EL HOMBRE DELFÍN

Extraordinarios escenarios que, si pueden, no deben dejar de ver.

Sergio Pérezgrovas
Columnas
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La felicidad de la abeja y el delfín es existir. La del hombre es descubrir esto y maravillarse por ello.

Jacques Cousteau

Jacques Mayol es uno de los apneístas más famosos de todos los tiempos. Él nació en Shanghai el 1 de abril de 1927, pero vivió en Francia muchos años. Le apodaban El hombre delfín porque le encantaban estos mamíferos y porque podía aguantar debajo del agua mucho tiempo, entre seis y ocho minutos (cuenta la leyenda).
En 1976 rompió la barrera de los 100 metros con una sola bocanada de aire y en 1985 bajó 105 metros, aunque este récord fue después superado por su gran rival, Enzo Maiorca.
Mayol fue encontrado muerto por su mucama el 22 de diciembre de 2001, ahorcado y con una nota suicida. Tenía 74 años y según algunas fuentes sufría de una fuerte depresión.
Para 1988 Luc Besson realizó una película titulada en español Azul profundo, donde muestra la rivalidad que Jacques tenía con Enzo Maiorca.
Lo curioso del caso es que hay una escena donde el protagonista está inmerso en un sueño estando en su recámara, el mar llega a él y lo sumerge en las profundidades del océano. La secuencia representó un alto grado de dificultad porque no se contaba con los elementos tecnológicos y las computadoras de hoy. Además de que toda la obra tiene una fotografía espectacular, termina como presagiando la vida del buzo.

Enzo es interpretado por Jean Reno; Mayol por Jean-Marc Barr, y Rosanna Arquette es la novia de Mayol. Extraordinarios escenarios que, si pueden, no deben dejar de ver. Realmente es una obra de arte. Lo curioso es que los dos buzos trabajaron al lado del director, pero no se estrenó en Italia porque Maiorca no estaba de acuerdo en cómo estaba diseñado su personaje. Enzo, quien murió a los 85 años, se retiró después de la muerte de su gran rival Jacques Mayol. Y al final accedió a pasar la película en Italia. Paradojas de la vida.
El buzo
En la alberca olímpica encontraron el cuerpo de un buzo hasta el fondo de la fosa de clavados. Estaba enredado en su óctopus (regulador de buceo que sirve para respirar, para los simples mortales). Cuando lo sacaron llevaba toda la noche debajo del agua. El forense dictaminó que murió ahogado. Estaba todo morado e hinchado. Llamaron a Tris para ver qué era lo que había pasado. Al ver el cuerpo supo que no era un asesinato pero tampoco un suicidio. Tris informó que creía que el hombre había ido a entrenar solo; se tropezó cuando ya estaba listo para sumergirse y cayó en el tanque. Tris sabía que la primera regla de los buzos es bucear en pareja, incluso en una alberca.