Después de ocho años fuera del ojo público y sin pisar los escenarios, la cantante y compositora brasileña nacionalizada mexicana Denise de Kalafe ofrecerá un concierto bajo el título Quiéreme más el 31 de octubre en el Lunario del Auditorio Nacional.
A pesar de su ausencia estos años, la música de Kalafe —entre cuyas canciones más conocidas destacan Señora, señora y El amor, cosa tan rara— ha sido constante y poderosa en el ámbito latinoamericano.
Nacida en Ponta Grossa, Brasil, el 23 de abril de 1949, encontró en México una segunda patria y en su música una forma de expresar el sentir profundo del amor, la nostalgia y la identidad latina.
Su llegada a nuestro país a principios de la década de 1970 coincidió con un momento en el que la balada romántica dominaba las estaciones de radio y su estilo, marcado por una voz profunda y una interpretación cargada de sentimiento, pronto la posicionó entre las favoritas del público.
De Kalafe no solo abrazó a México como su hogar, sino que también adoptó su cultura, costumbres y, sobre todo, su música: a lo largo de los años ha declarado en varias entrevistas que se siente tan mexicana como brasileña, algo que se refleja en la autenticidad con la que interpreta cada una de sus canciones.
Entre sus participaciones musicales destacan el I Festival Mundial de la Canción Latina de 1969, donde obtuvo el segundo lugar; y una década después su presencia en el Festival OTI de 1978 con El amor, cosa tan rara, lo que le mereció el primer premio, consolidando así su fama internacional.
Sin embargo, es con la canción Señora, señora, dedicada a su madre en 1982, con la que alcanzó una enorme popularidad. Esta canción ha sido versionada en diversos estilos de la música mexicana, incluyendo ranchera, norteña, grupera, balada pop y salsa, convirtiéndose en un himno para celebrar a las madres cada 10 de mayo en México y otros países.
De Kalafe ha tenido una carrera prolífica que abarca más de cuatro décadas, durante las cuales ha lanzado múltiples álbumes y sencillos que han dejado una huella imborrable en la música romántica. Su capacidad para reinventarse, sin perder la esencia que la caracteriza, es una de las razones por las cuales sigue siendo relevante en la escena musical.
Actualmente, en un contexto donde las voces femeninas están cada vez más presentes y son más escuchadas, la figura de Denise de Kalafe resalta como una pionera que desde su particular trinchera aporta su grano de arena en la lucha por la equidad y el reconocimiento de las mujeres en la música.
Trayectoria
En entrevista con Vértigo De Kalafe habla sobre su regreso a los escenarios.
—¿Qué motiva su retorno?
—Creo mucho en los proyectos técnicos. En cuanto al amor, la felicidad y la creación, son obras del Universo, pero las cosas prácticas como el futuro de cada quien, planear la vida, eso sí tiene que ser muy pensado. Fueron ocho años de ausencia de mi público sin que yo haya querido; fue en contra de mi voluntad, pero fue necesario. Los primeros cuatro años fue por la ruptura de un gran amor de mi vida, de una relación que duró 20 años y este dolor me pertenece a mí, no quería pasárselo al público, a mi gente. Es un dolor personal y lo tenía que resolver.
Recuerda: “El cuarto año decidí hacer canciones y también pensé en que quería cantar a mi gente a la hora que yo quisiera, donde quisiera, con quien quisiera y no estar obligada a toda esa imposición de la industria. Ya estoy lista para regresar al gran amor de mi vida, que es el público que he tenido siempre y también al que no conozco, que es nuevo y que voy a conocer”.
—¿Cómo influyen sus dos nacionalidades, mexicana y brasileña, en su música?
—La picardía, el humor y las armonías brasileñas las mezclo con la pasión, la generosidad y la ternura mexicanas. Esta es la influencia que llevo en todas mis canciones. El pueblo mexicano posee una capacidad de amar muy grande; también es generoso y lucha siempre. Mis canciones a veces retratan esa pasión, esa ternura, ese espíritu de lucha. En la parte cómica, por ejemplo, de la canción El asunto, se retrata también un poco mi picardía brasileña y algunas canciones mías tienen una túnica brasileña en su base, como de bossa nova o alguna samba.
—Ahora que regresa a los escenarios, ¿le gustaría participar con otros artistas?
—Me encantaría cantar con Kany García, Natalia Lafourcade, Elena Rose, Samo, con alguna banda de las que hablan de amor; no las que hablan de droga, esas no me gustan para nada. Sí me gustaría hacer duetos, sobre todo con la gente joven de México que me está sorprendiendo gratamente. Veo en el panorama musical de los nuevos artistas, tanto mexicanos como puertorriqueños y españoles, que están haciendo un trabajo musical fuera de serie. Los ejemplos que ya di muestran que hay un sinfín de gente fantástica. Y bandas que cantan al amor con un sonido tan de Mazatlán. Yo lamento mucho que se esté haciendo popular la música narcocorrido. Pero México es un país democrático, la autoridad no puede prohibir la existencia de cualquier género musical, eso queda a criterio de cada uno de nosotros que formamos la sociedad.
—¿Qué puede esperar el público de su próximo concierto?
—En el Lunario voy a cantar algunas canciones de mi época de la ruptura. Luego otras muy alegres y divertidas. Después voy a proponer a la gente mi espíritu brasicana o mexileira, que es una mezcla profunda en mi alma entre México y Brasil. Y de ahí van a salir algunos proyectos muy interesantes. Le pido a mi público de toda la vida que me perdone esos años de ausencia. Y lo que espero es tener la capacidad de llevarlos a todas las emociones que me sea posible, desde la tristeza, drama, pasión, alegría, rebeldía… espero poder llevarlos a todo este camino de emociones.