DANI MACACO Y LA MÚSICA VIRAL CONTEMPORÁNEA

Guillermo Medel
Cultura
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Daniel Carbonell de las Heras, mejor conocido por su nombre artístico como Dani Macaco, es un cantante y compositor español cuya música ronda entre rumba, reggae y funk, mezclados con elementos electrónicos propios del sonido hispanoamericano contemporáneo.

Macaco habla con Vértigo sobre los detalles de la gira que realiza para la promoción de su nuevo álbum, Vuélame el corazón, con el que ya recorrió algunas partes de Europa y próximamente llegará a América Latina.

“Es un disco conceptual, algo que nunca había hecho. Es ecléctico, ya que hay canciones que abordan temas sociales, puesto que además soy activista, estoy metido en temas medioambientales. Intento no ser panfletario, sino más bien compartir y abrir debate”, comenta el cantautor.

Romper tópicos

En esta gira el repertorio incluye algunos clásicos del artista como Coincidir, Lo quiero todo y Volar, temas que alcanzaron gran popularidad y causaron gran repercusión entre sus seguidores, así como canciones de su nuevo material discográfico.

Coincidir se convirtió en un tema viral que ha ido creciendo a través de ese boca-oído de una manera muy orgánica: año tras año aumenta un millón más y alcanza ya 300 millones de reproducciones, que no es solo un número, ya que detrás de cada click hay una persona que ha conectado con ese sentimiento”, puntualiza.

“Quizá por ese tipo de poesía nació Vuélame el corazón, con vocación de intentar hablar desde otros lugares sobre las relaciones en el amor”, añade.

—¿Qué inspira el arte de Macaco?

—Básicamente todo. Por ejemplo, este disco va sobre diferentes estados emocionales en los que todos nos podemos haber sentido alguna vez. Está Quiéreme bien, que es una canción que canto con mi amigo Leiva; habla sobre el amor consciente e intenta romper los tópicos típicos de las canciones de amor que se relacionan con la propiedad y ese tipo de lastres que se han pasado de generación en generación. Hay otras como Tirititrán, que habla sobre una ruptura causada por el ego. A un paso de baile de ti, la cual canto con Ximena Sariñana, versa sobre las opiniones externas en una relación de amor, como cuando tenemos a un montón de gente diciéndonos cómo debe ser tu relación, muchas veces inentendible para los demás.

—¿Podría decirse que escribe sobre amor y desamor?

—El amor y el desamor son una misma cosa; yo escribo más bien sobre la gente: eso abarca las relaciones en el amor y otros vínculos afectivos. Hay canciones como Un recuerdo, en la cual colaboro con la cantante Victoria Castro y habla de una relación que después de haber terminado vuelve a tocar a tu puerta, o como digo en una frase: “El recuerdo es el cebo que pone Cupido”.

—¿Cómo ha sido la experiencia de grabar música a distancia?

—Ha habido de todo… Es decir, algunas canciones se grabaron cara a cara en un estudio y algunas a distancia, como la canción que canto con Sariñana, de la que incluso lanzaremos un videoclip que también se grabó a distancia. Es algo mágico, muy especial, muy onírico para mí, porque a pesar de haberse realizado a distancia pareciera que trabajamos juntos en todo momento.

Mirarnos

—¿En qué género podría insertarse la música de Macaco?

—Quiero aclarar que lo más importante para mí es que la canción conecte de la manera que sea. Pero hablando a nivel sonoro, la base rítmica tiene un montón de estilos y líneas conductoras que trato de cierta manera; además, en mi Barcelona he crecido con músicos y gente de todo el mundo; desde pequeño ha sido así, no solo ahora que viajo y toco por todo el mundo. Entonces, en el disco puedes escuchar la mezcla del compás de un tango flamenco, como en la canción de Vuélame el corazón en que aparecen las palmas del tango flamenco mezclado con elementos del tango argentino, por ejemplo; pero también puedes escuchar reggae, cumbia, rumba catalana… En fin, hay mucha mezcla.

—¿Cuál ha sido su evolución como artista?

—Ser yo mismo. A nivel sonoro, como mencioné antes, he intentado cosas como cantar muy cerca del micrófono; buscar otros registros de voz, como una cosa casi susurrada; jugar con otros matices y texturas, además de que este último es un disco conceptual que va sobre las relaciones en el amor, algo que no había hecho antes; sí que había hecho canciones de amor, pero no un disco entero.

Agrega: “Tengo muchas canciones en mi repertorio que tienen ese componente más social o que van por otra rama, como Blue (Diminuto planeta azul), que grabé con el maestro Drexler, una canción inspirada en el científico Carl Sagan, quien hizo la foto más lejana del planeta Tierra, y es una letra para intentar mirarnos desde lejos y ver que somos como una mota de polvo flotando en el Universo, poco menos que un suspiro. Una de las primeras frases reza: ‘Las estrellas dicen que nosotros somos los fugaces’. Esta canción, por ejemplo, intenta hacer ese ejercicio de pinchar un poquito ese ego que muchas veces salpica demasiado en este mundo; o como en Ovejas negras, que es una oda a la diferencia, como dice la canción: ‘Somos los besos prohibidos. De la presión nacen diamantes’. En fin, hay un montón de metáforas que homenajean a todas esas personas que por una cuestión u otra nos hemos sentido diferentes a lo que está impuesto por la sociedad”.

—¿Era su sueño vivir de la música?

—Como digo en una canción: “El mundo de los sueños no tiene dueño, no tiene techo”, o como decía Galeano “es más mío lo que sueño que lo que toco”. Soy una persona que ama crear y ama jugar en el mundo de lo intangible. Y con mucho amor, mucha pasión y mucho trabajo, lo traigo a la tierra: imagino cosas y esas cosas luego las puedo tocar y retocar y volver a tocar. También alimento mi creatividad de todo lo que me ofrece el mundo, claro. La ilusión es la base de todo.

Este año Dani Macaco pisará suelo azteca con una serie de conciertos: el 4 de marzo en el Indie Rocks! de la Ciudad de México; el 5, en el Café Iguana de Monterrey; y el 7 en el C3 Stage, en Guadalajara.