Razonar y comprender es viajar con tus neuronas a la velocidad de la luz.
UNAM
En un futuro no tan lejano la humanidad ha alcanzado un nivel de desarrollo tecnológico que permite soñar con la posibilidad de viajar a las estrellas. La clave de esta nueva era de exploración espacial es el motor Warp, una tecnología que desafía las leyes de la física tal como las conocemos.
Con base en principios teóricos de la relatividad y la manipulación del espacio-tiempo, este motor permite a las naves espaciales viajar a velocidades superiores a la de la luz, abriendo un vasto horizonte de posibilidades para la exploración del Cosmos.
El concepto de motor Warp fue popularizado por la ciencia ficción, pero ahora, en el año 2125, se ha convertido en una realidad. La primera nave equipada con un motor Warp, la SS Pioneer, está lista para su misión inaugural: un viaje a Alfa Centauri, el sistema estelar más cercano a la Tierra, ubicado a 4.37 años luz de distancia.
Para la tripulación de la Pioneer este no solo es un viaje científico, sino también un símbolo de la capacidad humana para superar limitaciones y explorar lo desconocido.
La tripulación está formada por un grupo diverso de científicos, ingenieros y exploradores. Entre ellos se encuentra el doctor Jaime Aljure VI, astrofísico que ha dedicado su vida a estudiar las estrellas. Jaime es el capitán de la nave y está emocionado por la oportunidad de ser parte de un hito en la historia de la humanidad.
Junto a él está el ingeniero jefe Daniel Acosta, un experto en tecnología Warp, quien ha trabajado incansablemente para garantizar que todo funcione a la perfección.
El día del lanzamiento una multitud se reúne en la plataforma espacial para presenciar el evento. La emoción es palpable y las pantallas muestran imágenes de la Pioneer mientras los motores Warp se ponen en marcha. Con un zumbido sutil, la nave comienza a vibrar y, en un instante, se desplaza hacia adelante, dejando atrás la Tierra. La sensación es indescriptible; el espacio a su alrededor se deforma y la nave se encuentra en un estado de “burbuja” que le permite acelerar más allá de la velocidad de la luz.
A medida que la Pioneer avanza los tripulantes se adaptan a la nueva realidad del viaje. La tripulación realiza experimentos y se comunica con la Tierra a través de un sistema de comunicación cuántica que permite el intercambio de información instantáneamente, a pesar de la distancia. La salud y el bienestar de todos son monitoreados constantemente y la vida en la nave se organiza en turnos para mantener un ambiente óptimo.
Espiral
Durante el viaje, el doctor Aljure VI se sumerge en la observación de fenómenos cósmicos. Las estrellas parecen bailar a su alrededor y la vastedad del Universo se revela en todo su esplendor. Sin embargo, no todo es tranquilidad. Un día, mientras los tripulantes realizan pruebas de rutina, un fallo en el sistema de propulsión provoca una sacudida violenta. La alarma suena y todos se apresuran a sus estaciones. Daniel, con su habilidad y rapidez, trabaja para solucionar el problema mientras el doctor Aljure VI coordina la respuesta de la tripulación.
Luego de un tenso periodo de incertidumbre Daniel logra restablecer el motor Warp y la nave continúa su curso. Este incidente fortalece la conexión entre los miembros de la tripulación y reafirma su determinación de completar la misión. Pero algo ha cambiado en el Universo y ellos no lo saben. A medida que se acercan a Alfa Centauri, la emoción crece. La Pioneer realiza los últimos ajustes y se prepara para entrar en la órbita de Próxima Centauri b, un exoplaneta que se cree podría alojar vida.
El problema surge cuando, al parecer, a ir a esta velocidad regresan al lugar de donde salieron tan solo con dos minutos antes del despegue inicial; por lo tanto, el viaje se convierte en una espiral sin fondo, no llegan a ningún lugar y así pasan un par de años, hasta que el doctor Aljure VI descubre el misterio y logran regresar a la Tierra, solo que 100 años antes.
Al tocar tierra todos desaparecen, pues todavía no hay la tecnología y sobre todo no han nacido. Es más, algunos terrestres ven a la nave como si fueran drones que aparecen y desaparecen instantáneamente. Las explicaciones no se hacen esperar; los rusos dicen que los pinches gringos los espían y los gringos acusan a los chinos, lo que desencadena una guerra nuclear acabando con 90% de los seres que habitan la Tierra.