EL PRÓXIMO CÍRCULO ROJO

“Muera el rey, viva el rey”.

Samuel Rodríguez
Columnas
CÍRCULO ROJO

Lo inevitable es que pasada la jornada electoral, a partir del resultado, los politólogos de café y pretendidos analistas empiecen a establecer los pormenores del escenario del ejercicio del poder en el plano nacional. La tarea que habrá de realizarse en las próximas semanas correrá en dos vías, por demás importantes.

En primer lugar, la integración del gabinete presidencial, en el que a partir del principio de equidad se espera que las mujeres tengan una mayor participación.

Pero lo más importante será la integración del círculo rojo, la esfera de toma de decisiones integrada por personajes políticos cercanos a quien detenta el poder. Esa suerte de colaboradores oficiosos que no están plenamente reconocidos, pero que son fundamentales.

Más allá de quién ocupe la Consejería Jurídica y la Secretaría Particular, habrá toda serie de especulaciones en torno de personajes y roles que sin tener un cargo oficial pueden tener un peso real en el ejercicio del poder y la toma de decisiones.

Aspectos como la suerte de la añeja figura de la primera dama se pueden dar por superados, amén de que se espera que la integración del gabinete sea paritaria y que el peso de las mujeres se haga presente.

Ese sin duda será otro de los aspectos fundamentales que captará la atención de los futurólogos, sin perder de vista la definición de quién ocupa la titularidad de las secretarías de la Defensa Nacional y Marina-Armada de México, que parecen desde ahora reservadas para hombres.

Otro de los aspectos que captarán la atención será la definición de los coordinadores de las fracciones del partido mayoritario, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, además por supuesto de la innegable posibilidad de que algunos de los recién electos integrantes del Legislativo sean llamados para integrarse al gabinete legal o ampliado.

Compromisos

Tan pronto como la tendencia del voto apunte hacia la definición del ganador comenzará a correr la etapa de las definiciones y las especulaciones en torno del pago de compromisos y cuotas.

Lo evidente es que no hay lugar para todos, a partir de que el número de posiciones tanto en el gabinete legal como en el ampliado es limitado, además de que el resto de las posiciones también son finitas. La integración de los equipos estará en la imaginaria de todos los que tomaron parte en la campaña con el propósito de obtener alguna posición. El discurso de que no se contiende por cargos sino por convicción quedará atrás.

En cuanto pase la euforia momentánea del festejo por el triunfo obtenido, no habrá espacio para la reflexión, porque en lo inmediato se deben comenzar a reafirmar los compromisos y revisar con lupa el perfil de quienes estarían considerados para ocupar una posición formal o no será la principal tarea.

Los especialistas de la especulación comenzarán a tejer toda suerte de suposiciones, a la espera de que se dé a conocer de manera oficial quiénes integrarán el gabinete legal y ampliado, pero sobre todo la conformación del círculo rojo.

La política mexicana es dinámica y no cesa, no hay espacio para el respiro, llegó el momento de ver la forma en que comenzará a materializarse la añeja conseja: “Muera el rey, viva el rey”.

A fin de cuentas, con la banda tricolor en el pecho y concretada la ceremonia de cambio de mando de las Fuerzas Armadas del país, desde el primer minuto del 1 de octubre quien inicie su gestión al frente de la titularidad del Ejecutivo federal tendrá que comenzar a legitimar su gestión y exhibir su independencia de criterio.