El intento de asesinato de Donald Trump marcó el comienzo de un nuevo y oscuro capítulo de violencia política en Estados Unidos. Algo que sin duda redefinirá una campaña electoral marcada por la polarización extrema, el populismo salvaje y toda clase de primicias históricas.
Trump estuvo a centímetros, literalmente, de convertirse en mártir y Joe Biden lo sabe.
En un país donde muchos estadunidenses no creen que su democracia sea funcional y muchos están convencidos de que quienes están en el lado opuesto solo quieren destruirlos, esto solo presagia más violencia e inestabilidad social en el futuro.
Luego del atentado el presidente Biden subrayó la necesidad de “bajar la temperatura en la política” en un discurso en la Oficina Oval, pero para muchos el contraste entre ambos candidatos no podría ser mayor. Mientras los demócratas han pasado las últimas dos semanas en un enfrentamiento entre ellos sobre la senilidad de Biden, Trump se las arregló para levantarse con el rostro ensangrentado y el puño en alto tras esquivar unas balas. Ya sea por instinto o adrenalina, pero esa imagen muy probablemente lo lleve a la victoria.
Sin embargo, para algunos el intento de asesinato del expresidente Trump fue impactante, pero no sorprendente. En un país donde 67% del electorado (Reuters-Ipsos) cree que las posturas políticas pueden derivar en violencia y con un amplio acceso a las armas, un evento de esta naturaleza era muy probable.
Consecuencias
Pero el espectáculo debe continuar y la Convención Nacional Republicana se llevó a cabo tal como estaba planeado en Milwaukee, Wisconsin. Trump y su oreja vendada fueron el centro de atención entre los cerca de dos mil 500 delegados que ratificaron al republicano como su candidato presidencial oficial. Y de paso acabaron con la única incógnita que quedaba: el compañero de fórmula de Trump, cargo que finalmente recayó en el senador por Ohio J. D. Vance. Algo que no necesariamente es bueno para México y el mundo.
Vance, conocido por su retórica dura y sus posturas intransigentes, ha adoptado una línea nativista que ve a la inmigración no como una fuente de riqueza y diversidad, sino como una amenaza a la identidad y la seguridad nacional de Estados Unidos. Su insistencia en políticas restrictivas y de cierre de fronteras podría resultar en medidas aún más draconianas contra los migrantes mexicanos y latinoamericanos, exacerbando la crisis humanitaria en la frontera.
Además, Vance ha promovido una postura extremadamente agresiva en cuanto a la seguridad fronteriza; y el combate contra los cárteles mexicanos con una estrategia con base en la militarización y la confrontación directa podría tener consecuencias desastrosas.
Por lo pronto, esta semana el Partido Republicano cerró filas en torno de su líder indiscutible. Pero las consecuencias del atentado aún están por verse, ya que la narrativa promovida por Trump de una supuesta persecución en su contra adquiere una dimensión totalmente distinta.
Y como todo en Estados Unidos se ha vuelto político y todo lo político se ha vuelto visceral, este episodio no será la excepción.