TRUMP, UCRANIA Y LA LEY DEL MÁS FUERTE

Lucy Bravo
Columnas
Share
Trump Ucrania

El fin de la guerra entre Rusia y Ucrania podría estar cerca. Donald Trump, presidente de Estados Unidos, ha hablado con Vladimir Putin y Volodímir Zelenski para explorar un acuerdo de paz “duradero y sólido”. Sin embargo, las condiciones que plantea su administración sugieren un desenlace que difícilmente beneficiará a Kiev.

Trump dejó en claro que la entrada de Ucrania a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no es “práctica” y que es “poco probable” que recupere todo el territorio que Rusia ha anexado desde 2014, incluida Crimea.

Esto implica, en la práctica, que Washington no respaldará las aspiraciones de Ucrania de integrarse plenamente a Occidente ni de restaurar su soberanía territorial.

El cambio de postura no solo proviene de la Casa Blanca, sino también de la sociedad ucraniana. Una encuesta de Gallup de noviembre muestra que 52% de los ucranianos está a favor de un acuerdo de paz, un incremento notable frente a 22% de 2022.

La fatiga de guerra es evidente y cada vez más personas reconocen la necesidad de concesiones territoriales. Pero la verdadera cuestión no es solo qué territorios cederá Ucrania, sino qué garantías de seguridad recibirá a cambio.

El problema central es que cualquier alto el fuego sin una estructura de seguridad sólida dejaría a Ucrania en una posición insostenible. Sin garantías internacionales creíbles, el país se vería debilitado militar, económica y geopolíticamente, lo que impediría su reconstrucción y el regreso de millones de refugiados.

Además, la historia reciente demuestra que Putin sigue comprometido con la idea de borrar la identidad nacional ucraniana, por lo que un respiro en el conflicto solo le daría tiempo para rearmarse y atacar de nuevo.

Riesgo

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, ha sugerido que Kiev debe aceptar un acuerdo de paz con la supervisión de una fuerza internacional, pero sin protección del artículo 5 de la OTAN. Esto implica que si Rusia ataca a estas fuerzas la alianza no estaría obligada a defenderlas. En otras palabras, el mensaje de Washington es claro: Europa debe asumir el liderazgo en la defensa de Ucrania, mientras que Estados Unidos se repliega.

Si Ucrania no recibe compromisos de seguridad firmes, la conclusión lógica para muchos ucranianos será seguir luchando en lugar de aceptar condiciones que podrían condenar a su país a una nueva invasión futura.

La retirada del apoyo occidental no solo pondría en riesgo a Ucrania, sino a toda Europa, que se enfrentaría a una Rusia envalentonada y una Ucrania en colapso.

Abandonar a Ucrania significaría consolidar la ley del más fuerte. Sería una invitación a todos los tiranos y déspotas del mundo para invadir a sus vecinos con total impunidad.