Ciudad de México, México, 25 de enero 2025. Recién se estrena en México, pero ya tiene detractores. El narcomusical sobre la experiencia trans “Emilia Pérez”, del director francés Jacques Audiard, no ha tenido una recepción tan cálida en el país que pretende retratar como en las nominaciones a los Premios de la Academia.
Aunque “Emilia Pérez” llega precedida con triunfos en Cannes y los Globos de Oro, así como de 13 nominaciones al Oscar, un récord para una película de habla no inglesa, debutó en México el jueves sin romper la taquilla: 20.000 asistentes en su estreno y casi 74.000 dólares (1,5 millones de pesos mexicanos) de recaudación.
The Associated Press conversó en México con familiares de desaparecidos, miembros de la comunidad trans, críticos de cine y público en general para conocer sus impresiones.
Entre los espectadores hay voces que reconocen su esfuerzo por presentar una realidad dura y abordar temas espinosos, pero quienes están representados en la pantalla—como las personas trans o las víctimas del crimen organizado— se sienten agraviados por lo que consideran un retrato superficial.
El deslumbrante desempeño
“Emilia Perez” es el filme más reciente de Audiard, director películas aclamadas como “De rouille et d’os” ("Metal y hueso"), “Dheepan”, galardonada con la Palma de Oro en Cannes, y “Un prophète” ("Un profeta"), nominada a mejor película internacional en los Oscar de 2010.
Es la historia, presentada como musical, de un narcotraficante mexicano ficticio, apodado Manitas del Monte (Karla Sofia Gascón), que deja atrás su vida de crimen al convertirse en una mujer trans y activista buscadora de desaparecidos con la ayuda de una abogada (Zoe Saldaña). Los problemas le llegan por sus celos incontrolables hacia su exesposa (Selena Gomez), pese a haber conocido a una mujer por la que siente un amor instantáneo (Adriana Paz).
En su estreno mundial en Cannes, sus cuatro protagonistas recibieron un premio conjunto de mejor actriz y el filme recibió el premio del jurado. En los Globos de Oro obtuvo cuatro estatuillas: Mejor película musical o de comedia, mejor actriz de reparto para Saldaña, mejor película extranjera y mejor canción original por “El mal”.
El jueves fue la más nominada a los Oscar incluyendo menciones como mejor película, mejor actriz para Gascón, mejor actriz de reparto para Saldaña y dos nominaciones en el apartado de mejor canción original. También competirá en los premios SAG a mejor elenco, mejor actriz (Gascón) y mejor actriz de reparto (Saldaña).
Sin embargo, ha sido cuestionada por no ser un fiel retrato de México —ni estar filmada ahí—, por frivolizar sobre las consecuencias del crimen organizado y por lo poco natural del español que hablan algunas de sus protagonistas.
El veredicto del público mexicano
Al salir de un cine en el centro de la Ciudad de México, Héctor Ayala dijo que corrió a ver la película cuando se enteró que había sido la más nominada en los Oscar. “Qué bueno que le están dando enfoque para que de alguna manera los gobiernos y las sociedades le den pues importancia para que combatan eso, la cuestión de los desaparecidos, las bandas organizadas”, dijo Ayala, de 58 años y jubilado.
Dora Pancardo tenía sentimientos encontrados. La entretuvo bastante al punto de no “pestañear” en las escenas musicales, pero no le gustó el retrato de la violencia en México.
“El director quiso transmitir la parte de que estamos en una sociedad violenta, que tampoco es una mentira, pero me parece que es muy crudo”, dijo Pancardo, coach de mujeres de 45 años. “Tampoco me gustó mucho que Selena Gomez hablara un español tan malo. Hay como ciertos diálogos y ciertas expresiones que en México no usamos”.
Guillermo Mota iba con curiosidad tras el amplio debate en redes. “Es una película internacional hecha para entender un poco a México”, dijo el asesor financiero de 49 años. “Que la comunidad que no conoce esta problemática mexicana y que no va a ver películas documentales mexicanas, porque nunca las va a ver, al menos tenga una experiencia que le ayude a ver un poquito más”.
Le sorprendió que “Emilia Pérez” sea la más nominada frente a “Anora” o “Cónclave”. “Tiene sus méritos para estar ahí; no creo que gane mucho más que lo de Zoé Saldaña, pero ya veremos”.
Cuestionado retrato de México y sus problemas
Un aspecto muy cuestionado es que solo una de sus protagonistas, Paz, sea mexicana y su papel sea de reparto. Las tres actrices que figuran más, Gomez, Saldaña y Gascón, son estadounidense, de origen dominicano y española, respectivamente, con acentos distintos al mexicano.
El guion tampoco fue escrito por hispanohablantes y su léxico y entonación han llevado a parodias en redes. De hecho, el actor mexicano Eugenio Derbez, uno de los actores del filme galardonado con el Oscar “Coda” ("Coda: Señales del corazón"), calificó de indefendible la actuación de Gomez en un podcast con la crítica de cine mexicana Gaby Meza.
Luego pidió disculpas por sus “comentarios imprudentes”, cuando la actriz dijo que había entregado su corazón y hecho lo mejor posible con el tiempo que le dieron.
“Selena Gomez sí es una buena actriz, pero en este caso es difícil decir ‘su actuación sí funciona’ cuando los elementos con los que está alimentada la actuación son deficientes”, dijo Meza en entrevista con la AP.
La película es “exótica y arriesgada”, reconoció Meza, pero su principal problema es el guion que no profundiza en nada. “Ni en lo que es la experiencia trans, ni en lo que es la experiencia de los narcos, ni de los desaparecidos, sino todo tocado como un ingrediente para endulzar”.
Otros cineastas prominentes la han defendido, como Guillermo del Toro, Issa López, James Cameron, Denis Villeneuve y Meryl Streep, pero también encontró críticos como el director de fotografía mexicano nominado al Oscar Rodrigo Prieto.
El hecho de que no haya sido filmada en México, más que algunas tomas exteriores, también deriva en escenas irreales como un juicio con jurado y juez con toga. El filme también ha sido criticado por glamurizar el narco con un personaje que busca redimirse, pero vive en el privilegio con el dinero que obtuvo ilícitamente. Y este tema pasa a segundo plano en favor del melodrama pasional.
Durante una conferencia de prensa en México, el director Audiard aseguró que abordó las problemáticas de México con prudencia y reflexión, pero se mostró abierto a las críticas: “Si les parece que lo hago con demasiada ligereza, les ofrezco una disculpa”.
Un musical sobre desaparecidos
El fenómeno de los desaparecidos en México es de larga data y sin una solución sencilla, como parece plantear “Emilia Pérez”. Familiares de desaparecidos no están de acuerdo con su representación, como Artemisa Belmonte, quien comenzó una petición en Change.Org para que no fuera estrenada en el país, donde debutó el jueves. Netflix, donde se exhibe actualmente en Estados Unidos, todavía no la ha estrenado para México.
“Siento que es por demás ofensivo, por demás simplista, frivoliza, no entiendo el sentido de hacer algo así y que tenga tantos premios”, dijo Belmonte a AP desde Ciudad Juárez.
Desde 2011, su madre y tres tíos están desaparecidos. Belmonte es activista y miembro de la fundación Femmex, por los derechos de mujeres y niñas a una menstruación digna.
“No se puede hablar del tema como si fuera algo para hacer un musical... Hollywood no se atreve a hacer musicales de las Torres Gemelas ni del Holocausto”, dijo, recalcando que la herida de las desapariciones no se cierra.
Belmonte cuestionó por irreal que los delincuentes cooperen tan fácilmente para encontrar a desaparecidos y que haya niños entre los buscadores por el peligro y el dolor que implica. Tampoco le pareció adecuado que se haga una especie de santificación de Emilia Pérez hacia el final de la película.
“Evidentemente, no investigaron nada, no se sentaron con una persona que haya tenido un familiar desaparecido, hicieron lo que ellos creían que era un retrato de algo que no han entendido” señaló. “Es un intento de hacer arte disruptivo, pero creo que hay límites... Que no sea una burla a algo tan, tan doloroso”.
Según datos del gobierno federal, en México hay más de 121.00 personas desaparecidas. Hay también más de 52.000 personas sin identificar en morgues y cementerios, y miles de restos calcinados repartidos en distintas procuradurías estatales.
Un narcotraficante que quiere ser mujer
La organización estadounidense GLAAD, de defensa los derechos de la comunidad LGBT+, ha calificado el filme como “profundamente retrógrado”. También ha sido criticado entre la comunidad trans mexicana. Algunos señalan que al hacer su transición, Manitas también tiene un blanqueamiento. Pasa de ser un hombre moreno delincuente a una mujer con rasgos europeos activista.
Láurel Miranda, comunicadora y defensora de derechos humanos trans, recibió un llamado para hacer un casting: “Se pedía a una actriz transgénero de mediana edad, de complexión robusta, porque, claro, siempre las mujeres trans tenemos que ser robustas”, dijo con ironía.
“También se pedía que en la caracterización del personaje la feminidad estuviese recreada a partir de estereotipos de telenovela … Hay que subrayar eso, toda la película está encarnada en estereotipos”, rechazó.
Miranda señaló que originalmente en el guion se planteaba que Manitas únicamente quería convertirse en mujer para evadir la justicia, con el tiempo y gracias a la intervención de Gascón, cambió su motivación al ser una mujer que busca su transición.
“Se plantea a Emilia Pérez como un personaje todopoderoso, encumbrado incluso al final como una santidad, cuando en México la realidad para las personas trans es diametralmente opuesta”, dijo recordando la violencia, precarización y discriminación que vive la comunidad, con 772 transfeminicidios en los últimos seis años.