Spencer Elden tenía cuatro meses cuando un amigo de la familia lo fotografió en 1991 nadando desnudo en una piscina. La foto, tomada en el Rose Bowl Aquatics Center en Pasadena, California, se usaría ese año para la portada de Nevermind, el segundo álbum seminal de Nirvana que ayudó a definir a la Generación X y llevó a la banda de Seattle a la fama internacional.
En las décadas que siguieron Elden pareció celebrar su papel en la portada clásica recreando el momento de los diez, 17, 20 y 25 aniversarios del álbum, aunque no desnudo. “Es genial pero extraño ser parte de algo tan importante que ni siquiera recuerdo”, dijo en 2016 en una entrevista con The New York Post en la que posó sosteniendo la portada del álbum a los 25 años.
La semana pasada, sin embargo, Elden, de 30 años, presentó una demanda federal contra el patrimonio de Kurt Cobain, los excompañeros del músico, David Grohl y Krist Novoselic, y la viuda de Cobain, Courtney Love, entre otras partes.
Afirmó que ellos, junto con Geffen Records, quien lanzó Nevermind, se beneficiaron de su imagen desnuda. Es uno de los discos más populares de todos los tiempos, con al menos 30 millones de copias vendidas en todo el mundo.
“Los acusados produjeron, poseyeron y publicitaron a sabiendas pornografía infantil comercial que representaba a Spencer y recibieron valor a sabiendas a cambio de hacerlo”, según la demanda que se presentó el martes 24 de agosto en un tribunal federal de California.
Según su abogado Elden sufrió un “daño permanente” debido a su asociación con el álbum, incluida la angustia emocional y una “pérdida de por vida de la capacidad de generar ingresos”. La demanda no proporcionó detalles sobre las pérdidas y se dijo que se revelarían en el juicio. Elden, un artista que vive en el condado de Los Ángeles, ha ido a terapia durante años para analizar cómo le afectó la portada del álbum, dijo Maggie Mabie, otra de sus abogadas.
“No ha conocido a nadie que no haya visto sus genitales”, dijo. “Es un recordatorio constante de que no tiene privacidad. Su privacidad no tiene valor para el mundo”.
Historia
La demanda señala que Elden busca 150 mil dólares de cada una de las 15 personas y compañías mencionadas en la demanda, incluido Kirk Weddle, el fotógrafo que tomó la fotografía. Weddle no respondió a los mensajes de la prensa que solicitaban sus comentarios.
Quizá vale la pena hacerles una pregunta a los padres de hoy, de ayer y de mañana:
¿cómo se sentirían ustedes si su foto de bebé desnudo terminara en decenas de millones de hogares alrededor del mundo sin su consentimiento? Ya sea que la demanda parezca o no una apropiación cínica de dinero en efectivo, la foto presagia una pregunta importante para los padres contemporáneos y extemporáneos: ¿deberíamos abstenernos de publicar imágenes de los hijos que son demasiado pequeños para saber qué es lo público o lo privado?
Y si nos decimos a nosotros mismos que podemos controlar lo que publicamos en redes sociales, ¿nos engañamos a nosotros mismos? ¿O hasta dónde llega la invasión a la privacidad por parte de estas compañías? Y en todo caso ¿son conscientes los padres de lo que significa invasión de la privacidad?
Quizá los padres de Elden fueron ingenuos cuando dejaron que su amigo le hiciera esa foto a su hijo hace 30 años. El día de hoy ningún padre tiene más esa excusa. Vivimos en una era en la que deberíamos tener el buen sentido de preguntarnos qué es más importante, si subir imágenes o exhibir información públicamente para satisfacer nuestros propios egos o dejar espacio para que cada uno cuente su propia historia sobre sí mismo.