Mexicana con sangre cubana por parte de su padre, la artista plástica Elia Amador desarrolló su formación académica en la Escuela de Diseño del Instituto Nacional de Bellas Artes (EDINBA) y mediante dedicación, disciplina y paciencia hoy disfruta de reconocimientos que le permiten llevar su obra a numerosas galerías del país y del mundo.
Y aunque desde 2010 se dedica también al diseño e ilustración de forma profesional, en las artes plásticas las corrientes que más le inspiran son el expresionismo y el surrealismo, por medio de las cuales busca lograr una expresión subjetiva a través de su obra.
Durante años se ha especializado en la técnica tradicional de acuarela, siendo esta la preferida que utiliza y con la que crea degradados, contrastes, manchas accidentales y transparencias.
Su talento le ha abierto las puertas del arte, llevándola a exponer en diversos espacios culturales y galerías tanto en México como en otras partes del mundo.
Muestra de ello es su reciente exhibición en uno de los edificios de Noox en el castillo de Mühlberg, Alemania, la cual se trata de “una muestra de residentes, quienes hemos viajado hacia allá para exponer nuestro trabajo”.
En su palmarés cuenta con el primer lugar del concurso de ilustración que realiza la revista literaria Cinco Letras y ha participado en muestras individuales de acuarela y algunas colectivas de ilustración.
Asimismo, como ilustradora ha realizado proyectos en algunos libros de la editorial Ermitaño y en revistas nacionales e internacionales.
En palabras de Amador, uno de sus propósitos como ilustradora es “seguir creando obras nuevas que generen algún mensaje y poder compartir mi visión de las cosas, haciendo vibrar a las personas que las observen, así como participar en distintas exposiciones que den difusión a mi trabajo y, de esta manera, lograr un crecimiento holístico”.
Arte con espíritu
—¿Cómo inició su carrera en el arte?
—Soy egresada del EDINBA, donde estudié Diseño. Todo lo referente al arte ha sido de manera autodidacta. Obviamente he tomado algunos diplomados para enriquecer mis conocimientos, pero realmente las técnicas que uso las adquirí por medio de este aprendizaje, complementado con la abstracción y búsqueda de creatividad del diseño.
—¿Cuáles son sus técnicas preferidas a la hora de crear?
—Me gustan todas las técnicas del arte, pero creo que la acuarela tiene un lugar especial, puesto que me dediqué muchos años a aprender y dominar esa técnica, aunque también la escultura me encanta. Realmente todas las formas de expresión me fascinan.
—¿Soñaba con esto cuando era niña?
—Desde que era chica tuve la bendición de que algunos maestros notaran que tenía ciertas habilidades, por lo que frecuentemente me invitaban a concursos y proyectos escolares de arte. Y algunos compañeros me pagaban hasta diez pesos por hacerles dibujos y cosas por el estilo. Pero nunca imaginé que pudiera dedicarme de lleno a esto; cosas como exponer o crear arte relevante y vivir de ello.
—¿Actualmente se dedica solo al arte?
—Sí, vivo del arte. Es un sueño que cuesta trabajo cumplir y más mantener. Requiere mucha dedicación, mucha disciplina, mucha paciencia y con altas y bajas, como pasa en cualquier rubro. Por fortuna me he mantenido firme y constante en el arte.
—¿Cuál es el eje temático principal en su obra?
—A mí me inspira mucho retomar la parte de las raíces prehispánicas y los temas que tienen que ver con lo espiritual y la resiliencia del ser humano. Muchas de mis obras están inspiradas en momentos lindos o tristes, pero invariablemente todos se transforman: trato de que siempre sea hacia algo de luz, algo positivo, algo diferente, algo que pueda transmitirse a las personas que observan las obras.
Igualmente, dice, “tengo creaciones que tocan temas sociales, como la violencia hacia la mujer o situaciones de desigualdad. Creo que el arte es un excelente parteaguas para comunicar y alzar la voz por medio del alcance que puede tener”.
Como artista, puntualiza Amador, “siento esa responsabilidad social. Me interesa sobre todo ayudar a nivel mental y espiritual en problemas, por ejemplo, como la depresión, la ansiedad, el abuso… Me interesa que la gente se atreva a explorar su creatividad para sanar o acercarse al arte como un método de catarsis”.
Persistir
—¿Existe la sequía de ideas en los artistas?
—Más que la sequía de ideas, me pasa que a veces no me siento bien para andar tan activa y el consejo que me doy a mí misma, y que le daría a cualquier persona, es que se vale darse un descanso, enfocarse en los aspectos de la vida que te bajan la energía o las ganas. Hay que estar pendiente de las emociones.
—¿Algún consejo para los artistas emergentes?
—Cualquier persona puede cumplir sus sueños. Más que suerte, esto se trata de trabajo. Es cierto que también existe ese miedo de dedicarse al arte; hace poco una chica se me acercó para pedirme un consejo porque ella quería ser artista y tenía miedo por este tabú de “si te dedicas al arte te vas a morir de hambre”, algo que también a mí me dijeron muchas veces. Sin embargo, me mantuve firme y enfocada.
Añade: “Creo que fue importante resistir a las adversidades, es parte de esto. Por ejemplo, también trabajo como ilustradora infantil para la Asociación Mexicana de Pediatría en proyectos independientes; disfruto hacer ilustración infantil. Y también he hecho ilustraciones editoriales para algunas publicaciones, pero me enfoco más en el tipo de obra que quiero producir. Ese es mi consejo: persistir”.
Finalmente, destaca la importancia de visibilizar el trabajo de las mujeres: “Es conveniente darse a respetar en el medio, pues a mí me pasó que algunas personas que incluso eran artistas de cierta trayectoria me decían cosas como ‘tú podrías mejor ser mi musa’ y así por el estilo. Eso es acoso, en realidad no les interesaba apoyarme como artista”.
De hecho, concluye, “me gustaría recomendar una exposición que está en el Centro Cultural Mexiquense Bicentenario en la que exhibo dos de mis obras y se llama Sororidad. La otra mirada al arte en México, que es una muestra de puras artistas mujeres, entre consolidadas como Leonora Carrington, Cordelia Urueta, Flora Goldberg, María Izquierdo o Matilde Zúñiga y contemporáneas. Una muestra de puras mujeres más allá de Frida Kahlo, pues creo que hay muchísimo más que decir. Hay más mujeres que trabajan arduamente en su obra y ya tienen una trayectoria. Creo que falta visibilidad en estas otras propuestas”.