Analizan mazorca de teocintle fosilizada

Tiene 68 milímetros de longitud y 15 milímetros de diámetro promedio

Redacción
Cultura
Mazorca fosilizada
Foto: Gibrán Huerta/INAH

Ciudad de México, México, 13 de junio. La mazorca de teocintle fue recuperada en las excavaciones arqueológicas que acompañaron la construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), en Santa Lucía, Estado de México.

En ese lugar, la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través de un equipo interdisciplinario del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), apoyado por personal de la Secretaría de la Defensa Nacional, registró extraordinarios hallazgos, entre otros, una colección ósea de megafauna del Pleistoceno Tardío (10,000 años a.p.), compuesta por más de 60,000 restos, que apunta a ser la más importante de América Latina.

La pequeña mazorca de teocintle fue encontrada en octubre de 2019, en una excavación que presentaba intrusiones en la capa de Gleysol, un suelo plenamente identificado en la estratigrafía del AIFA, conformado por material de origen aluvial, fluvial y lacustre del Pleistoceno u Holoceno, como indica el investigador de la Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico del INAH, Antonio Flores Díaz.

El especialista en genética de suelos refiere que, conforme a fechamientos de carbono 14, obtenidos en los años 70 del siglo pasado, en el sitio Santa Lucía I los depósitos del Pleistoceno Tardío comenzaron a formarse hace 30,000 años, un rango confirmado mediante las fechas recientes aportadas por el Laboratorio de Espectrometría de Masas con Aceleradores, del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Para el equipo interdisciplinario, la mazorca mineralizada descubierta es excepcional, pero representa una gran incógnita.

El fundador del Laboratorio de Paleobotánica del INAH y colaborador del proyecto de investigación, Lauro González Quintero, refiere que, “hasta el momento, no se conoce otro espécimen fosilizado de esa forma, lo cual, en sí mismo, podría suponer mayor antigüedad que otros residuos fósiles de maíz. Por otra parte, el ejemplar no corresponde estratigráficamente a la temporalidad del contexto arqueológico donde se localizó, el cual data del periodo Epiclásico (600-900 d.C.); es más probable que se asocie a otra capa estratigráfica”.