WITCHES, UN DOCUMENTAL DE INTIMIDAD Y REFLEXIÓN

Francisca Yolin
Columnas
Compartir
Witches

Elizabeth Sankey nos invita a entrar en su mundo con Witches, una obra que trasciende los límites del documental convencional para convertirse en un relato confesional íntimo y visualmente hechizante.

Usando la figura de la bruja en el cine Sankey entrelaza su experiencia con la maternidad y la depresión posparto, con una exploración de la historia cultural de las brujas. El resultado es un híbrido entre ensayo visual, diario personal y crítica social que, como los mejores conjuros, mezcla elementos dispares para lograr algo poderoso.

El relato comienza con Sankey hablando a la cámara, compartiendo su batalla contra esa sensación de locura que la invadió tras el nacimiento de su hijo. Alterna entre sus confesiones y clips de brujas icónicas en el cine, como The Craft o El Mago de Oz. Este montaje no es un ejercicio de nostalgia cinéfila, sino un recurso para conectar su historia con el arquetipo de la bruja: una figura marginalizada y temida, pero también poderosa.

Sankey explora cómo su lucha contra la depresión fue minimizada por un sistema de salud que ignora las necesidades emocionales de las mujeres, trazando un paralelismo audaz con la demonización histórica de las brujas.

Uno de los logros más impactantes de Witches es convertir lo personal en algo universal. Las entrevistas con médicos, pacientes y familiares son desgarradoras, destacando los efectos devastadores de la depresión posparto y el peso de las expectativas sociales. Sankey aborda el estigma, la invisibilización de la salud mental femenina y las barreras para buscar ayuda.

La entrevista con el esposo de Daksha Emson, quien perdió a su esposa e hija debido a esta enfermedad, es un recordatorio brutal de las consecuencias de ignorar estas problemáticas. Estas historias revelan la desconexión entre las exigencias culturales de perfección maternal y la realidad emocional de muchas mujeres.

Resistencia

Sin embargo, el uso de la metáfora de las brujas, aunque provocativo, a veces se siente desconectado del tono del filme. Los escenarios fantásticos, con frascos de pociones y fondos de hiedra, junto a la banda sonora melancólica, añaden un toque mágico, pero en ocasiones parecen trivializar la gravedad del tema.

La comparación entre la caza de brujas y la marginalización de las mujeres en el sistema de salud puede resultar algo forzada, restando crudeza al mensaje principal. Aun así, la metáfora capta la atención y añade un atractivo visual a la narrativa.

Al final, Witches resuena profundamente. Sankey hace énfasis en el poder del apoyo colectivo, describiendo cómo las mujeres de su entorno le ofrecieron sus “libros de hechizos”, una metáfora para compartir herramientas y experiencias que la ayudaron a salir de la oscuridad.

La película no solo reflexiona sobre la salud mental femenina, sino que celebra la resistencia y el poder de la comunidad en la adversidad. Con su mezcla de vulnerabilidad, creatividad y crítica social, esta cinta ilumina un tema urgente mientras envuelve al espectador en su conmovedor hechizo.

Dónde verla MUBI.