La rivalidad es la columna de toda competencia deportiva. El espíritu de ser mejor que el oponente en busca de tener a un único ganador. Sin embargo, en el calor de la competencia la línea entre la euforia y los excesos se llega a diluir, olvidando un valor universal dentro del juego limpio: el respeto.
Este es el valor que busca cuidar el Gran Premio de la Ciudad de México de Fórmula 1 (F1) para su edición de este año e impulsa para ello el movimiento #Racepect: más allá de las rivalidades naturales que existan entre los pilotos en sus batallas por la victoria, todo debe quedar en una competencia sana.
Su movimiento, un juego de palabras entre respeto y carreras, va más allá de un llamado al aficionado. Va en el sentido de pedir respeto a todos los que integran el campeonato, ya sean pilotos, público, directivos o cualquier miembro de la comunidad que conforma la máxima categoría del automovilismo.
Es una realidad que con el crecimiento de aficionados en los últimos años también han aumentado escenas que no deberían tener cabida en cualquier competencia. Por ejemplo, los abucheos y el lanzamiento de insultos a pilotos como Max Verstappen o, en su momento, a Lewis Hamilton. Son situaciones que se han dado en diversas pistas del mundo.
Por más animadversión que pueda generar un piloto por sus acciones sobre la pista, no es justificación para que un aficionado rebase esa línea de respeto. Este llamado no busca coartar la libertad de expresión de las personas sino abogar a un actuar de tolerancia e inclusión.
Mensaje
Las agresiones a los deportistas se han visto en muchos frentes. Por citar ejemplos recientes, se tienen escenas como los gritos racistas hacia Vinicius Jr., del Real Madrid, en diversos estadios de la Liga Española; o los mensajes de odio que recibió el corredor Alexander Mattison, de los Vikingos de Minnesota, tras su partido ante las Águilas de Filadelfia; o los insultos por tener la piel blanca que le dijo el jugador sudafricano Bongi Mbonambi al británico Tom Curry durante el Mundial de Rugby.
También desde los directivos surgen las agresiones. Ya sea con declaraciones xenófobas, con acciones de abuso de poder o por no tomar decisiones que pongan fin a conflictos. Los ejemplos también son varios y en todas direcciones.
Es por ello que un llamado a que el respeto se mantenga ante cualquier situación es cuidar al deporte. Es fomentar la libre competencia, fuera de prejuicios sociales o estereotipos y que se disfrute de la competencia pura. No son exageraciones sino medidas para cuidar una entidad deportiva.
Hay ejemplos de conductas ejemplares en comunidades deportivas, como se dan en el tenis y en el golf. En estos deportes existen códigos de conducta entre jugadores, aficionados y directivos que se mantienen como grandes ejemplos de comportamiento dentro y fuera del terreno de juego en la mayoría de las ocasiones.
La carrera de la F1 en México ha lanzado un mensaje reflexivo para su evento, para el campeonato y para el resto de los demás deportes. “Lo que pasa en la pista, se queda en la pista” es más que un eslogan: es una posición para mantener el respeto entre todos y para todos.