CIUDADES DE 5-15 MINUTOS: MOVILIDAD Y CALIDAD DE VIDA

Cultura
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Ciudades de 15 minutos

Parece imposible pensar en una ciudad tranquila, sin contaminación, sin congestión vehicular y en la cual los transeúntes y ciclistas son los más importantes al momento de hablar sobre movilidad. Ni qué decir sobre el sueño de tener todo al alcance de la mano. Ante esta caótica realidad, surge la necesidad de repensar el diseño urbano para mejorar la calidad de vida de sus habitantes. En este contexto, el concepto de las “ciudades de 15 minutos” va ganando relevancia.

Dicha idea propone que todas las necesidades básicas de los ciudadanos, tales como trabajo, salud, educación, compras y ocio, estén a una distancia que pueda recorrerse caminando o utilizando la bicicleta en 15 minutos.

Con un enfoque en la proximidad y sostenibilidad, estas ciudades tienen como objetivo reducir la dependencia del automóvil, construir comunidades más humanas y fomentar la cohesión social.

Las ciudades de 15 minutos son el resultado de la síntesis de tres vertientes: el cronourbanismo, un concepto dentro de la planificación urbana que se centra en la gestión del tiempo en las ciudades; la cronotopía, que se refiere a cómo las dinámicas de tiempo y espacio afectan el uso y la percepción de los entornos urbanos; y la topofilia, un concepto que describe el vínculo emocional, afectivo y simbólico que las personas desarrollan con ciertos lugares.

El término, creado por el urbanista francocolombiano Carlos Moreno, invita a transformar los centros urbanos en espacios más habitables donde los ciudadanos puedan disfrutar de una vida más tranquila y equilibrada.

Para Moreno, además de facilitar el acceso a las necesidades esenciales, estas nuevas urbes permiten recuperar el tiempo útil; las dos horas que tarda cualquier persona en transportarse, por ejemplo, a su trabajo, podrían utilizarlas para el ocio, la creatividad y el tiempo en familia.

Anne Hidalgo, alcaldesa de París, incorporó a su campaña electoral el concepto urbano de Moreno. Durante la pandemia Hidalgo comenzó a implementar políticas que priorizan los barrios autónomos, reducen el tráfico y promueven zonas verdes. Esta transformación responde también a la urgencia de mitigar el cambio climático y cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que demandan soluciones integrales frente a los problemas de urbanización descontrolada.

De hecho, el modelo ha inspirado a otras ciudades del mundo. Melbourne, Australia, implementó un plan similar conocido como “ciudades de 20 minutos”, que adapta la idea a un contexto urbano más disperso. Por otro lado, Barcelona apuesta por las “superilles” (supermanzanas), donde varios bloques urbanos están diseñados para restringir el tráfico y maximizar el uso de los espacios públicos. Ahí antiguos lugares que se utilizaban como estacionamientos han sido convertidos en zonas verdes, incluso para la siembra de vegetales o la plantación de flores.

Cada vez menos tiempo

Si ya suena maravilloso poder acceder a educación, salud, trabajo y ocio en tan poco tiempo, existen ciudades que buscan aumentar la proximidad a estos servicios. Es el caso de Seúl, Corea del Sur, que apuesta por una ciudad de tan solo diez minutos. Aunque le gana un proyecto más ambicioso: en la zona portuaria de Copenhague, Dinamarca, se encuentra la primera ciudad de cinco minutos.

Además de sobresalir por crear entornos urbanos sostenibles, Dinamarca se distingue por ser el segundo país más feliz del mundo en 2024 según el Informe Mundial de la Felicidad, tan solo por debajo de Finlandia. Parece acertado pensar que ambos hechos están relacionados, pues acceder a los servicios básicos de manera exitosa aumenta notablemente la calidad de vida.

Todavía falta mucho por hacer, pues este proyecto estará completamente terminado hasta 2060, pero el cambio en la actualidad ya es notorio. El antiguo puerto industrial conocido como Nordhavn se va transformando rápidamente en un distrito de diseño innovador que ofrece a residentes y visitantes la posibilidad de tener todo a su alcance en tiempo mínimo.

Mientras que las ciudades de 15 minutos son ideales para áreas urbanas más extensas y diversificadas, las ciudades de cinco minutos se enfocan en barrios ultracompactos, pensados para resolver casi todas las necesidades diarias sin que los residentes necesiten moverse más allá de su vecindario inmediato.

¿Y Latinoamérica para cuándo? La capital de nuestro país, la inmensa Ciudad de México, cuenta actualmente con alrededor de 380 kilómetros de ciclovías, según información de la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse), y van en aumento. Sin embargo, más allá del espacio, es necesario fomentar educación vial. No es nada raro atestiguar que usuarios de otros medios de transporte utilizan el carril destinado a los ciclistas, ya sea para avanzar más rápidamente o hacer paradas “breves”.

En su concepción, Moreno defiende que las ciudades de 15 minutos deben contar con vivienda digna, servicios de salud física y mental, educación y cultura, comercio de proximidad, fácil acceso al trabajo y, sobre todo, un espacio público donde el peatón sea prioridad. Aunque no es imposible, en nuestro caso el implemento de este desarrollo urbano puede tardar muchos años.

La transición hacia una ciudad sustentable enfrenta múltiples retos, como garantizar la equidad en el acceso a recursos y servicios o adaptar infraestructuras ya existentes. Incluso existen críticas y desafíos. Uno de los riesgos más señalados es la posibilidad de que estos proyectos promuevan la gentrificación, desplazando a los residentes de menores ingresos a medida que los barrios revitalizados se vuelven más caros.

Asimismo, lograr que cada vecindario cuente con la misma calidad de servicios requiere una planificación meticulosa y la inversión de recursos significativos. Sin embargo, este enfoque representa una oportunidad para repensar las ciudades del futuro, devolviendo el protagonismo a las personas y a sus necesidades cotidianas.