Robot salvaje logra trascender las etiquetas de géneros y edades. Aunque con base en un libro infantil, esta adaptación de DreamWorks y Universal Pictures ofrece una experiencia visual y emocional que conecta tanto con niños como con adultos.
La historia de Roz, una robot varada en una isla salvaje, explora temas universales como la maternidad, el cuidado de la naturaleza y las conexiones emocionales que nos unen.
Dirigida con gran habilidad por Chris Sanders, conocido por Lilo & Stitch y Cómo entrenar a tu dragón, Robot salvaje es una oda al amor planetario y a la maternidad, envuelta en una animación visualmente impactante.
Desde el inicio la película nos transporta a un mundo donde lo artificial y lo natural se fusionan de manera natural. Roz, la robot protagonista, llega tras un naufragio y debe aprender a convivir con su entorno salvaje, lo que incluye una serie de animales que con el tiempo se convierten en su nueva familia. Visualmente la película es impresionante: los paisajes son casi pictóricos, evocando la magia de clásicos como Bambi. Cada escena está impregnada de una belleza natural que contrasta de manera sublime con la figura metálica de Roz, creando un equilibrio que invita a reflexionar sobre la relación entre tecnología y naturaleza.
Uno de los ejes emocionales más potentes de Robot salvaje es la relación entre Roz y Brightbill, un pequeño ganso que adopta tras la muerte accidental de su madre. La evolución de esta relación es conmovedora, ya que Rozdesarrolla instintos maternales que la llevan a cuidar, enseñar y proteger a Brightbill como si fuera su propio hijo. Esta dinámica es un homenaje a la maternidad en todas sus formas y a la capacidad de crecimiento emocional, incluso en seres que no deberían sentir. Lupita Nyong’o, como la voz de Roz, añade una capa de ternura que hace que cada interacción entre la robot y el ganso se sienta auténtica.
Armonía
La película también aborda temas ecológicos sin caer en moralismos. Roz aprende a vivir en la naturaleza y, a su vez, enseña a los animales a cooperar para sobrevivir. Este subtexto sobre la armonía entre especies y el respeto por el entorno es un recordatorio sutil de la importancia de cuidar nuestro planeta. La música de Kris Bowers complementa esta atmósfera con una banda sonora que oscila entre lo melancólico y lo esperanzador, acompañando perfectamente los momentos más íntimos y los paisajes más grandiosos.
En conclusión, Robot salvaje es mucho más que una película animada: es una experiencia emocional y visual. Su mensaje sobre la maternidad, la cooperación y el vínculo con la naturaleza está narrado con una sinceridad que rara vez se encuentra en el cine actual.
Con un elenco de voces impresionante, una animación deslumbrante y una historia conmovedora, esta película se posiciona como uno de los grandes títulos de 2024, destinada a permanecer en el tiempo como un nuevo clásico.