MORENA, PARTIDO DE LAS MAYORÍAS

“Lo destacable es el avance de Morena en entidades como Oaxaca e Hidalgo”.

Samuel Rodríguez
Columnas
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El resultado de las elecciones en las que se decidió la renovación de seis gubernaturas bosqueja en general la realidad de la geopolítica nacional: la mayoría de los ciudadanos comulga con el ideario y proyecto de nación del presidente Andrés Manuel López Obrador y la 4T.

La victoria de los candidatos de Morena en Hidalgo, Quintana Roo, Oaxaca y Tamaulipas proyecta la imagen de un país diverso en el que no todos los mexicanos apoyan a Morena y sus candidatos, pero sí la mayoría.

Como sucede en toda democracia que se precie de serlo, la voz y expresión de los disidentes se escucha y tiene peso, como lo tuvo en el país desde 1997, cuando la posición de la oposición se dejó sentir en el Palacio Legislativo de San Lázaro y Cuauhtémoc Cárdenas ganó la jefatura de gobierno del entonces Distrito Federal.

México, por fortuna, es un país politizado donde cada ciudadano tiene el privilegio de expresar en las urnas sus preferencias políticas y la clase gobernante enfrenta el reto de saber asimilar el mensaje.

El carro completo no se concretó a favor de los candidatos de Morena. El triunfo de los candidatos de la coalición Va por México hace evidente que no todo el país es territorio de la 4T y ello permite apreciar que el principal reto para el presidente es conservar y avanzar en el resto de las entidades.

Un mensaje de Mario Delgado, líder nacional de Morena, no deja lugar a dudas: “Con la victoria de @PartidoMorenaMx en 2018 comenzamos gobernar a nivel estatal a 26.8% de las y los mexicanos. Para 2021 crecimos a más de 48% y este 2022 sumamos doce millones para llegar a casi 60% de la población. ¡Serán 22 de 32 entidades en transformación!”

Compromiso

Por su lado, López Obrador señaló de manera clara: “Siempre he dicho que una cosa son los partidos y otra cosa es el gobierno. Partido, como su nombre lo indica, es una parte, y el gobierno representa a todos; entonces, tenemos que ayudar a todos, el gobierno federal va a seguir apoyando en Durango, en Aguascalientes”.

Asumió el compromiso de que la 4T apoyará sin distinción a todos los estados, continuará el impulso a obras de infraestructura en beneficio del pueblo y los programas para el bienestar llegarán a más personas que lo necesitan.

Hasta el 4 de junio Morena gobernaba 18 estados (Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Ciudad de México, Colima, Guerrero, Michoacán, Morelos, Nayarit, Puebla, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas) y a partir del resultado de la jornada electoral del 5 de junio gobernará otras cuatro entidades (Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas), con lo que reafirma su posición como el instituto político mayoritario del país en 22 estados.

En tanto, la oposición solo gobernará en diez entidades (Aguascalientes, Chihuahua, Coahuila, Durango, Estado de México, Guanajuato, Jalisco, Nuevo León, Querétaro y Yucatán).

Lo destacable en todo caso es el avance de Morena en entidades como Oaxaca e Hidalgo, que representaron hasta ahora bastiones importantes de la hoy oposición.

Los virtuales ganadores de las elecciones del 5 de junio tienen un reto particularmente importante como mandatarios: fortalecer el federalismo y armonizar bajo sus reglas el trabajo coordinado con los gobiernos federal y municipal para responder a la confianza que los ciudadanos les confirieron en las urnas.

Está próxima la hora de asumir responsabilidades y las banderas políticas deben dejarse de lado, en pro del bienestar y progreso sociales, como lo planteó el presidente López Obrador.

Se ajustó el mapa geopolítico nacional conforme a la voluntad de las mayorías, en un marco pleno de respeto a las reglas de la democracia.