NUEVAS VOCES LITERARIAS EN AQUEL LUGAR

“Voces emergentes del panorama literario mexicano”.

Cultura
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Voces emergentes

La literatura joven en México sigue demostrando su capacidad para abrir nuevos horizontes narrativos y enfrentar temas contemporáneos con una originalidad cautivadora: en la edición 2023 del Premio Cuento Joven UNAM-SECTEI seis relatos fueron seleccionados para integrar el libro Aquel lugar, una coedición entre la Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial de la Universidad Nacional Autónoma de México y la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación capitalina.

Alexa Baca González, Fernando Alexander Montes de Oca Muciño, Gabriel Alejandro Sánchez Huerta, Óscar del Ángel Hernández Olivares y Ramiro Uziel Rosales Cortés son los cinco autores que, a través de sus textos, representan un panorama vibrante de las emociones, intereses y habilidades literarias que habitan en la juventud mexicana.

Cada uno de los escritores aportó para el libro una visión única y profunda de temáticas que resuenan en la sociedad actual.

La exploración de temas como la muerte, la violencia y el aislamiento no se presenta de manera superficial, sino que se entrelaza con una escritura cuidadosamente trabajada, lo que eleva cada relato a una propuesta literaria sólida y profunda.

En entrevista con Vértigo los autores compartieron cómo fue su proceso de escritura. Algunos de ellos, como Baca y Rosales, tuvieron un acercamiento bastante temprano con la literatura: “Siempre estuve envuelta en libros. Fue algo que nació de forma muy natural en mí. Comencé a escribir como a los siete u ocho años y después me empecé a adentrar un poco más en la poesía, hasta terminar ahora con los cuentos”, afirma Baca.

Para los demás la escritura surgió de la necesidad de entretenerse o intentar nuevas cosas, como en el caso de Sánchez: “Antes de la pandemia no me gustaba leer, lo odiaba, me era tedioso, pero ya en esa situación, entre tantas pantallas, entre todo digital, me animé a hacer cosas nuevas y una de esas fue leer. Me cautivó mucho saber que la mente humana podía hacer ese tipo de composiciones verbales; entonces lo intenté y aquí estamos”.

Hernández, quien es autor de dos de los seis relatos que conforman el libro, recuerda que “yo empecé a leer como a los doce años. Nací y crecí en una comunidad rural. Esto tiene mucho que ver, porque la verdad estaba muy aburrido ahí, no tenía nada qué hacer. Uno de mis intentos de salir de ese aburrimiento fue buscar libros, lo cual también fue complicado ahí. Encontré unos, los leí, me gustaron mucho, y ya aquí en la ciudad tuve oportunidad de leer muchas más cosas”.

Y es que la literatura reinventa, brinda posibilidades a todo tipo de situaciones, puede convertirse en una especie de refugio. “Yo empecé a leer porque tenía problemas con el ambiente que me rodeaba. Y desde que comencé con la lectura todo fue maravilloso, fantástico, como estar en otro lugar. Pero creo que más que nada llega a ser un refugio en el momento en el que ves reflejadas muchas de las situaciones, pensamientos e ideas que tú tienes”, plantea Rosales.

Montes de Oca alude a su conexión con la escritura de otra manera: “El propósito principal es que te entretengas, para que imagines, para que encuentres otro lugar que tal vez no existe. No es necesariamente un refugio, es un espacio existente e inexistente a la vez de pensamientos y de ideas que entran en ti y salen de ti todo el tiempo. Uno es un mosaico de muchas ideas y de muchas personas”.

Sentimientos de juventud

¿Qué es lo que une a todos estos relatos? Para Montes de Oca, además de que el rango de edad los relaciona, es también el contexto social y artístico que pertenece a una generación.

Sánchez concuerda con esta opinión: “Nos une el hecho de que ofrecemos una perspectiva joven de las cosas; vemos y vivimos las situaciones de una forma diferente, y describimos cosas que sentimos, cosas que nos pasan desde una perspectiva juvenil”.

Algo similar opina Rosales, pues asegura: “Creo que es eso, ver estas emociones desde un punto de vista juvenil en contextos radicalmente diferentes, en situaciones distintas, pero que están presentes. Y en cualquier momento se va a manifestar esta pregunta de ‘¿qué estoy haciendo con mi vida?’; creo que es algo existencial y eso es algo muy de la juventud”.

Por su lado, Baca y Sánchez aportan que, además de lo anterior, se encuentran la soledad y el agobio en cada uno de los protagonistas, además de la violencia que persiste en los relatos. El rumor de un ataque porril, la muerte de una madre, la violencia física, la violencia sexual, el aislamiento y las enfermedades mentales son los temas tratados en Aquel lugar.

La escritura es un espacio de libertad y estos jóvenes autores comparten nobles consejos para todos aquellos que quieran incursionar en esta labor. “Lo primero es que no tengas miedo de que lo que escribas esté mal, porque finalmente no es para mostrárselo a alguien, sino para expresarte, para jugar”, afirma Baca.

“Que escribas como si de hecho algo fuera tan serio como para publicarse, cualquier cosa, aunque se quede guardada entre las páginas de un diario propio. Si alguien va a escribir, que sea con la intención de que se convierta en literatura”, comparte Sánchez.

Montes de Oca opina: “Haz algo que tú puedas disfrutar. Haz lo que se te dé la regalada nada. Tienes que escribir por disfrute”.

Rosales aconseja que sean honestos al momento de escribir: “En el momento en que estén escribiendo, transmitan lo que sienten realmente; sientan miedo, sientan horror, sientan temor, amor, felicidad, que lo sientan y lo reflejen en su escritura. Que nunca abandonen lo que les gusta y que se den la oportunidad de conocer más”.

Hernández, en cambio, dice que “más que un consejo, a quien sea que se le esté antojando escribir yo le deseo suerte”.

Aquel lugar está disponible de forma gratuita en formato epub a través del repositorio Libros UNAM OA desde el sitio librosoa.unam.mx lo que facilita su acceso y garantiza que estas nuevas voces de la literatura mexicana lleguen a un público más amplio.