Beau tiene miedo es la nueva película de Ari Aster para A24 que combina la comedia negra con el drama surrealista y edípico. Esta película nos presenta la historia de Beau Wassermann (interpretado por Joaquin Phoenix), un hombre asustadizo y neurótico que lucha por hacer frente a un trastorno de ansiedad no especificado.
Cada día es un reto y una oportunidad para maravillarse y acobardarse ante el mundo exterior desde la seguridad de su pequeño apartamento, el único lugar que le parece verdaderamente seguro.
El director nos presenta una historia cautivadora que nos hace sentir profundamente lo horrible que puede ser vivir en un perpetuo estado de lucha o huida.
A diferencia de muchas otras representaciones recientes en pantalla de los trastornos de ansiedad, el filme de Aster no pretende hacer que parezcan manejables u obstáculos que simplemente se superan con el poder del amor y el cine convencional. Ambientada en una realidad no muy distinta de la nuestra, la película nos plantea desde el principio la pregunta de hasta qué punto el horror que ve Beau —calles llenas de gente violenta y desquiciada que se mata entre sí y a veces agita los genitales para divertirse— es real y no la pesadilla de un hombre perturbado.
La brillante dirección y la imaginativa escenografía de la película crean una atmósfera de tensión e inquietud que hace que sea fácil entender por qué Beau tiene miedo tan a menudo, aunque el peligro solo esté en su cabeza. A través de las sesiones de terapia, su terapeuta ha conseguido que al menos sea capaz de hablar de los perturbadores y traumáticos sueños sobre su nacimiento que empiezan a atormentarle cuando el personaje interpretado por Phoenix está a punto de embarcarse en un viaje para ver a su madre.
Proceso interno
Pero todo ese progreso se viene abajo cuando, el día en que Beau tiene que tomar su vuelo, tanto las llaves de su casa como su equipaje desaparecen misteriosamente justo cuando está a punto de salir.
La cinta es el proyecto más cómico de Aster hasta la fecha en el sentido de que está generosamente salpicado de momentos destinados a cortar al menos parte del pavor que conlleva estar tan metido en la cabeza del personaje principal. A pesar de lo intermitentemente oscura, retorcida y grotesca que resulta la película, hay una cualidad fascinante y cautivadora en todo ello que hace que sea difícil no dejarse arrastrar por la extrañeza de la visión del realizador.
Sin duda Beau tiene miedo es una película que nos sumerge en la ansiedad de su protagonista, creando una atmósfera de tensión e inquietud que hace que sea fácil entender el proceso interno del personaje.