El Museo Nacional de San Carlos (MNSC) abre sus puertas al público con la exhibición Miradas ideales. La construcción del paisaje mexicano. Entre los pasillos de estilo neoclásico se muestra una excelente colección de paisajes de pintores que fueron fundamentales para la primera generación de paisajistas nacionales.
Muestra también una guía básica del paisajismo mexicano mediante gráficas que señalan factores clave en la composición de cada obra, así como la posibilidad de recrear un paisaje a partir de elementos que se pueden colocar a gusto del espectador para entender cómo es que juegan dentro de la misma.
El paisaje no se encuentra entre los géneros pictóricos más populares en la actualidad, pero nuestra ubicación geográfica ha sido de sumo interés para paisajistas, tanto nacionales como extranjeros, quienes hasta antes de 1808, con la publicación del Ensayo político sobre el Reino de la Nueva España, imaginaban el territorio solo a partir de relatos contados por viajeros.
Asimismo, el paisaje es el género ideal para contextualizar la atmósfera de una época. Incluso si el autor reinterpreta la realidad a través de su óptica, el espectador puede cuestionarse lo que pensaba el hombre mientras pintaba dicho paisaje, distinguiendo cada elemento por la luz que lo baña, o si carece de ella.
La muestra Miradas ideales. La construcción del paisaje mexicano exhibe obras de pintores fundamentales en la escuela del paisajismo de nuestro país, como Eugenio Landesio, José María Velasco, Rufino Tamayo, Rosario Cabrera, Germán Gedovius, Eduardo Castellanos, Félix Parra, Guillermo G. Mayorga, Karoly Markó, Giovanni Brocca y Giuseppe Bertini, entre otros.
Historias
“El paisaje es un género pictórico que reúne técnica, estilo, perspectiva, luces, sombras y hasta elementos protagónicos que suman equilibrio y armonía en la composición. Sin embargo, las nuevas generaciones de artistas no muestran interés en este género, por lo que uno de los objetivos de esta exhibición es enseñar a la gente algunos puntos que ayuden a comprender mejor la composición en un paisaje”, dice Mireida Velázquez, directora del MNSC.
Añade que con esas bases “el visitante puede disfrutar del género con un criterio más amplio”.
La muestra incluye ejemplos gráficos de la composición paisajística; ejemplos de perspectiva, luces y sombras; elementos principales; puntos de fuga, horizonte y más.
El recorrido permite constatar por qué en la historia del arte la pintura juega un papel tan importante: es un medio de expresión que literalmente refleja la vida en distintas épocas y regiones del mundo. Como las pinturas rupestres, por ejemplo, el paisajismo se vuelve vínculo entre el hombre del pasado y la vida moderna: “Los paisajes también cuentan historias, ya que revelan el estilo arquitectónico y el modo de vida; las distintas regiones; fenómenos naturales; civilizaciones; nubes… Todo es parte del escenario”, agrega Velázquez.
Puntualiza que esta exposición “tiene el objetivo de recrear el paisaje como un importante elemento de identidad. Los recursos naturales que tiene México son apreciados por artistas de otras partes del mundo que han venido a nuestras tierras para representar sus paisajes. Somos afortunados de tener un territorio con gran diversidad de flora y fauna que forman parte de nuestra riqueza cultural”.
Técnicas
Las distintas técnicas empleadas en el paisaje pueden observarse en la exposición. Cuadros como los del pintor tapatío Gerardo Murillo, “Dr. Atl”, lo confirman. Los recursos para crear texturas en la nieve de una montaña, por ejemplo, se aprecian por la cantidad de pintura que utilizó el artista para crear un efecto casi tangible.
También crea atmósferas a partir de un cielo recreado con puntillismo y una armoniosa mezcla de tonos marrones y azules en su obra Volcanes y horizontes.
La importante influencia europea para el desarrollo de la técnica no hubiese sido posible sin la pasión de Eugenio Landesio por transmitir sus conocimientos. “Fue una figura fundamental para el paisajismo mexicano, trajo enseñanzas de la escuela europea a México. El discípulo más destacado aquí fue José María Velasco, quien continuó con la formación de la escuela paisajística en la Academia. Desarrolló una prominente generación de paisajistas mexicanos”, dice la titular del MNSC.
Acerca de la casi absoluta ausencia de figuras femeninas en la pintura de paisajes, Mireida Velázquez resalta que era casi imposible encontrar mujeres paisajistas antes de los siglos XIX y XX porque las aspiraciones eran limitadas para ellas por cuestiones sociales, razón por la que destaca la presencia de Rosario Cabrera en la muestra. “Es importante resaltarla, ya que fue la única directora de una escuela de pintura en su época”.
En el mundo del lienzo y el pincel sirven de inspiración para el espíritu del pintor diversos elementos que, dada la simplicidad de su belleza, para el resto de las personas muchas veces carecen de valor: en el caso del paisaje, entre las musas y el hombre están los artistas que conforman este interesante recorrido por la evolución plástica del paisaje mexicano.