El paisaje japonés llega al Museo Kaluz

Presenta obras japonesas jamás exhibidas para el público mexicano.

Redacción
Cultura
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Foto: Colección Terry Welch

Ciudad de México, 14 de julio. La nueva exhibición temporal del Museo Kaluz abre un diálogo entre dos tradiciones de pintura de paisaje modernas: la japonesa y la mexicana. Titulada Casi oro, casi ámbar, casi luz. Bienvenida del paisaje mexicano al paisaje japonés, presenta alrededor de 100 obras entre óleos, acuarelas y dibujos, pinturas a tinta china y color, biombos y rollos.

Desde el icónico Monte Fuji hasta los volcanes del Valle de México, mostrando cómo ambos países han estado unidos por naturaleza. La exposición marca una “bienvenida”, pues el museo recibe por primera vez las piezas del coleccionista estadounidense de arte japonés radicado en México, Terry Welch; acompañadas por pinturas de la colección Kaluz en un diálogo artístico.

“La colección de arte japonés que estamos presentando es única en América Latina y la primera vez que se exhibe en la región. Por otra parte, nos permite abrir una colaboración entre el Museo Kaluz y El Colegio de México para difusión e investigaciones subsecuentes”, explica Miguel Fernández Félix, director general de este recinto.

Convergencia

Coincidiendo con la construcción del estado-nación moderno y de la identidad nacional en ambos países, la mayoría de la exposición abarca desde inicios del siglo XIX hasta mediados del siglo XX.

En el paisaje mexicano destacan artistas como Eugenio Landesio (1810-1879), José María Velasco (1840-1912), Gerardo Murillo ‘Dr. Atl’ (1875-1964), Jesús Reyes Meza (1924-2011), Adolfo Best Maugard (1891-1964) y Alfredo Zalce (1908-2003). Mientras que del lado japonés sobresalen piezas de Dōmoto Inshō (1891-1975), Hirai Baisen (1889-1969), Tsuji Kakō (1870-1931) y Yamamoto Shunkyo (1871-1933), entre otros.

Luis Rius Caso, creador del concepto curatorial de la parte mexicana, detalla cómo fueron seleccionadas las piezas: “El museo tiene una colección maravillosa de paisaje mexicano, ahora estamos destacando pinturas que nos ayuden a comprender cómo los artistas, tanto nacionales como extranjeros, han representado la naturaleza y a la sociedad mexicana aportando a la creación de una identidad nacional”.

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Nakata Unki, Colorido conjunto de vistosas imágenes (1930); Colección Kaluz.

Recorrido

El título de la muestra está inspirado en el haiku El saúz del poeta mexicano José Juan Tablada, promotor del arte japonés en nuestro país. La frase hace referencia a la sutileza y belleza de las obras que se exhiben.

“Nos emociona compartir este diálogo artístico. Preparamos esta exposición para que el público mexicano descubra otras caras de ambas culturas. Pese a la distancia y las diferencias históricas y sociales, van a encontrar puntos de encuentro muy llamativos”, cuenta Amaury García Rodríguez, creador del concepto curatorial de la parte japonesa.

Recorrido

La muestra se divide en cinco secciones para reflexionar sobre las similitudes y contrastes entre la pintura de paisaje en México y Japón.

Inicia con Gestaciones, un cautivador recorrido que revela el nacimiento del paisaje como género. En Japón, surgió en el siglo XIV proveniente de China con el nombre de sansui-ga, que se traduce como montañas y agua. En contraste, en México, el paisaje como expresión artística se desarrolló hasta el siglo XIX a partir de la obra e influencia del pintor italiano Eugenio Landesio.

Asimismo, la primera parte también presenta obras de “pintores viajeros”. En el caso de México, artistas extranjeros que representaron lo que para ellos eran los encantos de la naturaleza y las costumbres. Mientras que, del lado japonés, son artistas de ese país que viajaron para apreciar directamente el paisaje chino.

En la sección titulada Territorios, se exploran los cambios sociales, la construcción del estado-nación moderno y la formación de la identidad nacional a través de las representaciones del paisaje. Destacan las obras de José María Velasco y otros iniciadores de la escuela mexicana de paisaje, quienes plasmaron la geografía de la nación.

Además, en esta muestra se resalta la influencia de las escuelas de arte como la Academia Nacional de San Carlos, la Escuela de Bellas Artes de Tokio y la Escuela de Pintura de la Prefectura de Kioto, que exploraron nuevas formas de representación estética para el ensamblaje simbólico de “lo nacional”.

La siguiente sección, Facetas, invita a explorar las múltiples caras del paisaje en México y Japón: Desde un enfoque apasionado por la naturaleza, con sus bosques, ríos y montañas, hasta el paisaje abstracto, perspectivas metafóricas, escenas de paisaje social e incluso, la poesía reflejada en el paisaje.

Más adelante, Exploraciones rinde un homenaje a los audaces artistas que innovaron en el paisaje en ambos países. A través de su experimentación con materiales, técnicas y formas, dejaron huella en las corrientes pictóricas abriendo nuevos horizontes artísticos.

La exposición cuenta con una sección adicional, Ecos, un espacio dedicado a las resonancias del paisajismo japonés en la pintura mexicana moderna y contemporánea.

“Durante la segunda mitad del siglo XX, y hasta el día de hoy, la convivencia con lo japonés está presente en las búsquedas de algunos artistas mexicanos. El pensamiento del zen, la caligrafía y la pintura a tinta, junto con experimentaciones en el uso del papel, son elementos que sorprenden en obras contemporáneas”, explica Jaime Moreno Villarreal, asesor curatorial de la sección Ecos.

Para acompañar a la muestra, el Museo Kaluz tendrá una serie de actividades gratuitas para el público: talleres de haiku, origami, pintura de paisaje, fotografía y más en colaboración con la Embajada de Japón en México y la Fundación Japón en México. Así como una serie de textos y charlas con especialistas. Las fechas y horarios están disponibles en el micrositio de la exposición, además de ser difundidas en las redes sociales del museo.

Así, del 14 de julio al 30 de octubre, esta exposición estará abierta al público de miércoles a lunes desde las 10:00 hasta las 18:00 horas, en el Museo Kaluz ubicado en Av. Hidalgo 85, Centro Histórico.