La Esmeralda en la Ciudad de México, donde fue alumno de destacados artistas como Gilberto Aceves Navarro, con quien desarrolló una técnica sólida y una profunda comprensión del arte contemporáneo.

El maestro recuerda no haber sido bueno para la escuela convencional y rememora sus años de estudio en las artes: “Estuve dos años en La Esmeralda, donde me tocó el mejor momento de esa escuela con grandes maestros como Felguérez, Aceves Navarro, Sebastián… Toda esa Generación de la Ruptura. ¡Y fue increíble! Luego estuve en la Academia de San Carlos y allí pertenecí al grupo SUMA”.

Desde sus primeros años como estudiante Macotela destacó participando en diversas exposiciones colectivas y ganando becas que le permitieron seguir perfeccionando su arte. Al respecto, señala que “Yani Pecanins y su familia fueron quienes me llevaron a exponer en su galería. Y por ellos me fui a Barcelona dos años y medio e iba como oyente a una escuela de arte”.

Su estilo, desde sus inicios, estuvo marcado por un enfoque en la figura humana, el uso del color y la experimentación con diferentes materiales y técnicas.

Asimismo, ha abordado una amplia gama de temas, muchos de los cuales reflejan su preocupación por las injusticias sociales, la violencia y las contradicciones de la modernidad. En su pintura, por ejemplo, es común encontrar figuras humanas desproporcionadas, que parecen estar atrapadas en espacios claustrofóbicos, lo que refleja su visión crítica de la sociedad contemporánea.

Uno de los elementos más destacados de su obra es su capacidad para fusionar lo abstracto con lo figurativo, creando un lenguaje visual único.

En sus esculturas Macotela utiliza materiales como el hierro, la madera y el bronce, logrando piezas que, aunque robustas y pesadas, transmiten una sensación de fragilidad y movimiento. Sus esculturas monumentales, algunas de las cuales adornan espacios públicos en México, son testimonio de su maestría en el manejo de los materiales y su capacidad para transformar el entorno.

A pesar de que ha puesto en práctica muchas técnicas artísticas, Macotela afirma que se inclina más por lo relacionado con la urbe: “Siempre me ha interesado el tema de las ciudades. Y más la Ciudad de México, que es inmensa, con todo lo que eso implica; es bellísima y monstruosa; pobrísima; de contrastes tremendos. Es una estética muy personal”.

Influencia

Macotela no se limita a trabajar en solitario, sino que su carrera está marcada por numerosas colaboraciones con otros artistas, escritores y músicos.

Entre sus colaboraciones más notables se encuentra su trabajo con el poeta José Emilio Pacheco, con quien desarrolló distintas ilustraciones en los que texto e imagen se entrelazan de manera orgánica.

También ha trabajado en el diseño de escenografías para teatro y danza, aportando su visión artística a montajes que han sido aclamados por la crítica.

La obra de Macotela ha sido exhibida en numerosos museos y galerías, tanto en México como en el extranjero. Entre sus exposiciones más importantes se encuentran las realizadas en el Museo de Arte Moderno, el Palacio de Bellas Artes, el Museo de Arte Carrillo Gil y el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC).

Sus exposiciones internacionales incluyen ciudades como París, Madrid, Nueva York y Buenos Aires, consolidándolo como una figura de renombre en el arte contemporáneo.

A lo largo de su carrera Macotela ha recibido numerosos premios y reconocimientos, entre ellos el Segundo Premio de Pintura y Mención de dibujo en el XII Concurso Nacional para Estudiantes de Pintura y Escultura de Aguascalientes, el Premio de Adquisición en el Salón Nacional de Pintura del entonces Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA); la Primera Bienal de Cuenca, Ecuador; y el Premio Salón Juguete Arte Objeto en el Museo José Luis Cuevas.

El legado de Macotela va más allá de su obra artística: su influencia se extiende a varias generaciones de artistas que han encontrado en él una fuente de inspiración; su capacidad para reinventarse y explorar nuevas formas de expresión es un ejemplo para muchos; y su compromiso con la realidad social de México ha marcado a quienes buscan un arte comprometido y reflexivo.

Además de su labor como creador, Macotela ha sido un ferviente defensor de la cultura en México. Ha participado en la creación de espacios culturales y ha apoyado a jóvenes artistas a través de becas y programas de formación. Su labor pedagógica, aunque menos conocida, ha sido crucial para el desarrollo de nuevas voces en el arte contemporáneo mexicano.

Es, sin duda, una de las figuras más importantes del arte contemporáneo en México. Su obra, que abarca diversas disciplinas y temáticas, es testimonio de su talento y de su profunda comprensión del mundo que le rodea.

A lo largo de más de cinco décadas ha sabido mantenerse vigente, reinventándose constantemente y explorando nuevas formas de expresión sin perder nunca su compromiso con la realidad social y política de su país. Su legado, tanto en el plano artístico como en el cultural, perdurará como un referente en la historia del arte mexicano.

La exposición en Casul podrá visitarse hasta el 28 de agosto en un horario de lunes a viernes de 10:00 a 18:00 horas y los sábados de 10:00 a 14:00 horas. La entrada es gratuita.