El mundo no necesita que tires la basura en su lugar, necesita que no la generes.
Todos hemos padecido del molesto spam, que no es otra cosa que aquellos mensajes que provienen generalmente de otra computadora y se envían a tu celular, tableta o compu mediante un correo electrónico o una cuenta de mensajería instantánea.
¿Pero dónde se creó este concepto? El original Spam es carne de cerdo procedente del jamón, a la que se agrega agua, azúcar y nitrito de sodio, y se elabora entre otros lugares en Austin, Minnesota, Estados Unidos.
Este alimento llegó a los supermercados en 1937 como una proteína de 340 gramos y un costo de 25 centavos de dólar, en una lata fácil de transportar y sobre todo duradera, que en medio de la Gran Depresión era muy conveniente y con el tiempo se convirtió en un ingrediente fundamental de platillos locales
Pero fue en 1945, cuando los pinches gringos entraron en la Segunda Guerra Mundial, que la marca despegó. La empresa que lo sacó al mercado se llama Hormel Foods Corporation. La compañía dice haber enviado 100 millones de libras de Spam a Europa para alimentar tanto a británicos como a rusos y a gringos. El Tío Sam en esa época fue conocido a manera de broma como el Tío Spam.
Los pinches gringos también introdujeron el Spam en Corea, donde se popularizó en la década de 1950 a tal grado, que la bautizaron como Budae Jjigae (“guiso del ejército”). Cuando le agregaron la argolla que abre fácilmente la lata las ventas se duplicaron.
A finales de los sesenta el famoso grupo de comediantes británico Monty Python lo puso en el lenguaje de la cultura popular cuando en una de las escenas el grupo de vikingos canta en forma despectiva y molesta y entra a un pub gritando “¡Spam, Spam, Spam!”, haciendo referencia a la lata que alimentó a su ejército pero que fue tanta, que ya la veía como basura. Fue de ahí que surgió el término para lo que hoy conocemos como correo no deseado.
Para 1982, en la película dirigida por Alan J. Pakula e interpretada por la gran actriz Meryl Streep, La decisión de Sophie, con base en la novela del mismo nombre de William Styron, donde se tocan temas complicados como el Holocausto, la moralidad, etcétera, se ve al escritor cargando unas cajas del producto; y aunque no es en primer plano muestra una etapa de la situación que vivían los personajes y que eran esenciales para poder vivir. En otra escena se ve a Sophie entrar a una tienda y tomar una de estas famosas latas.
Es así que los internautas han usado el término como algo omnipresente e indeseable y es una buena manera de recordar cómo el cine puede influir en nuestro mundo.
El guamazo
Tris invitó a comer a su hermano Sergio con todo y Ximena y Lore. Fueron a un restaurante coreano ubicado muy cerca del Ángel de la Independencia, en la calle de Florencia.
Los recibió un oriundo que hablaba un mal español y los condujo por unas escaleras al segundo piso del edificio. Se sentaron en una mesa chaparra y esperaron a que trajeran las cartas. Ni Sergio ni Ximena entendían el menú. Lore, como siempre, dijo:
—¿A poco estas verduras se comen?
Así que cuando el mesero llegó Tris tuvo que pedir por todos.
—Me trae un Kimchi, un Dakgalbi y Bibimbap para los cuatro, por favor.
—Yo prefiero una Big Mac —replicó Lore.
—Espérate a probar y luego hablamos.
Trajeron la comida. A Lore al principio no le gustó el olor, pero una vez que la probó pidió más. Estaban terminando de comer cuando en la cocina se escuchó un estruendo que inmediatamente hizo que Tris sacara su pistola y fuera a ver qué había pasado. Al rato regresó con una sonrisa y guardando su arma en la sobaquera diseñada por Balenciaga.
—Bueno, dinos, ¿qué pasó?
—Mira, Lore, estos coreanos tienen una bodega repleta de latas de Spam que se les cayó aplastando a uno de los cocineros, pero no le pasó nada, solo fue el guamazo de una de ellas en la cabezota, nada grave.
—¿Pero qué el spam no es pura basura cibernética?
—A ver, Sergio, explícale a tu sobrina qué es eso.
—Mira, Lore, originalmente era una comida para las tropas en la Segunda Guerra Mundial, porque era fácil de transportar y duraba mucho; luego el cine le cambió el sentido, aunque la comida se sigue produciendo y es muy rica.
—¿Y cuándo la probamos?
—Voy a comprar unas latas y el sábado hacemos algo con el abi.