La batalla por la educación

Sergio Sarmiento
Columnas
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Ieepo
Foto: Cuartoscuro

Este 29 de julio el IEEPO abrió nuevamente las puertas a sus empleados. Era un momento importante. Desde el anuncio, el 21 de julio, de la transformación del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca, había un gran temor acerca de cómo operaría la institución después de que se le quitó a la Sección 22 del sindicato de maestros el control sobre ella.

El 22 de julio tomó protesta una nueva junta directiva, pero el primer reto importante era la apertura de las instalaciones a los trabajadores y empleados.

Como se esperaba, los trabajadores de confianza ingresaron a laborar de inmediato en un IEEPO que no ha cambiado en lo exterior. El inmueble y el mobiliario siguen siendo los mismos. Las responsabilidades serán también iguales a las de antes, aunque la cadena de mando llevará ahora al director de la institución, Moisés Robles, el mismo que antes, pero sin pasar por los líderes de la Sección 22.

Para los trabajadores sindicalizados las circunstancias son distintas: los líderes de la Sección 22 les ordenaron no ingresar a trabajar. En un principio casi ninguno lo hizo, pero después de un tiempo algunos empezaron a hacerlo. Tenían temor a quedar sin empleo. A los que ingresaron, los funcionarios del IEEPO les aseguraron que serían respetados sus derechos laborales.

Las instalaciones del IEEPO han estado resguardadas por elementos de la Policía Federal. De hecho, hay una importante presencia de fuerzas federales en distintos puntos de la capital del estado. Los grupos que han encabezado manifestaciones violentas en el pasado han protestado por esa intervención federal y han pedido el retiro de los efectivos. No ha habido, sin embargo, actos de violencia en estos días a pesar del golpe contra la Sección 22.

Escenarios

La batalla, sin embargo, no está ganada. Es muy probable que el IEEPO pueda realizar sus labores burocráticas sin contar con la totalidad de personal que tenía con anterioridad. Como otras oficinas de gobierno, el IEEPO tiene muchos más empleados de los que realmente necesita.

El gran reto tendrá lugar a fines de agosto, cuando se reanuden las clases. El estado tiene, según la propia Sección 22, 81 mil maestros. El sindicato está considerando un nuevo paro si no se le reintegra el control del IEEPO. Esta amenaza habría resultado más fuerte con anterioridad porque la Sección 22 controlaba a los supervisores que tendrían que reportar las faltas. Por eso nunca se sancionó a los maestros que no se presentaban a trabajar.

Hoy las cosas van a ser más complicadas. El nuevo IEEPO y los gobiernos de Oaxaca y la Federación han afirmado que ya no se pagará la nómina a maestros que no se presenten a trabajar. Si se cumple la ley hasta sus últimas consecuencias, sin embargo, los maestros serían destituidos si no se presentaran a trabajar durante tres días o más.

La Sección 22 está midiendo sus fuerzas, pero al parecer se inclina por no empezar el nuevo año lectivo. Si realmente consigue que la mayoría de los 81 mil maestros se abstenga de presentarse a las aulas, seguramente habrá ganado la batalla, ya que será difícil si no imposible para el IEEPO reemplazar un número tan alto de maestros en un tiempo razonable.

Otra cosa será si, a pesar de las amenazas de la Sección 22, un número superior a 50% de los maestros se presenta a trabajar. Muchos maestros, de hecho, no dan clases porque están comisionados al sindicato para realizar labores políticas. Reemplazar al resto sería en principio posible. Si esto ocurre, el IEEPO habría ganado la batalla. Pero la posibilidad de que la Sección 22 logre que la mayoría de los maestros se abstenga de acudir a las aulas sigue presente. En este caso el triunfo correspondería a los líderes del sindicato.