James Joyce solía decir: “La vida es demasiado corta como para leer un libro”. Si hacemos caso a su consejo una opción son los clásicos, esos títulos que a lo largo del tiempo, lejos de marchitarse, reverdecen con nuevas lecturas.
Hace cuatro años Pablo Boullosa sugirió a Círculo Editorial Azteca crear una colección de clásicos a fin de formar y difundir la lectura. La iniciativa buscaba ir más allá de las reimpresiones de siempre. Aportó los prólogos de figuras de Televisión Azteca. El objetivo era que cada conductor y periodista llevara a su auditorio el hábito de la lectura. En aquella ocasión participaron entre otros Javier Alatorre y Jorge Garralda.
Hoy la iniciativa vuelve a tomar forma con alineación renovada y una vez más con la colaboración de Editorial Porrúa. Se trata de 13 títulos, todos a prueba del tiempo y aptos para toda clase de públicos. “Fue Boullosa quien nos dijo que para que las personas se identificaran con la literatura deberían retomar los clásicos ya que son los que concentran los valores de la humanidad”, recuerda Sofía López, directora de Círculo Editorial Azteca.
La editora destaca que la primera experiencia fue un éxito. La habilidad de Editorial Porrúa para desplazar los títulos y la visibilidad que aporta Grupo Salinas articularon una fórmula que convirtió a los ejemplares en piezas de colección. “Los libros que seleccionamos nos los dejan leer en la secundaria y en la preparatoria. Forman parte de la colección Sepan cuantos, de modo que tienen una lógica de movimiento. Sin embargo a partir de que fueron apadrinados o amadrinados por emblemas de la televisión adquirieron una nueva vida. Incluso algunos se vendieron hasta 300% más”.
Sembrar lectores
La curaduría de la segunda colección estuvo a cargo del analista y también colaborador de Vértigo, Sergio Sarmiento. El talento invitado a participar es variado. Va de la actriz Pilar Boliver al cronista deportivo Antonio Rosique, pasando por escritores consagrados como Héctor de Mauleón, Rafael Pérez Gay o Benito Taibo. “Cada uno de los textos marcaron a quienes los amadrinan o apadrinan. Como Grupo Salinas llevamos esta colección a las pantallas porque creemos que el México que se debe levantar debe ser más leído, concientizado y con mayor ejercicio de introspección”, precisa Sofía López.
La estrategia de convocar a personalidades de espectros tan diferentes obedece a la intención de generar nuevos círculos de lectura. “No queremos necesariamente llegar a quienes ya leen. Es como convencer a convencidos. A través de nuestros padrinos y madrinas buscamos alcanzar a gente que a lo mejor no es tan cercana a la lectura. Tal vez la gente que sigue a Rosique es más afín al deporte y el público del Capi Pérez a la comedia o la farándula, pero precisamente queremos que ellos les hablen a sus audiencias y promuevan la importancia de los libros”.
La titular de Círculo Editorial Azteca sostiene que la vocación de la casa es ampliar el horizonte y abrir brecha. Adelanta que en breve pondrán en marcha el Rosique Challenge, iniciativa que unirá deporte y literatura, donde los ganadores se llevarán a casa lotes de libros. “Cuando llegamos a algunas editoriales para plantear nuestras propuestas no faltan quienes nos rechazan. Ciertos sectores del círculo rojo e intelectual son muy cerrados y piensan que la televisión es una especie de anticristo. Nosotros creemos que la televisión no es ni buena ni mala: todo depende de cómo la uses. Hemos trabajado e invertido mucho en convencer a las editoriales, los escritores y los lectores de que estamos comprometidos con la lectura. El origen de la televisión está en la literatura. Al final ambos medios buscan contar historias”.
A la par del Rosique Challenge, Círculo Editorial Azteca tiene en puerta un libro conmemorativo del programa La otra aventura, de Rafael Pérez Gay, y uno más de Sergio Sarmiento titulado La palabra y los escritores, mismo que recupera entrevistas donde literatos exponen sus vidas y procesos creativos. “Nuestro compromiso es con la sociedad mexicana y por eso necesitamos promover la lectura. No necesariamente deben ser novelas, pueden ser incluso títulos de desarrollo personal. Somos unos convencidos de que la respuesta está en los libros y de todo tipo ya que nos permiten ver nuestra historia, pero por medio de otros ojos”.
RECUADRO
Alineación de lujo
Frankenstein, de Mary W. Shelley. Prólogo de Héctor de Mauleón.
El libro de la selva, de Rudyard Kipling. Prólogo de Mónica Castañeda.
1984, de George Orwell. Prólogo de Álvaro Cueva.
Cumbres borrascosas, de Emily Brontë. Prólogo de Isabel Revuelta.
La cabaña del tío Tom, de Harriet Beecher Stowe. Prólogo de Tábata Jalil.
El viejo y el mar, de Ernest Hemingway. Prólogo de Benito Taibo.
Al faro, de Virginia Woolf. Prólogo de Luisa Cantú.
La llamada de Cthulhu, de Howard Phillips Lovecraft. Prólogo de Capi Pérez.
El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde. Prólogo de Sergio Sarmiento.
El maravilloso viaje de Nils Holgersson, de Semla Lagerlöf. Prólogo de Alejandra Molina.
Robinson Crusoe, de Daniel Defoe. Prólogo de Pilar Boliver.
Michel Strogoff, de Julio Verne. Prólogo de Antonio Rosique.
Retrato del artista adolescente, de James Joyce. Prólogo de Rafael Pérez Gay.