KALIMÁN

“Sus historias son absolutamente inverosímiles e inconsistentes”.

Sergio Pérezgrovas
Columnas
Compartir
PEREZGROVAS-110219_kaliman_2--Secretaría-de-Cultura (1).jpg

Serenidad y paciencia, mi querido Solín.

Kalimán

La serie radiofónica Kalimán se creó en 1963 con personajes ideados por Isidro Olace y Carlos Chacón. Empezó en un formato de 15 minutos, pero fue un fracaso.

Al principio el personaje se llamaba Kalima y tenía una novia. Fue Ramón Huberto Navarro, gerente de la RCN, quien cambió el nombre a Kaliman (sin tilde) y también le dio nombre a su fiel compañero, Solín.

Olace comenzó como actor pero con el tiempo se convirtió en el narrador oficial. Dado el éxito del programa, para 1965 el personaje y sus aventuras pasaron a las historietas. La revista se vendió semanalmente durante aproximadamente 26 años sin interrupciones. Fueron mil 351 cómics consecutivos, bajo la pluma del escritor Héctor Gonzáles Dueñas (Víctor Fox).

Aunque este último compró los derechos y aparecía en los créditos del pasquín, fue Clem Uribe quien acuñó las mejores frases, tales como “la mente es el arma más poderosa; aquel que domina la mente domina todo”.
En un principio, RCN (Radio Cadena Nacional) produjo la serie. El personal que trabajaba ahí incluyó a Luis Manuel Pelayo en la voz de Kalimán (ya con tilde).

Kalimán es el séptimo hombre de la dinastía Kali. Hombre justo que busca combatir las fuerzas del mal acompañado de Solín (o sea que los escritores se fumaron la alfombra de su casa y quién sabe qué alucinógenos).
La popularidad la alcanzó en la época de 1970, tanto en radio como en la historieta.
Su más acérrimo enemigo era La Araña Negra, de nombre Martin Lucker. Él era un antiguo acróbata circense, siempre enmascarado.
De las mil 351 historietas, mil 308 son originales y el resto impresiones. De 1999 a 2005 se publicó bajo el sello Corporativo Mexicano de impresión SA de CV en una reedición de 355 números. Sus historias son absolutamente inverosímiles e inconsistentes.
Se han realizado dos películas (muy malas, por cierto, casi tan malas como las de El Santo). Una en 1972 con el actor canadiense Jeff Cooper, para la cual usaron locaciones de México y Egipto (o sea, se gastaron una lanita).
En esa película apareció con Susana Dosamantes (la mamá de la chica dorada, Paulina Rubio), Adriana Roel y Carlos Cardán, que en paz descanse. Tuvo un relativo éxito. Luego hicieron otra en Brasil y México.
Bueno, Kalimán tuvo hasta un luchador de lucha libre con ese nombre. Lo que la cultura popular mexicana puede hacer.
El proxeneta
Le decían El Kalimán porque usaba un turbante blanco y estaba medio mamado. Afirmaba que sus padres eran egipcios. Puras pinches mentiras. En realidad era un proxeneta que madreaba a sus mujeres. Tris escuchó la historia y lo fue a buscar por ahí por la zona roja de Garibaldi.
Lo encontró dentro de un Chevy viejo color café, justo en el momento que le estaba propinando una golpiza a una de sus féminas. Tris abrió la portezuela del carro, lo agarró del turbante y le propinó santa madriza que el pobre Kalimán acabó en el hospital.
Pero antes de eso Tris lo amenazó:
––Si vuelves a tocar a una mujer, te mato, cabroncito de mierda.
A la semana el malhechor ya estaba otra vez madreando a las chavas. Tris esperó a que estuviera solo en su carro. Se acercó, golpeó la ventanilla y esta se rompió, cayéndole los pedazos de vidrio al sujeto. Tris desenfundó la fusca y lo mató. Al terminar guardó la pistola y salió caminando, muy quitado de la pena.