TECNOLOGÍA PARA MEDIR, CONTROLAR, CAPTURAR Y REUTILIZAR EMISIONES CONTAMINANTES

J. Alberto Castro
Columnas
TECNOLOGÍA EMISIONES DE CARBONO

Un iceberg se derrite en las aguas de la Antártida a medida que sube el nivel del mar; las aguas saladas del océano invaden los Everglades de Florida; en la Ciudad de México y en el país entero se dan altas temperaturas antes del verano y se esperan días más calurosos y ondas de calor más frecuentes: los efectos del calentamiento global son visibles, tangibles y medibles.

Por ejemplo, un estudio del Climate Accountability Institute estima que 20 empresas y multinacionales emiten 35% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono y metano que generan el calentamiento global.

Otra estimación calcula que la mitad de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) de México proviene de la industria de la construcción.

Frente a las cifras de la catástrofe ambiental en la que vivimos, por fortuna, hay una nueva generación de innovadores y emprendedores que no se quedan con los brazos cruzados ante el desafío representado por el cambio climático y la posibilidad de alcanzar 1.5º Centígrados de calentamiento planetario.

Una de esas jóvenes es Jazmín Salazar, administradora de empresas egresada del Tecnológico de Monterrey, originaria de Puebla, quien a los 25 años decidió aplicar sus conocimientos empresariales para lograr un sector industrial climáticamente neutro.

Salazar alcanzó notoriedad después de crear un sistema que combina el software de medición y control de las emisiones de CO2 con un dispositivo de captura para atrapar parte de los gases contaminantes que no se pueden dejar de emitir. Esta visión innovadora, invención tecnológica y emprendimiento cristalizó en su start-up Oxtron.

Por este avance, Salazar fue escogida por la MIT Technology Review en español como parte de los Innovadores Menores de 35 Latinoamérica 2023.

El periodista Genaro Mejía apuntala que la joven, también reconocida por Bloomberg Línea, “nunca dejó que nadie le pusiera límites. Desde niña soñó con dirigir su propia empresa. A los 25 años Jazmín Salazar fundó Oxtron, una start-up que desarrolló tecnología para medir, controlar, capturar y reutilizar las emisiones contaminantes”; una empresa carbon tech reconocida por el Massachusetts Institute of Technology (MIT), el Gobierno de la Ciudad de México, iLab, AirMiners, Green Chamber of Commerce en México y Estados Unidos, que además forma parte de la comunidad de la Fundación Ellen MacArthur.

Igualmente, el comunicador registró el consejo de esta emprendedora a las jóvenes que aspiran ser empresarias y líderes: “No dejen que las limitantes de los demás se conviertan en suyas; las personas te dicen qué no puedes hacer o que no hagas algo pensando en sus capacidades o en sus posibilidades, y eso no aplica porque solo tú conoces lo que eres capaz de hacer y de lograr”.

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Esfuerzos

Del camino que hubo de transitar para concretar su iniciativa, ella recuerda: “Investigué los principales orígenes de la contaminación e hice un análisis de las tecnologías que se podían aplicar para hacer reducir las emisiones y que se transformaran en un producto que diese valor a las empresas y a las personas. Contacté con una cadena de restaurantes donde probé los primeros prototipos. La industria emite dióxido de carbono principalmente debido a la falta de acceso a soluciones tecnológicas por parte de las empresas. Las tecnologías actuales son muy caras e ineficaces. Con Oxtron democratizamos la reducción del impacto de la industria en la crisis climática”.

A Jazmín y a su generación les ha tocado nacer y crecer en medio de una crisis medioambiental sin precedentes y cifrada por el calentamiento global y el cambio climático. Por ello es entendible que centren sus esfuerzos en la descarbonización de la atmósfera mediante la reducción de las emisiones de GEI.

De ahí su interés por desarrollar proyectos con el objetivo de crear iniciativas de impacto social para acercar la cleantech a empresas contaminantes.

Precisamente su compañía convoca a las empresas a las cero emisiones por medio de una gestión precisa de impacto ambiental. Oxtron mide las emisiones de cualquier empresa e identifica puntos críticos. Sus especialistas ayudan a crear un plan de reducción personalizado y su sistema ayuda a capturar lo que no se puede reducir. La meta es que la empresa contratante sea competitiva y esté equipada para alcanzar el cero neto de emisiones contaminantes.

En este proceso de cambio de paradigma para las organizaciones empresariales juegan un importante papel las dos herramientas creadas por Jazmín y su equipo. El primer producto introducido en el mercado mexicano es el dispositivo de captura; esta opción ofrece un sistema modular que cuenta con un primer filtro que evita que compuestos nocivos como el hollín salgan de las chimeneas; en una segunda fase, se le quita el ácido sulfhídrico que causa la lluvia ácida y se captura parte del dióxido de carbono, que queda presurizado y almacenado en un tanque con el objetivo de ser convertido en un futuro en plásticos y otros compuestos químicos útiles.

El sistema se completa con un software que monitoriza en tiempo real y de forma remota las emisiones completas de GEI a lo largo de la cadena de suministro.

Además, Oxtron mide la huella de carbono de los productos alimenticios con base en sus ingredientes y cantidades, conocimiento que facilita reducir las emisiones de forma eficiente.

En síntesis, una empresa innovadora que se dedica a ayudar a las organizaciones a adoptar energías renovables, implementar tecnologías energéticamente eficientes y aplicar principios de economía circular a través de una gestión integral del impacto ambiental. Su enfoque abarca la medición, el control y la captura de las emisiones de GEI en toda la cadena de valor de las compañías.

Las soluciones tecnológicas implementadas por la organización de Jazmín, sin duda, impulsan la transición hacia una economía baja en carbono. Su voluntad emprendedora no tiene límites, ya que busca escalar el proyecto a empresas de todo tipo antes de dar el salto al resto de América Latina. Otra de sus metas es sintetizar más productos a partir del dióxido de carbono, como el metanol y el polipropileno, para dar más soluciones sostenibles y económicamente rentables al problema ambiental.

Emisiones de CO2 en los últimos 30 años

Después de la Revolución Industrial las emisiones de lo que hoy sabemos es uno de los principales GEI crecieron de manera relativamente lenta hasta la mitad del siglo XX.

En 1950, solo cinco años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, las emisiones globales saltaron de cuatro mil a seis mil millones de toneladas de dióxido de carbono al año.

Pero en 1989 ya eran de 22 mil millones de toneladas, casi cuatro veces más.

En 2019 el mundo emitió 36 mil 400 millones de toneladas de este gas y en 2023 las emisiones de CO2 alcanzaron nuevo récord, con 40 mil 900 millones de toneladas.