Eric Clapton fue mi héroe toda la infancia. La historia detrás de sus canciones, incluyendo Tears in Heaven, el disco en vivo en el MTV Unplugged y sobre todo su guitarra me cautivaron desde que tengo memoria. Sin embargo, llega un momento en la vida en que los héroes dejan de serlo.
Como cuando los hijos se hacen adultos y los padres muestran su verdadera cara, dejando relucir sus carencias y dificultades, su vejez. Ese momento de realidad que es el relevo generacional, como en el futbol, cuando los jóvenes adultos están mejor preparados y capacitados para enfrentarse al juego moderno, pero los adultos mayores mantienen cierto estatus por su experiencia, aunque ya no les alcancen las piernas.
Pues bien, resulta que Eric Clapton entregó donaciones a una banda antivacunas. El guitarrista no solo dice tonterías sobre la vacuna a los medios sino que además financia una campaña que se opone a la inoculación.
Eric Clapton pasó de establecer el estándar en la guitarra de rock, a hacer cuestionamientos controversiales y convertirse en un escéptico franco sobre las vacunas. La pregunta es: ¿qué cambió en él? ¿O será que siempre fue así?
Clapton es un hombre vacunado que sabe tocar bastante bien la guitarra y pierde amigos rápidamente, ya que continúa su cruzada de fake news sobre el coronavirus. En un nuevo artículo de Rolling Stone la revista informa que la retórica antivacuna y antiprevención del coronavirus de Clapton se diversifica a tal grado, que el artista decidió financiar a grupos de música que comparten la misma ideología, como la banda británica Jam For Freedom, que recibió más de mil libras esterlinas en donaciones del guitarrista para ayudar a pagar transporte y los honorarios legales de Cambel McLaughlin, arrestado por “incumplimiento de las regulaciones de Covid” durante un espectáculo del grupo.
McLaughlin le dijo a Rolling Stone que además de la donación, Clapton les dio una gran cantidad de dinero extra para pagar una camioneta.
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En mayo Clapton reveló que aun cuando se vacunó contra el coronavirus en beneficio de su familia, experimentó reacciones “desastrosas” tras la vacuna de AstraZeneca. “Temí no volver a tocar nunca más. Sufro de neuropatía periférica y nunca debí acercarme a la aguja”, explicó en ese momento.
“Pero la propaganda decía que la vacuna era segura para todos”, justificó.
Semanas más tarde declaró que se negaría a actuar en lugares de su gira de otoño que requerían prueba de una vacuna Covid-19 para los miembros de la audiencia, citando “discriminación”, aunque terminó rompiendo ese mandato.
Después de que el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, estableció los requisitos de vacunación contra el Covid-19, Clapton no pareció desestimarlo.
En una conferencia de prensa el lunes Johnson anunció: “A fines de septiembre, cuando todos los mayores de 18 años hayan tenido la oportunidad de recibir un doble pinchazo, estamos planeando que la vacunación completa sea la condición de entrada a los clubes nocturnos y otros lugares donde se reúnen grandes multitudes”.
Clapton, también conocido como Slow Hand, tuvo una respuesta bastante rápida a Johnson. “Tras el anuncio del primer ministro el 19 de julio me siento obligado por el honor a hacer mi propio anuncio”, dijo John Blistein para Rolling Stone.
“Deseo decir que no actuaré en ningún escenario donde haya una audiencia discriminada presente. A menos que haya una disposición para que todas las personas asistan, me reservo el derecho de cancelar el espectáculo”.
Sí, Clapton usó la palabra “discriminado”. Pero no parecía referirse a la discriminación contra ciertos grupos raciales o étnicos o inmigrantes. No, parece que se refería a las personas no vacunadas contra Covid-19, aunque tratar a las que no están vacunadas de manera diferente no es lo mismo que tratar a las personas de distinto color de piel de manera diferente. Después de todo, no se discrimina cuando se habla de otros requisitos diseñados para proteger la salud pública. En todo caso, quien dijo alguna vez que “Clapton es Dios” estaba muy equivocado.