Lo que parecía imposible está por iniciar: un torneo WTA 1000 en Latinoamérica. Se trata del nivel más alto al que aspira un torneo de tenis del tour femenil, solo detrás de los cuatro Grand Slams. El Guadalajara Open, que se disputará del 17 al 23 de octubre, representa el crecimiento a nivel de organización que ha tenido el país en el mapa mundial del deporte blanco, así como un impulso más al desarrollo que alcanzan sus tenistas.
El Complejo Panamericano de Tenis se edificó para recibir los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011. Estas hermosas y funcionales instalaciones empezaron con sus primeros torneos internacionales hasta ganarse la reputación y confianza de la gira para alojar el WTA Finals, el certamen que marca la conclusión de la temporada y que Guadalajara recibió a fines del año pasado.
El contexto también jugó su parte porque este torneo se hereda de las fechas que dejaron disponibles las cancelaciones de Wuhan y Beijing por el caso de la tenista china Peng Shuai, quien acusó al exvicepremier de su país, Zhang Gaoli, de abuso sexual y después se desconoció su paradero por tres semanas.
Con la fecha disponible y el buen antecedente del comité organizador de los torneos en Jalisco, que encabeza Gustavo Santoscoy, ahora se concreta una fecha de este nivel, donde destacan jugadoras como Coco Gauff (finalista de Roland Garros), Elena Rybakina (ganadora de Wimbledon) y Garbiñe Muguruza (campeona de las WTA Finals de Guadalajara 2021), entre otras.
En total son ya cuatro torneos profesionales del WTA en México, que convierten al país en la sede más fuerte de Latinoamérica para la gira. Es un torneo WTA 125, el Abierto de Tampico; dos WTA 250, el Abierto de Zapopan y el Abierto de Monterrey; y este nuevo torneo WTA 1000 que está por comenzar.
Gran momento
Para tener un contexto general: solo Argentina, Chile, Uruguay y Colombia tienen una fecha dentro del tour femenil, respectivamente, entre los países latinos. A lo que se suma que, en un comparativo con la gira varonil ATP el equivalente, que serían los Master 1000, nunca ha celebrado una fecha en América Latina.
Aunque sin duda el Abierto de Acapulco de la ATP, con casi 30 años desde su primera celebración, ha sido un gran impulsor para demostrar las cualidades del país como organizador y que por 20 años tuvo su propio torneo femenil.
Este gran momento del tenis femenil impulsa a una nueva generación de raquetas mexicanas que por esfuerzos individuales alcanza un nivel que no se vio en décadas. En singles Fernanda Contreras se ha convertido en nuevo referente nacional, disputando tres de los cuatro Grand Slam del año; mientras que en dobles Giuliana Olmos suma cinco títulos y es actualmente la raqueta siete del mundo.
Ambas tenistas estarán en el Guadalajara Open como representantes mexicanas en un torneo que celebra el crecimiento del país en la gira, justo cuando Fer y Gugu representan ese cambio en las raquetas femeniles que buscan trascender en un deporte en el que hace años los mexicanos se encuentran en una larga y oscura época sin poder destacar.