Pocas bandas tienen el privilegio de mantenerse en el corazón de sus admiradores después de 50 años; muchas menos han tenido el impacto y la trayectoria de El Tri, que por más que pase el tiempo sigue haciendo lo que más les gusta: rocanrolear.
Con su estilo rebelde, irreverente y contestatario, la agrupación forma parte del imaginario colectivo en México.
Y a pesar de los grandes éxitos, sigue la mata dando, pues el próximo 15 de febrero se presentarán en el Estadio GNP Seguros en la Ciudad de México (CDMX), para celebrar sus 56 años de trayectoria y ofrecer a los asistentes y fieles seguidores un recorrido musical por los éxitos que ahora son himnos del rock mexicano y en español.
La banda ha sido nominada en múltiples ocasiones a los Premios Grammy. Cuenta con decenas de millones de discos vendidos. Y Alex Lora, vocalista y líder de la agrupación, ganó un Premio Ariel por Mejor Tema Musical con Las piedras rodantes, que aparece en el filme Un año perdido.
Envuelto en su chamarra de cuero, con sus icónicos lentes oscuros y su cabello chino, Lora recuerda que su primera presentación fue el 12 de octubre de 1968, “cuando iniciaron los Juegos Olímpicos de México; ese día fue mi primera tocada; así que el 12 de octubre del año pasado se cumplieron 56 años ininterrumpidos de rocanrolear”.
Considerando las decenas de álbumes elegir las canciones para un concierto es cosa seria, aunque Lora tiene claro qué rolas interpretar para sus fans: “Los voy a agasajar y me agasajaré yo mismo tocando de las primeras que hice, como Apriétame más, ¡Qué viva el rocanrol!, Santa Martha, Perro negro, Viejas del Distrito Federal y Es lo mejor, por mencionar algunas”.
Aunque también, agrega, “habrá de las más recientes, como Contigo me conformo, Me vale madres, Pensando en ti… En fin, no es que tenga el menú listo; según el momento y cómo esté la raza, iré tocando, porque más que una tocada es una fiesta”.
Pero la chamba de la agrupación no termina después de este concierto: “Tenemos otras tocadas a lo largo de la República. Vamos a Estados Unidos. Tenemos pendientes algunos compromisos: la tocada del Festival Bésame Mucho, que íbamos a hacer en el estadio de Los Dodgers y que se cambió para el año que viene. Con toda la desgracia que ha sucedido allá en Los Ángeles, quién sabe para cuándo lo vayan a hacer”.
Más aún, Lora adelanta que está próximo a viajar a Perú para participar en una película en la que aparece su canción El vicioso del rocanrol: “Es un himno allá; nos abrió las puertas para ir a Perú y le han hecho versiones de tecnocumbia, de música negra, de todos los estilos que hay allá. Entonces, ahora en marzo voy a hacer un pequeño papel en esa película”.
Libertad
En entrevista con Vértigo, Lora profundiza en la evolución del rock mexicano y en la recepción que ha tenido El Tri a lo largo de más de cinco décadas
—¿Cómo ve la evolución del rock en México?
—Cuando empecé a rocanrolear, los medios y la disquera me alucinaban. Me decían: “¿Qué no entiendes que el rocanrol es en inglés, wey?” Entonces les contestaba: “Lo que quiero es que la raza entienda lo que les digo, lo que les canto, y si aparte de entenderlo cantan conmigo, estoy metiendo el gol que mi música pretende meter”.
Además, Lora detalla que no buscaba conseguir el éxito que ahora posee, sino que su carrera se ha construido sobre sus sentimientos y los de la gente: “Lo que hago, lo hago porque lo siento, porque quiero comunicar el sentir de la raza en mis canciones. Ahora, después de 56 años, el tiempo y el rocanrol me dieron la razón. Aunque nunca pretendí triunfar, es como dice la canción: las cosas pasan porque tienen que pasar, no quieras dar tantas explicaciones porque cuando Dios dice ‘a comer’ hasta del cielo llueven chicharrones. Así es la vida, y así es el rocanrol”.
En este sentido, relata que su madre intentó disuadirlo en varias ocasiones de dedicarse a la música. Naturalmente, no lo consiguió: “Cuando era niño mi mamá me decía. ‘es que de músico te vas a morir de hambre’; y yo le contestaba, ‘sí, mamá, pero yo siento que la música me llama’. Me insistía en que mejor hiciera algún deporte y yo le respondía, ‘pues el roncanrol es un deporte y es mi deporte favorito’. O sea, uno simplemente recorre el camino que Dios ya trazó para nosotros; y la Virgen de Guadalupe me ha dado luz verde para seguir rocanroleando”.
—Y en estos 56 años de hacerlo, ¿qué es lo que más ha disfrutado de rocanrolear?
—Lo que más me gusta es ver cómo la gente, mis fans, se olvidan de sus broncas y se sienten libres cuando están rocanroleando conmigo. Para mí el poder darles la sensación de alegría, de libertad que yo siento cuando estoy rocanroleando, es lo máximo. La raza que ha rocanroleando conmigo durante 56 años y los que tienen cinco años o cinco semanas, disfrutan mucho. Los chavititos son los que más se prenden con mis rolas y se las saben mejor que yo; cantan Todo me sale mal y Me vale madres como si ellos mismos las hubieran creado; se saben Es lo mejor y Santa Martha como si se las hubieran inventado hace 15 minutos.
—¿Qué le diría a los viejos y nuevos seguidores?
—Los invito a festejar este 15 de febrero en el Estadio GNP Seguros. La realidad es que El Tri existe y ha existido toda la vida no porque haya tenido mucha difusión, no porque se haya promovido mucho; nunca hemos tenido ningún padrino que nos apoye ni nos han promovido mucho. El Tri existe y se ha mantenido 56 años porque la raza ha mantenido en su corazón mis canciones y las ha seguido cantando de generación en generación. Claro que para eso se necesita una poquita de gracia y otra cosita, pero eso es lo que ha hecho que la música de El Tri siga resonando después de 56 años.