En México viven 31.2 millones de jóvenes de los que 10.8 millones se ubican en la adolescencia, o sea entre los 15 y los 19 años. Sufren abusos de todo tipo, con impunidad.
Desde los padres hasta criminales organizados, convirtieron a los menores en su objetivo para oprimirlos con fines de esclavitud laboral o sexual y hasta para despojarlos de sus órganos, además de no brindarles herramientas para su desarrollo armónico, tanto físico como intelectual.
Esta es una de las fallas de toda la sociedad, incluido el gobierno: abandonar al futuro del país.
La clase política, de todos los partidos y la mayoría en el mundo, son tan cortos de miras que solo ven la siguiente elección y no procuran beneficiar al futuro de la sociedad: los que hoy son niños y adolescentes, quienes no importan porque no votan.
Hoy la disputa de la clase política es por atraer las simpatías y futuros votos de ese sector social, pero sin responder a sus necesidades elementales de educación, esparcimiento, socialización, empleo, deporte, cultura y otras intelectuales y sociales.
Queda claro que los jóvenes enfrentan múltiples desafíos y desigualdades que limitan el ejercicio pleno de sus derechos y el desarrollo de su potencial.
Aunque es un fenómeno mundial, no podemos dejar que nuestras próximas generaciones estén frustradas por no poder desarrollarse con plenitud. Invertir en los jóvenes es crear las condiciones de bienestar de toda la sociedad. Son el futuro inmediato de toda nación.
Malas noticias
Mucho se habla de la autosuficiencia alimentaria, desde el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz, pero no se han logrado los objetivos para el bienestar de toda la sociedad. ¿Cómo hacerlo? Mediante el crecimiento de las tierras cultivables. Hasta la fecha pensamos que México podría ser autosuficiente algún día, pero los números nos indican que es una meta inalcanzable: en 1961 el país tenía 2.52 hectáreas (ha) de tierra agrícola por habitante (TAPH), área que en 2018 ya era de solo 0.85 ha, lo que representa una caída de 66%. Al no tener la superficie necesaria para ser autosuficiente, la productividad de la tierra agrícola dista de ser óptima. Por ello tecnología e industrialización son el camino.
Los trabajadores informales representan 24% de la aportación al PIB, o sea, de todo lo que producimos los mexicanos. Seis de cada diez mexicanos no pagan impuestos, pero trabajan al mismo tiempo que generan recursos para sobrevivir. La creatividad que impulsa la necesidad es impresionante en nuestro país. Aunque no tengan prestaciones, ganan incluso muchísimo más de un salario mínimo, para ubicarse en un promedio de 15 mil a 40 mil pesos mensuales. De alguna forma se obtiene dinero para comer, habitación, transporte y otras necesidades. Esto es una mala noticia para el fisco, si bien capta impuestos del consumo (IVA).
Dinero Tesla entra con diez mil millones de dólares a Nuevo León. Es una inyección de capital muy importante y que ganó al competir con otras ciudades y otras naciones. Elon Musk ve en México un aliado.
Responsabilidad Social Corporativa Por séptimo año consecutivo el sistema de precalificación de proveedores de Petróleos Mexicanos recibió la Certificación Achilles, un requisito para gestionar el riesgo en sus cadenas de suministro, así como garantizar que se cumplen los preceptos legales y los estándares humanos y ambientales establecidos por Pemex. La Certificación Achilles evalúa cinco categorías: calidad y gestión del negocio; responsabilidad social corporativa; recursos humanos; salud y seguridad, y medio ambiente.