TERREMOTO TEUTÓN

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TEUTÓN

Una elección con muchas aristas y múltiples puntos de análisis lleva a Alemania a un escenario que resulta sumamente importante para los destinos de Europa en su conjunto.

Recordemos que el anticipo de esta justa electoral obedeció al colapso que a final del pasado año experimentó la coalición gobernante; así, el incremento de expectativas y tensiones finalmente encontró un desenlace donde se tendrá un cambio de canciller y una disminución notoria del poder de influencia y manejo político de quienes hasta ahora habían gobernado. Hoy la democracia de centroderecha obtiene un avance notorio y parecería que el bipartidismo volverá a contar solamente con un socio de coalición.

En este escenario Friedrich Merz será quien se convierta en el líder de los destinos alemanes, después de una larga data de lucha y desencantos. No olvidemos que este empresario ya ha buscado su encumbramiento en el cargo desde aquel principio de milenio en que perdió ante Angela Merkel el liderazgo de la Unión Demócrata Cristiana y a partir de ahí se borró ante el encumbramiento de la “mujer de hierro”, quien ocupara la Cancillería durante poco más de década y media.

Sin embargo, la política y sus preferencias oscilantes dentro de un esquema de democracia dan segundas o terceras oportunidades y ahora parece que el panorama no podría ir mejor para Merz.

Un perfil frío, adusto y hasta hosco plantea a Merz como una real posibilidad de liderazgo endurecido ante los problemas legados del merkelismo. Pero hay un punto interesante que finalmente parece que resultó determinante para este resultado electoral: la necesidad de llenar un vacío de poder y una percibida política tibia de Alemania, así como su oportunidad para levantarse como protagonista en el liderazgo europeo. El catalizador de esa percepción fue sin duda el discurso norteamericano endurecido que permeó hasta las urnas. En un primer momento, con el propio Donald Trump adelantando una guerra arancelaria y un disminuido esquema de protección y apoyo militar; y, posteriormente, con un vicepresidente JD Vance quien en la Conferencia de Seguridad reciente llevada a cabo en Munich hizo un fuerte cuestionamiento al poder tradicional europeo. Tal animadversión fue aprovechada por Merz a efecto de plantear el tema como uno de sus fuertes argumentos en el debate de candidatos y sembrar con ello la duda respecto de la capacidad de protección y defensa del pueblo alemán bajo el esquema de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Reformas

Pero la elección tomó rumbos sorpresivos por igual: el avance tardío que obtuvo el partido de extrema izquierda Die Linke al pasar de 3% de la votación proyectada por las encuestas a 9% real; la insuficiente apuesta de Elon Musk y Vance sobre AfD, partido de extrema derecha alternativa que no tuvo un avance ante tal soporte; y la votación de solo 16% para el partido socialdemócrata que obliga a Olaf Scholz a dejar el encargo, son circunstancias y hechos que pocos hubieran previsto unos días antes de la contienda electoral.

Lo cierto es que se prevé un movimiento político vertiginoso para próximas fechas, en aras de lograr los acuerdos necesarios que lleven a la gobernabilidad y los consensos para consolidar una coalición de gobierno. El tiempo es notoriamente escaso y las ideologías se encuentran contrapuestas; la agenda para un futuro se ve borrosa en esta nueva situación.

Alemania tendrá que estabilizar en tiempo récord su modelo económico, que se ha basado en pilares como la importación de energía a bajos precios, además de la exportación vigorosa de productos industriales. Hoy, con motivo de las políticas de austeridad iniciadas desde la época de Merkel, existe un deterioro de la capacidad alemana para estar a la altura de la exigencia que implica la transportación de energía, así como la misma capacidad de producción de insumos de exportación.

Esa disminución de capacidades ha provocado un deterioro tanto en la recaudación fiscal como en la contribución del presupuesto de la Unión Europea. A efecto de paliar tal deterioro, la exigencia está puesta en conseguir una serie de reformas de alto impacto en temas delicados como el migratorio, los límites de endeudamiento público y las políticas de transición hacia la energía verde. Terremoto de pronóstico reservado en tierras teutonas.