LA DIRIGENCIA DEL PRITANIC, A PUNTO DEL NAUFRAGIO

Samuel Rodríguez
Columnas
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La negativa del líder nacional del PRI, Alejandro Moreno, a reunirse por segunda ocasión con ex presidentes de ese instituto político, no solo evidencia una crisis al interior, sino que tendrá serias repercusiones de cara al proceso electoral de 2024.

Así se desprende de la declaración del senador Miguel Ángel Osorio Chong en la que advierte a panistas y perredistas de la conveniencia de no negociar con quien no estará en la dirigencia priista en 2024.

Es claro que estatutariamente Alejandro Moreno fue elegido para un periodo que culmina en agosto del próximo año, pero el hecho de que haya establecido que escuchará a sus antecesores en el próximo Consejo Político Nacional en la sección de asuntos generales representa un reto abierto.

Con esta actitud Moreno busca ignorar que algunos de sus antecesores, como Manlio Fabio Beltrones, fueron orillados a separarse del cargo a consecuencia de los malos resultados en la arena electoral.

La legalidad que utiliza como argumento Moreno sin duda representa un reto que sus detractores sabrán superar en su momento a partir de un escollo legal que lo lleve a separarse del cargo y minimizar su influencia entre los legisladores priistas que tienen asiento en el Congreso de la Unión.

En paralelo, no hay que dejar de lado las voces que en el panismo advierten a Marko Cortés de manera abierta y pública la conveniencia de contender por la Presidencia de la República e incluso por las gubernaturas del Estado de México y Coahuila con candidatos propios, con lo que se daría por terminada la alianza Va por México.

En tanto, el PRD bajo la dirigencia de Jesús Zambrano se aprecia como un partido disminuido que avanza hacia su desaparición o al menos a su transformación, toda vez que los resultados electorales no le han sido favorables y al establecer alianza con panistas y priistas se aleja de la izquierda política en la que alguna vez predominó como partido líder del sector.

Rutas

Frente a este panorama hay que resaltar la consolidación que en los últimos procesos ha tenido Movimiento Ciudadano (MC), lo que le ha permitido manejarse con independencia, contar con dos gubernaturas, un número importante de presidencias municipales, así como una representación que no puede ser ignorada, sino que sin duda más temprano que tarde terminará por ser revalorada en el Congreso de la Unión y que de acuerdo por lo determinado por el Tribunal Electoral (TEPJF) le debería garantizar un lugar en la Comisión Permanente.

Dante Delgado, líder nacional de MC, anticipa que a principios de diciembre próximo, en la CDMX, se verificará una Convención Nacional Democrática Extraordinaria en la que se definirán la ruta y los lineamientos para la elección del candidato presidencial para 2024.

En cuanto a Morena, una acción del partido en el poder que no puede ignorarse, sin duda alguna, es la que tuvo lugar el pasado fin de semana en el municipio Francisco I. Madero de Coahuila.

Ahí el senador Ricardo Monreal asistió a la asamblea informativa que realizó Morena como parte de los eventos previos a la elección de candidato a la gubernatura de Coahuila.

Ante Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Mario Delgado, Monreal hizo uso de la palabra para fijar su postura en torno de la selección del candidato presidencial de Morena, con lo que se modificó la conformación del grupo de eventuales aspirantes a la postulación para dar continuidad a la 4T, en la que se mantiene Marcelo Ebrard, quien no participó en ese evento debido a que contrajo Covid-19.

Hasta el momento la realidad es que Morena, a partir de quienes han alzado la mano, cuenta con tiempo suficiente para el fortalecimiento y construcción de una candidatura sólida, en tanto que en la arena de Va por México en términos tradicionales la caballada se aprecia flaca y aún no definida.

Además la participación de Monreal, al menos por el momento, alejará a los analistas y pretendidos conocedores del ramo de un escenario de fractura en la 4T.