La música constituye una revelación más alta que ninguna filosofía.
Ludwig van Beethoven
Cuenta la leyenda que una de las bandas con más éxito por una sola canción mundialmente famosa (“one hit wonder”) es Iron Butterfly con la pieza In-A-Gadda-Da-Vida.
La canción vendió 30 millones de copias y el álbum donde aparece es uno de los 40 más vendidos de todos los tiempos (aunque solo tiene una canción famosa).
¿Pero qué hizo que su pieza musical obtuviera tales distinciones? Primero, la duración de la misma, que alcanzaba los 17 minutos. Tenía varios solos, pero destaca el de batería. Además, la canción se caracteriza por el uso de sintetizadores monofónicos con un sonido casi eclesiástico, la guitarra, absolutamente distorsionada (por momentos) y la letra que no va a ninguna parte (como quien dice, una reverenda marihuanada).
La agrupación original la formaban Ron Bushy en la batería, Doug Ingle en los teclados y voz, Lee Norman en el bajo y Erik Brann en la guitarra, pero sus integrantes estaban en constante desacuerdo y en grandes pleitos.
Grabaron el disco en 1968. Luego de muchos desencuentros tuvieron una pelea cuando estaban camino a hacer una presentación en Woodstock. Al final fueron llevados al evento en helicóptero y regresados al terminar su participación.
La banda acabó por desintegrarse en 1971. Y aunque se ha reagrupado varias veces nunca más llegó a alcanzar el éxito del 68.
Dentro del género de rock sicodélico la obra muestra grandes dotes de virtuosismo, sobre todo en los solos de la guitarra y de la batería. Ron fue un baterista muy respetado. Además era un experto en las artes gráficas. Creó logos y obras de arte, como se puede apreciar, entre otros, en la portada del disco, que es sin duda un viaje de LSD. Él murió el 29 de agosto de 2021, antes de cumplir 80 años, a consecuencia de un cáncer. Lo curioso del caso es que la banda tuvo 17 integrantes a lo largo de su historia: lo mismo que dura la canción. Coincidencias de la vida.
Originalmente la canción tenía por título In The Garden of Eden, pero la frase In-A-Gadda-Da-Vida fue la que más quedó en el público.
Hay mucha gente que afirma que es un mantra o expresión metafísica de lenguas muertas. Nada es cierto, la expresión no tiene significado alguno. Como dije: una reverenda pachequez de sus integrantes originales. El grupo afirmaba que durante una entrevista telefónica, al intentar decir el nombre de la canción, la comunicación se cortó y el reportero solo alcanzó a escuchar in-a-gadda-da-vida. Yo creo que esa es la verdadera razón del título.
Como sea, es indudable que cambió la concepción de la música dentro del género del rock y ayudó a muchas otras bandas a experimentar nuevas formas y sonidos para dar pie a un sinnúmero de nuevas expresiones musicales.
El vecino
Tristán vivía en un departamento junto con Lorenza en la colonia Del Valle. El edificio era de tres pisos: el primero de ellos lo ocupaba un podólogo; en medio vivía un pacheco irredento; y el tercer piso era de Tris.
El podólogo cerraba a las cinco de la tarde todos los días, menos el sábado. Ese día dejaba de trabajar a la una. Su vecino pacheco, de nombre Jorge Pg, a las doce de la noche se ponía a tocar la batería. Era un verdadero suplicio.
Tris buscó por todos los medios decentes hacerle comprender que no eran horas de tocar. Además, ponía siempre la misma rola, que era la de In-A-Gadda-Da-Vida.
Como el marihuano no hacía el menor caso, a Lore se le ocurrió comprar unas bocinas que pusieron junto a la ventana hacia abajo. Lo despertaban con reguetón todos los días a las seis de la mañana. El resultado, al principio, fue que Jorge iba y le tocaba a Tris. Este le contestaba las mismas palabras que el consumidor de cannabis le había dicho antes. “Sí, vecinito, ahora le bajamos”. Después, Tris seguía con la tortura. Jorge se cambió de casa.