Sin duda el sector agroalimentario es una oportunidad de desarrollo profesional y personal maravilloso para todas las mujeres, pues pocas cosas son tan nobles como trabajar para nutrir.
En este sentido, hay que mostrarle a las y los jóvenes que el campo sí es rentable y que puede ser un buen negocio, dice a Vértigo Patricia Toledo Reyes, vicepresidenta de Sostenibilidad del Consejo Nacional Agropecuario (CNA) y directora de Sostenibilidad y Asuntos Corporativos en Syngenta Latinoamérica Norte.
Con más de 20 años de experiencia en el sector de los agronegocios, Toledo es una de las pioneras encargadas de cerrar la brecha de género en el rubro al liderar alianzas estratégicas entre el sector privado e instituciones como el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), la UNAM y el CNA en México.
Y también con la Universidad de Costa Rica y la Universidad del Bosque, en Colombia, entre otras instituciones.
—¿Cuál es el rol de la mujer dentro de este sector?
—Para mí es un honor, incluso con una trayectoria larga (tengo de más de 23 años en el rubro), ser de las pioneras. Si lo vemos desde una perspectiva más holística, hay que atender día con día los desafíos consecuencia del cambio climático, pero también tener presente los desafíos sociales, como la inclusión de mujeres rurales, que trabajan en el campo, para que sean conocidas y valoradas por su labor.
Por otra parte, dice, “veo con buenos ojos que cada vez haya más mujeres tomando decisiones al frente tanto del sector agroalimentario como en otras industrias en el país. Hay que resaltar este avance que, si bien lento, es consistente. Por ejemplo, personalmente mi rol en Syngenta incluso va más allá de México: se extiende a Centroamérica y a otros países. Esto da oportunidad de impactar a mayor número de personas, de influenciar en este sentido”.
Innovar
Añade Toledo que “es de reconocer, por un lado, la labor de estas mujeres que trabajan en el campo; pero, por otro, hay que impulsar mucho más esta agenda, es decir, abrir más espacios de diálogo, equilibrar cuestiones salariales, igualar estas condiciones en todas las empresas. Otra cuestión es la capacitación. Y hay más temas que estamos impulsando hacia una mayor igualdad de circunstancias y de oportunidades”.
—¿Cuáles son los retos para garantizar la seguridad alimentaria?
—La agricultura representa aproximadamente 22% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a nivel global. En México son cerca de 12%. En este sentido, estamos impulsando prácticas de agricultura climáticamente inteligente que si se aplican correctamente pueden mitigar estos impactos y fomentar un futuro más sostenible.
La agricultura, puntualiza, “no puede ser solo un problema, al contrario: es esencial para tener un desarrollo sostenible y es parte de la solución. Si implementamos innovación que proteja los cultivos e innovación en la forma de aplicar los insumos; si implementamos mayor eficiencia de recursos como agua, todo esto puede ayudar a producir alimentos de forma sostenible, incluso regenerando a la naturaleza”.
El compromiso, en este sentido, “es evidenciar la participación y el beneficio que puede tener cada eslabón que compone esta cadena productiva, reconocerlos e impulsarlos. Estamos avanzando en ello. En cuanto a las mujeres, invitarlas a seguir en esta ruta de ser líderes en sus diferentes alcances. Creo que nosotras tenemos la gran capacidad y responsabilidad de hacerlo. Desde el CNA cuenten con nosotros como aliados en esta ruta del desarrollo sostenible para alcanzar la equidad e inclusión, pero también para tecnificar mucho más al campo mexicano”.