ANTONIO DELTORO IRRESTRICTA FIDELIDAD A LA POESÍA Y A LA AMISTAD

El encuentro se realizará el martes 23 de mayo a las 17:00 horas en la Casa Universitaria del Libro.

Guillermo Medel
Cultura
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Foto: FLM

Antonio Deltoro (1947-2023), uno de los poetas mexicanos más importantes del siglo XX, es un hombre discreto, quien no sólo ha nutrido el universo literario con su obra, su amistad y su enseñanza, sobre las que se hablará en el homenaje que se realizará en su honor este martes 23 de mayo, en la Casa Universitaria del Libro (Puebla y Orizaba, colonia Roma), a las 17:00 horas.

En este reconocimiento, cinco voces de la comunidad becaria de la Fundación para las Letras Mexicanas (FLM) conversarán sobre la amistad y el acompañamiento que compartieron con el poeta. En el encuentro participarán: Claudia Berrueto, Elisa Díaz Castelo, Pablo Molinet, Christian Peña y Javier Peñalosa.

Deltoro estudió economía, actividad profesional que desempeñó durante algún tiempo; más tarde dio clases y, pese a ello, se decantó por la poesía.

Gusto por la poesía

Asimismo, Deltoro es ganador del Premio Internacional de Poesía Novi Sad (Serbia, 2014), Premio Iberoamericano de Poesía Carlos Pellicer para obra publicada 2013 y del Premio Nacional de Poesía Aguascalientes (1996), entre otros reconocimientos, también intentó estudiar física, pero como él mismo lo ha señalado, descubrió que, en realidad, lo que le interesaba es la poesía de la física.

“Los economistas tienen que ver con el lenguaje, puesto que la poesía es economía; economía del lenguaje”, dijo el también escritor José Ángel Leyva, amigo del autor de El Quieto y Los árboles que poblarán el Ártico.

“Creo que esta disciplina tiene que ver con un ideal de equidad, de justicia, de distribución, de bienestar, no solamente para uno sino para la mayoría, tiene que ver con aliviar los dolores de la carencia, y todos esos conocimientos están dentro del ejercicio del lenguaje, de la búsqueda de la poesía, de esa noción estética de la palabra”, añadió.

El lápiz es un ser que para hacer se deshace, coherente con sus extremos de goma y de grafito, con su destino de viruta, con su trazo gris sobre el blanco.

(Del poema “A lápiz”, de Antonio Deltoro)

Para Leyva, “lo que destaca en la poesía de Deltoro es una economía sentimental. Esta elaboración de objetos, instrumentos verbales, por generar este caudal donde vemos una metáfora o una metonimia. Los objetos adquieren el significado de esa relación con las personas, herramientas, juguetes o utensilios que conforman nuestro mundo, nuestra escenografía, pero también la utilería con la que nos identificamos con las otras personas, con el otro, con el mundo que nos rodea. Ahí hay una economía, y en ella, el nombre de las cosas es más importante que el adjetivo de las cosas”, afirma el escritor.

La poesía de Antonio, agrega Leyva, “no es una poesía de la experimentación, ni de saltos, es más una poesía de la economía y de la precisión, asertiva y transparente”.

Sobre la marca que deja Deltoro en las nuevas generaciones de poetas, Leyva comenta que es la libertad: “No buscar seguidores que lo imiten, sino que reconozcan su magisterio, como alguien que ha llevado la libertad de pensamiento y de creación”.

Elisa Díaz Castelo, premio Bellas Artes de Traducción Literaria 2019 y premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2020, recuerda que, en uno de sus poemas, Deltoro señala: “No hice nada extraordinario, pero me visitó lo extraordinario, casi todas las noches”.

“Antonio me enseñó que la poesía es eso: saber reconocer lo extraordinario, ese milagro humilde que se oculta en el envés de la rutina cotidiana, debajo de una piedra o doblando la esquina”, enfatizó.

“Su expresión ‘somos servidores del poema’, me visita y revisita siempre”, asegura Pablo Molinet, premio Nacional de Poesía Ramón López Velarde 1998 y becario de la FLM 2004 – 2006.

Y añade que “Antonio hizo un esfuerzo tan sincero como bondadoso por desentrañar a la persona que era yo a los treinta años, y comprender y respetar su credo y motivaciones, expresa el autor de Poemas del jardín y del baldío (Alforja, 2002). Es una presencia constante en el ámbito de mis afectos y de mis horas de prueba y de duda profesional y personal”.

Así, el martes 31 mayo se realiza la segunda mesa dedicada a la dramaturgia y el ciclo cierra el 6 de junio, con la segunda vuelta dedicada al ensayo.