El Museo Nacional de Arte (Munal) presenta la exposición Carlos Pellicer. Amistad y memoria, la cual contiene y presenta por primera vez una selección de 200 piezas del acervo donado al pueblo de México por Carlos Pellicer López, heredero y sobrino del poeta tabasqueño, y que se podrá visitar en las salas temporales del recinto hasta mayo de 2023.
Alejandra Frausto Guerrero, titular de la Secretaría de Cultura federal, comenta que la muestra es parte de la revolución cultural que vive el país y que tiene su origen en el pueblo y las distintas comunidades.
“Están surgiendo extraordinarios artistas que no habían tenido la oportunidad de reconocerse en la magnificencia del arte como seres humanos libres. En este gobierno de la cuarta transformación aspiramos a una sociedad culta educada, que se reconozca en su grandeza cultural, una sociedad libre”, dice Frausto.
Al referirse a Pellicer Cámara, la funcionaria pondera que se trata de un tabasqueño universal que nos mostró a través de su fina mirada que admiraba todo lo que le representaba belleza. “Por eso tenemos un museo como el de La Venta, donde la naturaleza y la cultura dialogan de una manera tan hermosa; la suya era una mente con raíces muy claras, una mente privilegiada con convicciones fuertes; y esa también es la herencia de Carlos Pellicer López”.
Reconoce la generosidad de Julia, Carlos y María, los herederos de la colección y quienes decidieron entregarla al pueblo de México.
Frausto se compromete a —desde el servicio público— conservar para mostrar, divulgar y compartir este extraordinario patrimonio artístico. “Ahora habrá más amigos de Carlos Pellicer gracias a esta colección”.
El montaje Carlos Pellicer. Amistad y memoria se inscribe dentro de las conmemoraciones por los 40 años del Munal, celebración que a decir de la subdirectora general del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), Laura Ramírez Rasgado, no puede tener mejor guía que el poeta.
“Si alguien nos guía y nos convoca a enriquecer la vida cultural de México es Carlos Pellicer, cuyo acervo construido en este espacio por trayectorias de vida cultural de muchas personas hoy se muestra al pueblo de México y dará vida a muchas otras lecturas”, apunta Ramírez.
Carlos Pellicer Cámara siempre tuvo una relación cercana con las artes, en especial la pintura. Al fallecer en 1977 el también museógrafo y político, su sobrino Carlos Pellicer López heredó la mitad de la colección pictórica de su tío, estimada en 651 piezas, que a principios de año donó al INBAL para su resguardo en el Museo Nacional de Arte.
El lote comprende obras de José Clemente Orozco, Joaquín Clausell, Dr. Atl, Roberto Montenegro, Nahui Ollin, Saturnino Herrán, Julio Ruelas, Julio Castellanos, Manuel Rodríguez Lozano, Chucho Reyes, Juan Soriano, Armando Salas Portugal y José María Velasco.
La amistad como eje
Tras un recuento de la vida de su tío, Carlos Pellicer López recordó los primeros acercamientos al arte: “Tuvo siempre un interés especial por la pintura. Desde sus primeros poemas, cuando apenas tenía 15 años, los temas que lo inspiraban muestran su gusto por los grandes pintores: Velázquez, El Greco, Leonardo (Da Vinci), etcétera. El atractivo de la imagen en el ojo del joven poeta marca toda una serie de poemas sobre temas romanos, inspirados en los grabados de Jan Styka para el libro Quo Vadis”.
Agrega que su interés por coleccionar pintura solo podía nutrirse por medio de su amistad con los artistas. “Muchas veces su poesía sirve como intercambio, aunque no siempre alcanza el equilibrio de la balanza. Como avisa el título de esta exposición, la colección del poeta se hizo gracias a sus amistades”.
Para el sobrino del literato es motivo de gozo que las piezas se vuelvan parte del patrimonio de la nación, siendo resguardadas por el Museo Nacional de Arte. “La cultura nace del pueblo, se alimenta de él y finalmente regresa al pueblo que le dio la vida”.
Carmen Gaitán, titular del Munal, considera que el poeta supo apreciar que la vigorosa semilla de los olmecas seguía viva de mil maneras en Tabasco y en toda América. “Hoy en día seguimos abrevando de ese canto al trópico y a esa cultura fundacional. También trabajó con esmero el vínculo entre la cultura, la alfabetización y el combate a la pobreza”.
Asimismo, recuerda que Pellicer López destacó como político, museógrafo y promotor cultural, pero fue sobre todo el amigo de sus amigos. “El acervo da cuenta de ello; basta citar algunos de los entrañables nombres que lo integran, como Diego Rivera, El Chamaco Covarrubias, Mardonio Magaña y Manuel Álvarez Bravo, por citar a algunos más de ellos”.
Con curaduría del propio Pellicer López y de la investigadora María Estela Duarte, la muestra se acompaña de textos de un grupo de investigadores, entre los que destacan Vicente Quirarte y Anthony Stanton; y se divide en siete núcleos temáticos: El rostro del poeta y sus entornos, Entre los siglos XIX y XX, Baluartes del arte mexicano, Alternancias a la Escuela Mexicana, Poética del paisaje, Diseño y artes escénicas y La emoción de Mario Alonso.