Mientras que los Dodgers, actuales campeones de las Grandes Ligas, festejaban la conquista de la Serie Mundial desfilando por las calles de Los Ángeles sus aficionados empezaron a cantar el feliz cumpleaños en honor a la leyenda caída. Ese día, el 2 de noviembre, el mexicano Fernando Valenzuela estaría celebrando su cumpleaños 64.
Se trató de una conquista dedicada a la memoria del mejor beisbolista mexicano de todos los tiempos, el que desató la fernandomanía e impulsó al talento nacional para que llegara con más frecuencia al mejor beisbol del mundo.
A unos días de que se enfrentaran dos de las franquicias más emblemáticas de la MLB, Dodgers y Yanquis de Nueva York, en el Clásico de Otoño, la noticia del fallecimiento de Valenzuela eclipsó el duelo final.
El oriundo de Etchohuaquila, Sonora, se volvió algo más que un pitcher exitoso: fue un emblema para la comunidad mexicano-estadunidense y el sueño de triunfar en territorio americano. Dejó a temprana edad los diamantes de terracería de su localidad agrícola para volverse profesional.
Mike Brito fue el ojeador de los Dodgers que le echó el ojo y convenció a los directivos para contratarlo en julio de 1979 por 120 mil dólares, una cifra alta en ese entonces para un jugador proveniente de México.
Poco tiempo pasó para aparecer en el primer equipo y de ahí su ascenso fue meteórico: segundo lanzador en su año de novato en abrir un Juego de Estrellas, un Premio Cy Young, primer novato en liderar la Liga Nacional en ponches y un campeonato de Serie Mundial.
Las primeras cinco temporadas en Grandes Ligas fueron las mejores de su carrera, donde acumuló 97 victorias, con 84 partidos lanzados completos y un registro Era 2.97.
Emblema
Este legado deportivo vino acompañado con un fenómeno nunca antes visto. Miles de mexicanos y mexicano-americanos llenando el estadio de los Dodgers, alzando el rating en la transmisión de los partidos de radio y televisión, canciones escritas en su honor, murales con su rostro y un verdadero emblema angelino.
Ligado al beisbol de una u otra manera Fernando llegó a ser esa figura moral en el representativo mexicano que participó en el Clásico Mundial de 2006 y 2017. Su relación con los Dodgers tuvo su último gran destello cuando retiraron su número 34, en agosto de 2023, en una emotiva ceremonia en el Dodger Stadium.
Es por todo lo anterior que cuando el equipo angelino recién selló la victoria sobre los Yanquis en cinco partidos (4-1) fue la mejor manera para honrar la memoria de Fernando. Además, lo hicieron a lo Valenzuela, remontando un 5-0 desde el mismo Yankee Stadium para cerrar una serie donde fueron amplios dominadores.
Se trata de su octava conquista en MLB, la segunda vez en cinco años, demostrando el buen momento que viven bajo su dirigente Dave Roberts. Este campeonato los iguala en el mismo número de conquistas que sus odiados vecinos, los Giants de San Francisco.
En plena efusividad por la reciente conquista, en una zona urbana californiana, el muralista Robert Vargas plasmó la imagen de El Toro de Etchohuaquila en unos edificios departamentales. Un recordatorio a la comunidad latina de que las leyendas del diamante también pueden surgir de entre uno de los suyos.