Quien no castiga el mal, ordena que se haga.
Leonardo da Vinci (1452-1519)
Si queremos un país desarrollado, que genere beneficio a todos los mexicanos, necesitamos que nuestra clase política y burocrática abandone sus sueños de riqueza personal.
Pero al mismo tiempo se necesita orden presupuestal. Esto significa que los políticos que tienen bajo su responsabilidad nueve billones de pesos del presupuesto anual del país los usen sin despilfarros, ni robos, ni en puntadas.
Se necesita por ello una reforma fiscal que apruebe este año la siguiente Legislatura, que inicia el 1 de septiembre.
Esa reforma no solo debe hablar de números, sino prever además sanciones a los administradores que abusen del poder, del dinero de los mexicanos, o que lo usen fuera de las normas estrictas de control y vigilancia.
Más de nueve billones de pesos no es una suma menor. Es producto del esfuerzo de todos, absolutamente todos; y necesitan regresarlos en bienes y servicios que requiere la sociedad: hospitales con servicios inmediatos, medicamentos e insumos; agua; energía eléctrica y, fundamentalmente, seguridad para las personas y propiedades, entre mucho más.
Bueno, esto te lo platico, estimado lector, ya que la próxima presidenta no tendrá dinero suficiente para hacer frente a las necesidades de los mexicanos; solo para las más elementales.
No se les olvide que 85% del presupuesto está etiquetado y gran parte se va a pago de salarios y prestaciones. Pero aún así hay más de un billón de pesos para uso discrecional de los gobernantes.
Para las asociaciones empresariales, como la Coparmex, es necesaria una reforma que prevea controles para reducir el déficit fiscal. Esto significa que el gobierno gaste menos de lo que capta vía impuestos. El grupo financiero Citi estima que este déficit será de 6.2% este año y de 4.9% el próximo. Para 2026 podría bajar levemente a 3.3%. Esto incluso con reforma fiscal.
La política fiscal debe tener como base un gasto responsable y cauteloso; una plataforma de mayores deducciones para la inversión de las empresas, de todos los tamaños; un incremento de los estímulos a la generación de energías limpias y el impulso a políticas laborales, donde los trabajadores no sean rehenes de los líderes sindicales; así como una distribución de los egresos en función de las necesidades de la comunidad, no en las necesidades electorales de un gobierno.
Si no se logra una política fiscal armónica, entonces veremos al país sumido en una crisis mayúscula a mediados y finales del año próximo. Y esto podría ser aterrador para el bienestar de 130 millones de mexicanos.
Dinero
La Coordinación de Puertos y Marina Mercante, con la dirección del capitán de navío Francisco Ríos Gómez, detectó un incremento de 18.2% en el manejo de contenedores. Los puertos maniobraron casi tres millones de depósitos de altura, llenos y vacíos, así como de cabotaje, que es una cifra mucho menor. Destacan el puerto de Manzanillo y el de Ensenada en el Pacífico, y Veracruz y Altamira en el Golfo. Esto significa que aumentaron en forma destacadas las importaciones.
La cementera Corporación Moctezuma nombró a Enrico Buzzi como presidente del consejo tras la renuncia de Julio Rodríguez Izquierdo. Esta empresa, la cuarta en activos del ramo, es propiedad de la española Cementos Molins y la italiana Buzzi Unicem.
Responsabilidad Social y Gobernanza Bajo el liderazgo de Henrik Bergström, Comex benefició a más de medio millón de personas pertenecientes a diversos oficios como pintores, herreros, carpinteros, contratistas y a sus cuadrillas, a nivel nacional. A través de una beca con la Universidad del Valle de México pudieron terminar su secundaria y preparatoria en línea y sin costo; un seguro personal ante accidentes; certificaciones cashback en compras de productos, promocionales, ventas especiales y asesorías en decoración, entre otros.