Prometí hablar del futuro de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) y qué mejor momento que este.
Quisiera empezar esta colaboración diciéndole que con la salida de Ana Gabriela Guevara concluyó la gestión más oscura en la historia de dicho órgano, que tiene como principal propósito fomentar la cultura del deporte entre los mexicanos.
Afortunadamente la gestión de Guevara quedará atrás y vendrá una nueva administración en la Conade, que comandará el exclavadista Romel Pacheco.
Yo no soy vocero de nadie ni mucho menos, pero para mí el candidato ideal a tomar la Conade era Horacio de la Vega, hoy presidente de la Liga Mexicana de Beisbol. Sin embargo, de entre una baraja poco amplia, la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, decidió nombrar a Pacheco.
La verdad es que viendo el perfil de Romel noto que es un tipo con academia y eso siempre es buena señal. Lo que no es buena señal es que él haya politizado su carrera y después practicara el típico “chapulineo” para quedarse con un buen huesito. ¡Lo consiguió!
Esas prácticas casi únicas en el entorno político de México de primero jalar por unos colores y luego por otros, para mí es una de las cosas más bajas que pueden existir en el país. Por ahí algún chapulín decía que esas triquiñuelas no son malas, pues suman a la identidad de un partido político. Creo que esa es una apreciación profundamente errada; lamentablemente, en esa dinámica se involucró el que será nuevo titular de la Conade.
Tareas
Ese famoso chapulineo es lo que me genera una mala sensación hacia lo que será la gestión de Romel, porque es un reflejo de deslealtad, algo que normalizó Ana Guevara.
Pero, bueno, inevitablemente tenemos que dar el beneficio de la duda a Pacheco, quien debe cumplir a la perfección con las siguientes tareas que, a mi consideración, son de capital importancia para que el deporte de nuestro país, goce de cabal salud:
No robar.
No trabajar en favor de beneficios personales, sino en favor del deporte mexicano.
Realmente promover la cultura del deporte entre la sociedad mexicana.
No dividir el entorno del deporte; al contrario, unificarlo.
Ser una persona abierta al diálogo.
Impulsar la modificación del sentido de las becas a deportistas. Darles lo justo: ni más, ni menos.
Defender siempre y con criterio al deportista ante la adversidad.
Ser ejemplar y congruente ante situaciones en las que el deportista no está dando resultados.
Como verán, las tareas que sugiero van a razón de convertirse en el mejor dirigente en la historia de la Conade, algo que nunca he visto.
Es tu turno, Romel, estás a nada de tu ejecución más difícil, con un alto grado de dificultad que nada tiene que ver con aquellos que realizaste en los Juegos Olímpicos. Este sumirte en el deporte es, quizás, el que te dará la medalla más importante de tu carrera.
¡Éxito!