“ES FUNDAMENTAL QUE LAS MUJERES TRABAJEN SU BIENESTAR EMOCIONAL”

Martha Mejía
Columnas
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Erika Pavón

El miedo al rechazo, la pérdida o el abandono son respuestas naturales ante las circunstancias de la vida. Sin embargo, cuando se convierten en actitudes dominantes y negativas podrían indicar que estamos viviendo con apegos inseguros que afectan el bienestar emocional y nuestra salud mental.

“Por ello me parece importante abordar el miedo a la pérdida (de alguien o de algo) como un ejercicio de autoconciencia”, dice a Vértigo Erika Pavón.

La sicoterapeuta y escritora habla sobre su más reciente libro Y si lo pierdo, ¿qué hago?, una obra que aborda el apego y otorga herramientas para enfrentar la soledad, fortalecer la autoestima y establecer vínculos sanos.

—¿Por qué las mujeres debemos cuidar este bienestar emocional y salud mental?

—Justo durante la presentación del libro tuve una pregunta abierta sobre quién solía tener más apego inseguro, ansioso: ¿los hombres o las mujeres? La realidad es que puede haber de todo, pero las mujeres, por nuestra parte hormonal, somos un poco más vulnerables. Hasta en un trabajo el hecho de decir “soy madre soltera y de este trabajo depende toda mi economía”, significa comenzar a aceptar cualquier cosa (oferta laboral) por miedo a perderla.

En la parte de una relación sentimental, añade, “es hacer a la autoestima muy pequeña por recibir migajas afectivas, por el miedo a la soledad, por el miedo a sufrir, cuando en realidad ya están sufriendo en la misma relación. Como mujer hay una tendencia muchas veces a no vernos, a no reconocernos; es decir, a aceptar lo que sea con tal de sentirse protegidas”.

—De ahí la importancia de trabajar en nuestra autoestima…

—Todos soñamos y se escucha mucho lo del amor propio, pero en realidad el amor propio es un proceso, es decir, necesito reconocer quién soy, qué es lo que tengo que hacer para salir adelante, para no aceptar cualquier cosa, procesar y manejar ese miedo a perder. Por ejemplo: “si no estoy con esta persona”, “si no estoy en este lugar”, “si no tengo este dinero”… Olvidamos quiénes somos. Por ello es tan importante que nos volteemos a ver para reconocernos. Solemos olvidar que hemos tenido situaciones en las cuales hemos sido unos grandes guerreros y guerreras, y a veces ante la vulnerabilidad nos encerramos en ese círculo que nos hace sentir que no hay salida. Por eso es bueno reconocernos, descubrirnos y darnos ese impulso para generar conciencia y tomar decisiones adecuadas.

Evolucionar

—¿Cómo podemos trabajar en nuestra autoestima?

—Muchas veces pensamos, “voy a terapia hasta que casi esté en crisis”, cuando debería de normalizarse. A mí cuando me toca terapia es delicioso, es un momento liberador que en verdad disfruto mucho, ya que es abrirse y crear conciencia de uno mismo. También es importante que puedas descubrir e identificar cómo te hablas a ti mismo desde el interior. Y, sobre todo, cómo te aceptas, al tiempo en que te haces responsable de tus acciones. En este sentido, el libro (Y si lo pierdo, ¿qué hago?), tiene muchas herramientas para empezar a trabajar, autoabrir esa conciencia. Este libro puede acompañar desde luego a un proceso terapéutico para empezar a evolucionar. Es como la fusión.

—¿Qué es un apego y cómo están divididos?

—Sentir apego no es por sí mismo algo negativo, al contrario, es humano. Porque necesitamos de esos vínculos para nuestra supervivencia desde que llegamos a este mundo (el apego seguro). Los apegos inseguros se dividen en tres: el apego ansioso ambivalente, que es la desesperación de necesitar al otro o a la otra cosa; el apego evitativo, o evitar vínculos y emociones para que no me lastimen; y el apego desorganizado, que es la fusión de los dos anteriores. Todos los tipos de apego vienen desde la crianza, cuando somos niños, pero puede suceder que en una etapa de tu vida tiendes a ser más ansiosa y después de un suceso traumático te vuelves más evitativa. Lo que sí es muy importante es darnos la oportunidad de reconocerlos para poder trabajar en vínculos más sanos.