CULTURA Y NUEVA NORMALIDAD

Durante la pandemia la cultura ha demostrado que nos salva, une y da sentido de pertenencia.

Hector González
Cultura
Foto Secretaria de Cultura Eduardo Esparza (2).jpeg

La Secretaría de Cultura, siguiendo los lineamientos de la Secretaría de Salud, presentó una Guía básica de reapertura para espacios culturales con el objetivo de ofrecer orientación acerca de la implementación de acciones y procesos para que los recintos de actividad cultural puedan abrir nuevamente.

El documento establece lineamientos y seguimientos sustentados en la evidencia científica: se busca un retorno seguro, saludable y solidario para espacios abiertos (zonas arqueológicas, festivales y conciertos, entre otros), cerrados (museos, cines, teatros, librerías y más) y mixtos; así como para centros de trabajo, educación e investigación del sector cultural.

Para el regreso a la nueva normalidad de estos espacios culturales generadores de conocimiento se seguirán los estatutos del Plan de reapertura económica, social y cultural publicado por el gobierno de México mediante la Secretaría de Salud, la Secretaría de Economía y la Secretaría del Trabajo.

De acuerdo con las autoridades del sector, y debido a su poder de convocatoria, las actividades podrán iniciar cuando el semáforo se encuentre en amarillo y/o verde. Los espacios reducidos —abiertos o cerrados— lo harán cuando el semáforo esté en amarillo, mientras que aquellos recintos abiertos o cerrados donde se llevan a cabo actividades escolares y de investigación solo podrán reactivarse cuando el semáforo esté en color verde.

La guía da prioridad a artistas, trabajadores, técnicos, investigadores, artesanos y audiencias, poniendo cuidado en personas con discapacidad.

También obligará a protocolos de limpieza permanente (con agua y jabón) del entorno y se realizarán procesos de desinfección de superficies, lo cual deberá hacerse diariamente antes de iniciar y concluir la jornada, así como al finalizar cada actividad o función.

Además de instalar filtros de ingreso en los que se disponga de gel antibacterial y se verifique el estado de salud de las personas.

De manera general todos los recintos culturales abiertos, cerrados o mixtos tendrán que sanitizar el espacio antes y después de cada evento, marcar los espacios para garantizar la sana distancia entre los ocupantes y programar espectáculos con el mínimo elenco, por mencionar algunas recomendaciones.

En los espacios abiertos se recomienda definir áreas factibles a la visita pública, controlar el acceso para evitar concentración, programar funciones acordes al número de audiencia, sin dejar de lado la sanitización de las áreas y mantener la sana distancia, entre otras medidas.

Ajustes sin recortes

Asimismo la Secretaría de Cultura, que encabeza Alejandra Frausto, se comprometió a hacer del sector una columna de la Cuarta Transformación.

Frente a la incertidumbre por el recorte a los fideicomisos, la titular de la dependencia llama a fortalecer a instituciones como el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el de Bellas Artes y Literatura (INBAL) o el Mexicano de Cinematografía (Imcine). “En esas instituciones tenemos una buena parte del motor espiritual de esta nación y a ello debemos responder con responsabilidad, pero también con miras más lejanas. Nuestra obligación es dejar instituciones fuertes, no sometidas a voluntades políticas ni personales y a la altura del patrimonio que representan y gestionan”, dice.

La emergencia sanitaria por Covid-19, expresa la funcionaria, pone a nuestras instituciones a pensar diferente: “La nueva normalidad mundial nos reta a imaginar nuevos modelos de interacción entre los creadores y artistas con el Estado, pero también con sus públicos. Las industrias culturales también tendrán que repensar sus dinámicas y revisar cada uno de los eslabones que conforman sus cadenas de valor, porque en estos tiempos también se crean nuevas oportunidades que hay que descubrir y revisar”.

No obstante señala que ante la nueva normalidad hay que pedir: ni un espacio menos. Además las actividades sustantivas del sector no se verán afectadas con los reajustes presupuestarios.

En particular, Frausto Guerrero promete que habrá recursos para “becas y estímulos a la creación e investigación, el mantenimiento de zonas arqueológicas, la difusión de la historia de México, el apoyo a las artesanas y artesanos, los apoyos a la comunidad cinematográfica, las exposiciones en sus distintos formatos, los programas dirigidos a niños, adolescentes y jóvenes…”

A la par se trabajará para regularizar a los trabajadores de las zonas arqueológicas en el INAH, una demanda histórica que se hizo realidad; y para mantener los más de mil millones de pesos dedicados por parte del instituto a la investigación.

Tampoco se plantea interrumpir el proyecto del Bosque de Chapultepec, con el cual se busca revitalizar museos y teatros que desde esta administración han fortalecido su vocación y el necesario trabajo en red.

A cuestionamientos y críticas Frausto responde que la institución a su cargo no dejará desprotegidos a los artistas y artesanos. “Durante la pandemia la cultura ha demostrado que nos salva, une y nos da sentido de pertenencia; es el terreno fértil para la construcción de una sociedad más justa, democrática, incluyente e igualitaria”.

RECUADROS

Zonas arqueológicas

Privilegiar la conservación de los bienes culturales sobre la apertura a la visita pública.

Definir áreas factibles de ser abiertas a la visita pública o a la consulta.

Controlar el acceso para evitar concentración en taquillas, servicios sanitarios y salas introductorias.

Adaptar el aforo a 50% y distribuir a los visitantes con estrategias de sana distancia, sanidad, señalización y vigilancia.

Programar en función de las características de las áreas de la zona arqueológica en cuanto a espacios de visita, número y afluencia de visitantes.

Teatros, cines y salas

Mantener equipamiento y espacios —escenarios, camerinos y sanitarios— en óptimas condiciones de mantenimiento, limpieza y sanitización, al igual que patios de butacas, vestíbulos y sanitarios que den servicio al público.

Fumigar periódicamente.

Previo a la apertura de los espacios realizar trabajos de higienización y mantenimiento, de equipos, maquinaria teatral, drapería y pintura negra de los escenarios.

Desinfectar y limpiar antes y después de cada actividad los salones y espacios de ensayo.

Los teatros y salas de espectáculos, en función del color del semáforo, recibirán entre 30 y 45% del aforo total del recinto.

Junto al cuerpo artístico y técnico diseñar esquemas en las salas de espectáculos para espaciar a músicos e integrantes de grupos artísticos en escenarios, camerinos y áreas de acceso.

No permitir que el público se forme para entrar a las salas.

En la medida de lo posible escalonar horarios de estancia de artistas y técnicos. Evitar el uso de materiales físicos, como programas de mano, carteleras y boletos. Brindar un servicio seguro en tiendas y ventas de alimentos, que garantice la salud y la sana distancia.

En la medida de lo posible controlar y minimizar el número de personas en los baños. Para conferencias, presentaciones de libros y charlas reducir el aforo del salón de usos múltiples a 50% para mantener sana distancia entre personas y evitar aglomeración. Promover la transmisión en vivo y/o compartir el registro en video posterior a la actividad.

Evitar inauguraciones o hacerlas con grupos reducidos, manteniendo la sana distancia.

Museos y galerías

Definir el aforo óptimo de las salas de acuerdo a la dimensión de sus espacios para asegurar una distancia de 1.5 metros entre personas.

Definir el tiempo máximo de permanencia de acuerdo a la afluencia, con el fin de garantizar un flujo constante y evitar aglomeraciones en áreas de espera.

En caso de auditorios deberá cancelarse un número determinado de butacas para asegurar la sana distancia.

Las actividades en áreas de mediación y servicios educativos que impliquen el uso de material deberán suspenderse hasta que el semáforo de precaución esté en verde.

Evitar inauguraciones o hacerlas con grupos reducidos, manteniendo la sana distancia. Invitar al público a no asistir en grupos mayores a cuatro personas.

Garantizar todas las medidas de seguridad, higiene y sana distancia en los servicios relacionados al patrimonio artístico: consultas, trámites, asesorías, entre otras actividades sustantivas.

Indicar con vinil en los pisos los espacios de tránsito y distancias en filas de espera.

Limitar el ingreso a cafeterías y restaurantes de acuerdo a su capacidad.

Implementar un sistema de venta anticipada o de citas para controlar la cantidad de personas que acudan al centro.

Bibliotecas y archivos

Uso obligatorio de cubrebocas y guantes descartables.

No se podrá tocar ningún objeto sin guantes.

Suspender el préstamo domiciliario hasta tener semáforo verde.

Definir el número de personas que pueden ingresar y el tiempo que pueden permanecer acorde a las dimensiones del espacio.

Dejar solo las sillas necesarias para garantizar la sana distancia.