Privatizar la educación

Nos dicen que son de izquierda, pero piden la propiedad privada de las plazas de educación pública.

Sergio Sarmiento
Columnas
En la Ciudad de México, el jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, ha hecho todo lo posible por apoyar las manifestaciones y bloqueos de la sección 22
Foto: NTX

Nos dicen que son de izquierda, pero piden la propiedad privada de las plazas de educación pública. Afirman que nadie puede evaluarlos ni juzgarlos, que el peor de los maestros sindicalizados debe permanecer en los salones de clases hasta su retiro porque es un derecho laboral.

Estas son posiciones tan reaccionarias, que no se aceptarían ni en el peor de los países de derecha. Impedir que los maestros de la enseñanza pública sean escogidos por oposición, oponerse a que se realicen evaluaciones que permitan que solo los mejores permanezcan en las aulas, solamente sirve para deteriorar la calidad de la educación.

Por eso Oaxaca, donde la sección 22 ha tenido el control durante más de tres décadas, tiene uno de los peores desempeños escolares del país. Quizás el más bajo. No lo sabemos a ciencia cierta solo porque los maestros de la CNTE no permiten las evaluaciones.

Pero estos maestros reaccionarios tienen el apoyo de importantes grupos de derecha. El gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, es quizás el peor cómplice: no solo ha protegido a la sección 22 a pesar de que esta ha dejado sin clases a los niños oaxaqueños durante 33 años consecutivos sino que ha buscado quitar de las escuelas a los maestros de la sección 59, que sí acuden siempre a las aulas.

Los padres de familia de 250 escuelas se han opuesto a que el gobierno de Cué les quite a sus maestros de la sección 59 y los reemplace con los de la sección 22, que son deficientes de calidad, faltos de vocación y perezosos. Pero el gobernador trató de castigar a estas comunidades en el verano, por defender los derechos de sus hijos, al retener durante varias semanas las boletas de calificación del año anterior. Es obsceno, sin embargo, que Cué convierta en rehenes a los niños para ayudar a sus cómplices.

Extorsión

En la Ciudad de México, el jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, ha hecho todo lo posible por apoyar las manifestaciones y bloqueos de la sección 22. Abiertamente ha utilizado a la fuerza pública, que debería proteger a los ciudadanos capitalinos que votaron por él, para respaldar a los grupos de choque de la CNTE.

La sociedad no puede aceptar ser sometida a esta extorsión. Las escuelas públicas deben tener a los mejores maestros posibles, porque solo de esa manera los niños de familias pobres, los que no pueden pagar una colegiatura, podrán tener la preparación que les permita mejorar sus ingresos y los de sus familias.

Los activistas y políticos de nuestro país buscan tergiversar las posiciones. Quienes quieren mantener la propiedad privada de las plazas magisteriales públicas se llaman a sí mismos progresistas o de izquierda. Dicen que están defendiendo las causas del pueblo, al tiempo que atacan los intereses del pueblo. Estos mismos grupos llaman reaccionarios a quienes defienden la educación pública.

Vivimos en el país en el que todo está al revés. En el que con banderas que pretenden ser de izquierda se defienden causas de la más absoluta reacción. Por eso es importante llamar a las cosas por su nombre y luchar en contra de la CNTE que no quiere otra cosa que privatizar la educación.